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Grifols supera resistencias en bolsa y apunta a máximos anuales

El mercado ha recibido los resultados trimestrales de Grifols con una alegría sostenida. A diferencia de lo que ocurrió el pasado febrero, con los resultados anuales, las acciones de la multinacional catalana no se han disparado en solo unas horas. Entonces, cabe recordar, el balance disparó la valoración de los títulos de la catalana por encima de los 11 euros. «El mercado esperaba mucho después de la oferta de Brookfiled«, aseguran voces financieras. Los inversores, entonces, aún veían posibilidades de que el vehículo inversor canadiense volviera a tocar la puerta de la firma de hemoderivados. La posibilidad, de hecho, sigue viva, y varios medios de Madrid han intentado desenterrarla sin éxito en las últimas semanas. En esta ocasión, sin la sombra de una exclusión bursátil, no ha habido una reacción tan rápida. Sí ha sido, sin embargo, más sostenida: dos semanas después de la publicación de los resultados, los analistas reconocen «signos de fortaleza» en la compañía. Este mismo miércoles ha cerrado la sesión con un precio por título de 9,52 euros, máximo de los últimos dos meses; y, según las voces del mercado, se habría roto una resistencia clave.

La media de las últimas 200 sesiones de Grifols, que marca el techo imaginario del valor de la compañía, se situaba hasta ahora poco por encima de los 9,36 euros. Con la subida de este miércoles, que alarga dos semanas alcistas, deja atrás este umbral. El siguiente objetivo, según los análisis bursátiles, es alcanzar los máximos anuales, en torno a los 11,2 euros que alcanzó tras presentar las cuentas anuales, a mediados de febrero. Cabe decir que, a pesar de estos «signos de fortaleza», las expectativas están limitadas. Como aseguran voces del accionariado, a principios de año las expectativas se desinflaron por una variable económica clave: la generación de caja libre, imprescindible para afrontar el elevado endeudamiento que aún padece la compañía. La previsión del gobierno de Grifols situaba el objetivo de flujo de caja para el curso completo en torno a los 350 millones de euros antes de inversiones y amortizaciones, una cifra prometedora para los inversores. Las previsiones halagüeñas, sin embargo, se rompieron con el anuncio de una nueva inversión: la OPA de exclusión sobre su filial Biotest, una de las empresas afectadas por la crisis de Gotham. El movimiento sirve para continuar desvinculando la gobernanza de la multinacional de Scranton, el family office de la familia fundadora, pero también borra la mayoría del FCF para el curso. «No se generará prácticamente nada este 2025», alertan voces del mercado. En este sentido, es posible que las alzas se hagan esperar hasta que haya un guidance sólido para el 2026.

Ahora bien, el consenso de los analistas continúa situando el objetivo de Grifols muy por encima de su cotización actual. Los 13 observadores que estudian sus tendencias colocan la meta en los 15,53 euros, un alza del 66% respecto de los valores con que ha cerrado la sesión de este jueves. A diferencia de los resultados anuales, que quedaron ligeramente por debajo de las expectativas del mercado, entre enero y marzo la compañía ha superado tanto el guidance interno como las estimaciones externas. Aun así, cabe decir, el consenso general apunta a rebajar las expectativas, precisamente por esta generación de caja real próxima a cero marcada por la adquisición de Biotest. También ha pesado sobre el balance la compra de los centros de plasma de Immunotek en Alemania. Aunque era una operación que ya estaba prevista, ha contribuido a mantener en negativo el FCF del primer trimestre – los -44 millones registrados habrían sido 41 millones positivos sin esta operación-.

Un laboratorio de Grifols / EP
Un laboratorio de Grifols / EP

Discrepancias en el medio plazo

Las expectativas del mercado, sin embargo, se mueven en dos trincheras marcadas. Hay previsiones enormemente optimistas, como la del Banc Sabadell, que ve posible que los títulos lleguen a corto plazo hasta los 16,5 euros, un alza próxima al 90%. Hay lecturas aún más halagüeñas, que lo sitúan por encima de los 24 euros, un incremento del 153% -lejano, cabe decir-. Por otro lado, las voces más pesimistas sostienen, incluso, que los inversores deberían vender sus títulos de la farmacéutica, en tanto que el elevado endeudamiento cargaría el valor muy por debajo del actual, en torno a los 6,5 euros. Firmas como Bankinter constan en esta última categoría: tras los resultados anuales, pedían «cautela» al capital, y continuaban apoyando una posible OPA de exclusión por parte de Brookfield en el valor original, unos 10,5 euros por acción. En medio, los ojos internacionales, como Barclays, que han recuperado progresivamente la confianza en la empresa. A finales del trimestre, el banco británico defendió a Grifols como una de las «potenciales ganadoras» de la guerra comercial de Trump, reconociendo su buena presencia en EE.UU. Una tesis que mantuvo tras los resultados, cuando aseguró que la catalana «continúa aislada de la incertidumbre del mercado», lo que hacía pensar que «la acción continuará con su buen rendimiento».

A la espera de la junta

Los movimientos de las últimas semanas tienen, sin embargo, un freno: la junta de accionistas, que se debe celebrar el próximo 5 de junio. Los inversores defienden que, en cuanto a los fundamentos, «no debería cambiar nada». Es decir, no debería ser un evento que marque el comportamiento del accionariado. Ahora bien, el mercado espera el resultado de un posible choque entre la dirección y algunos de los accionistas relevantes que han tomado más protagonismo desde la crisis de Gotham, los fondos activistas norteamericanos Flat Footed y Mason Capital. A finales de 2024, los dos vehículos, que suman -junto con otros capitalistas más pequeños- más de un 8% de los títulos de la compañía, ejercieron su derecho a un asiento en el consejo de administración, que otorgaron a Paul Herendeen. La reunión de junio debe ratificar el cargo -entre otros-, pero la comisión de nombramientos, que dirige la nueva presidenta, Anne-Catherine Berner, ha puesto en duda el mandato.

Voces cercanas a la empresa aseguran que la mayoría del accionariado «no tiene problemas» con Herendeen. Sin embargo, el no podría imponerse, auspiciado por la familia fundadora. «Muchos de los accionistas son pasivos, y delegan el voto en el consejo. Si la dirección está en contra, pueden ganar», sostienen las mismas fuentes. Sin embargo, en las últimas horas Flat Footed ha continuado ganando peso en la empresa: según ha informado a la SEC -el regulador bursátil de Estados Unidos, equivalente a la CNMV española-, habría elevado en más de un millón de dólares su participación en Grifols vía ADR, y ya superaría el 3,15% de la propiedad. La junta, por tanto, podría ser un choque de posiciones, lo que amenaza con restar confianza al mercado. La segunda mitad del curso, por tanto, está altamente vinculada a los resultados de la primera semana de junio.

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