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Grifols supera el precio de la oferta de Brookfield con apoyo de analistas

La acción de Grifols mantiene su particular tira y afloja con los mercados a raíz del golpe provocado por Brookfield. Después de que la semana pasada el fondo canadiense lanzara una valoración de 10,5 euros por acción para ejecutar la OPA de exclusión, la multinacional catalana de hemoderivados ha oscilado en bolsa, primero con una intensa bajada a raíz del movimiento; y luego con una estabilización que comenzó el pasado jueves y que se ha confirmado al cierre de la presente sesión. Los títulos de la farmacéutica han culminado el día en el parqué madrileño rozando los 10,7 euros, veinte céntimos por encima de la valoración del potencial comprador, y cada vez más cerca de la primera resistencia que rompió tras la publicación de resultados de finales de octubre -cerca de los 10,9 euros-. Así, el camino de la compañía se hace más incierto con el paso del tiempo.

A pesar de la situación financiera, la rebaja de expectativas que lanzó Brookfield a los mercados ha hecho tambalear la perspectiva de una adquisición razonable. Cabe recordar que incluso la dirección recomendó rechazar la venta a los niveles propuestos, haciendo entrar dudas a una multitud de accionistas. Algunos, como demuestran las oscilaciones que se han acumulado, ya habrían salido; mientras que otros, como el fondo Mason Capital, sostienen todavía que el potencial es mucho más elevado. Fuentes del mercado cercanas a la transacción consultadas por este medio se alinean con estos últimos: «los títulos están ampliamente infravalorados«.

Estas voces coinciden, cabe decir, con el consenso de los analistas: la media de la valoración objetivo de Grifols se sitúa ligeramente por encima de los 17 euros, una cifra incomparable con los 10,7 que lucen en el ibex. Por ahora, de hecho, las entidades especializadas recomiendan acumular el valor catalán, o incluso comprar. Solo una -Bankinter- aconseja vender, apuntando a los argumentos del mismo Brookfield: un supuesto agujero aún no explicado en la situación financiera de la multinacional. Las fuentes consultadas, sin embargo, descartan un nuevo desajuste: «los últimos balances trimestrales están perfectamente limpios, y corrigen los registros que denunciaba Gotham», aseguran. En este sentido, califican de «globo sonda» las informaciones negativas sobre la OPA recogidas, mayoritariamente, por el ecosistema madrileño de medios digitales económicos, históricamente muy agresivo con la familiar catalana. «No verás una sola noticia positiva», ironizan. También ponen esta etiqueta, de hecho, a la misma oferta; que busca explorar la reacción del mercado a una ofensiva tan escasa como la que han lanzado. La respuesta, sin embargo, no ha sido positiva, y previsiblemente -a ojos de los inversores- el movimiento terminará por obligar a mejorar la retribución.

Así, la ofensiva de Brookfield habría servido para sacudir el capital retail, aquel de menor dimensión -inversores privados, mayoritariamente- que hubiera entrado en la compañía a raíz de la crisis de Gotham a precios muy bajos y pueda aceptar la OPA. De hecho, las mismas fuentes atribuyen a estos perfiles la salida posterior al anuncio: pequeños capitalistas que podrían registrar ganancias limitadas saliendo de una situación incierta. Descartan, pues, que la bajada responda a fondos institucionales oportunistas, aquellos que podrían acceder al accionariado una vez ya se conocía la intención de implementar una OPA de exclusión, esperando que esta se ejecutara en torno a los 14-15 euros.

La oferta final de los canadienses, proyectan, estaría de hecho cerca de estos máximos. «Comienzan con los 10,5 para después ofrecer 13 y mostrar una mejora del 25%», estiman; un movimiento que se produciría a principios del próximo curso. No hay, sin embargo, muchas garantías de que los potenciales vendedores acepten un precio tan limitado. Parte de la prensa madrileña apunta a los 11 euros; mientras que el análisis de la agencia Reuters mantiene rentabilidades si se queda en los 12. Las voces consultadas, sin embargo, ven un recorrido limitado a una exclusión a esta escala, e identifican el umbral más cerca de los 15 euros -«todavía por debajo del precio objetivo de los analistas»-.

