Grifols estabiliza su situación en la bolsa después de un mes y poco de caídas encadenadas. Desde el pasado diciembre, con la retirada del fondo canadiense Brookfield de la OPA de exclusión que planteó el pasado verano, la firma catalana de hemoderivados inició una tendencia bajista que ha mantenido durante las primeras seis semanas de 2025. El pasado miércoles, sin embargo, tocó fondo, con un rebote cercano al 3% sobre las nuevas valoraciones de algunos de los analistas internacionales que habían sido más críticos con la compañía tras la crisis de Gotham: Barclays y Morgan Stanley. Las dos compañías han situado el precio objetivo de Grifols entre los 12 y los 13 euros, muy por encima de la cotización actual, y han provocado un fuerte rebote en la bolsa. Así, en los últimos dos días, la firma acumula una subida cercana al 5%, con una ganancia de más de 50 céntimos por acción, y ya vuelve a superar los 9 euros por título, una cifra que había perdido a mediados del mes de enero.
La confianza en la compañía se fundamenta, según ambas firmas de crédito, en los buenos resultados de su principal competidor, CSL Behring, que ha registrado un importante ascenso de las ventas en su último semestre fiscal impulsado por el vertical de plasma, precisamente el que compite con Grifols. El balance de CSL recoge las buenas expectativas del mercado de los hemoderivados para 2025, con un descenso importante de los costos y una demanda completamente recuperada después del gran revés que supuso la pandemia -momento, justamente, especialmente pernicioso para la acción de Grifols-. Así, las estimaciones del conjunto del mercado fundamentan las valoraciones positivas que hacían de la compañía algunos de sus accionistas más activos; como los fondos activistas Mason Capital, Armistice o Flat Footed. Por ahora, el consenso de los analistas pone el objetivo de las acciones por encima de los 16 euros. Algunos, como los alemanes Berenberg, sitúan el potencial de los títulos de la catalana por encima de los 19 euros, un aumento de más del 116% en comparación con los niveles actuales.

Con esta escalada, la compañía se aproxima a nuevas resistencias clave, que algunos analistas sitúan alrededor de los 9,90 euros. Una vez las acciones vuelvan a superar este umbral -si lo logran, los cálculos del mercado volverían a situar el precio día a día en torno a los niveles alcanzados a finales de noviembre, por encima de los 11,3 euros por título. Habrá que esperar, sin embargo, al menos hasta finales de mes para observar movimientos tan drásticos de la acción -que, cabe decir, permanece en números rojos en lo que va de 2025, con pérdidas del 4,4% en comparación con el final del pasado diciembre-.
A la espera del examen de los inversores
Los primeros resultados anuales de Grifols tras la crisis de Gotham y la caída de la OPA de Brookfield, que serán clave para el futuro inmediato de la compañía, serán presentados el próximo 26 de febrero. Más allá de los beneficios, que el mercado prácticamente descuenta, los inversores esperan ver una cifra elevada de generación de flujo libre de caja, lo que permitiría confiar en su capacidad de enfrentar los vencimientos de deuda que pesan a medio plazo. Tras las cuentas, la prueba de fuego para la directiva, ahora bajo el control del CEO Nacho Abia, será el capital markets day, el examen del accionariado a su gestión, que se celebrará en Londres el próximo 27 de febrero. Voces del accionariado esperan que la dirección presente entonces cifras positivas de cara al año entrante, así como objetivos cerrados de generación de caja, alrededor de los 500 millones de euros en los próximos meses. «Lo peor que puedes dar al capital son sorpresas», declaran fuentes cercanas en conversación con este medio.