El presidente de Grifols, Thomas Glanzmann, y el consejero delegado, Nacho Abia, en la junta de accionistas / ACN
El presidente de Grifols, Thomas Glanzmann, y el consejero delegado, Nacho Abia, en la junta de accionistas / ACN

Una oferta «política»

El carácter de la oferta pública, cabe decir, tensa aún más la batalla por los precios. No se trata de una opa regular, recuerdan las voces del mercado, sino de una de exclusión. Brookfield, pues, «compra la empresa para hacer lo que le da la gana» -respetando, como ya han anunciado, el 35% que corresponde a la propiedad de la familia Grifols-. El mercado, por tanto, espera una prima mucho más elevada, dado que no solo se compra el «metro cuadrado» de la compañía -su balance, sus activos y su potencial-, sino que se adquieren los «derechos políticos»; la capacidad de tomar el conjunto de las decisiones que se deban ejecutar en adelante. A esta potencial prima se añade un obstáculo: el de las acciones B. Los títulos A, los que permiten derecho de voto sobre las decisiones de la compañía a pesar de ofrecer una rentabilidad más baja, son los que cotizan rozando los 10,7, y los que Brookfield valora a 10,5 euros según la oferta de la pasada semana. En cuanto a las tipo B, el fondo canadiense ofrecería una rebaja de más del 27%, poco más de 7,6 euros.

En este caso, el obstáculo es de normativa interna: Brookfield pretende pagar las acciones B a una ratio más baja; pero los estatutos de la compañía obligan a abonar los dos tipos de título al mismo precio en caso de OPA de exclusión -como es el caso-. Así, Brookfield tendría que conseguir un consenso suficiente entre el conjunto del accionariado para modificar esta limitación, hecho que obligaría a seducir a los accionistas del mercado secundario con una oferta más atractiva que la que ahora mismo se encuentra sobre la mesa. Más allá de la posición de la dirección o la compra de los títulos A, sin la aquiescencia del conjunto del capital para efectuar esta reforma, la OPA no tendría posibilidades de salir adelante.

Objetivos del capital

Los últimos movimientos de los accionistas de Grifols, cabe decir, indican una perspectiva divergente respecto de la que intenta imponer Brookfield. Muchos de ellos, de hecho, van por el camino que indica el consenso analítico, que recomienda a los potenciales inversores acumular títulos -una posición de compra ligera que deja entrever perspectivas de buenos rendimientos-. Solo uno de los 13 analistas que han lanzado posturas explícitas hace una valoración poco halagadora, y recomienda vender. Se trata de Bankinter, que pone énfasis en el riesgo para la cotización que supondría la caída de la oferta por parte del fondo canadiense. A su parecer, en caso de que la oferta pública de adquisición caiga definitivamente, los títulos de la multinacional de hemoderivados podrían caer a «mínimos del año» -es decir, al subsuelo al que cayó en las primeras semanas de la crisis provocada por el informe de Gotham City Research, en torno a los 8,5 euros por título. Lejos de esta lectura, algunos de los principales accionistas de la catalana continúan aumentando la apuesta por su capital. Cabe recordar que el fondo Mason Capital ya abrió un conflicto con la dirección, acusándolos de mala gobernanza. El vehículo, que ostenta el 2,1% de la catalana, aseguraba que «Brookfield no es necesario», y observa en el futuro «grandes rendimientos» en el caso de que se resuelvan los problemas que les han cargado en los últimos cursos. Las fuentes del mercado consultadas, cabe decir, apuntan en un sentido similar: los últimos resultados trimestrales demuestran que las perspectivas operativas son positivas; y el carácter estable del negocio farmacéutico, unido a una prospectiva caída de los costos de las materias primas -el plasma, en su caso- prometen balances muy positivos de cara al 2025 y en adelante. «La acción podría rondar los 20 euros», advierten las mismas voces.

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