Grifols ve, ahora parece que definitivamente, la luz al final del túnel en el que cayó en enero de 2024. La farmacéutica catalana ha superado este miércoles el umbral de los 12 euros por acción, una cotización inaudita desde la profunda crisis provocada por el informe del fondo especulador Gotham City Research. Antes de aquel ataque, contra el que aún se enfrenta en los tribunales, los títulos se movían entre los 14 y los 15 euros. Desde entonces, la desconfianza se instaló en el mercado mientras la compañía intentaba salir de un agujero de endeudamiento excesivo. En los peores momentos del último año y medio, la compañía cotizó por debajo de los 8 euros; y amenazaba con caer aún más profundo. Al cierre de la jornada de hoy, sin embargo, se estabiliza cerca de los 12,15 euros, y ya acumula un alza cercana al 15% desde junio, y un 28% desde inicios de año. Grifols, cabe decir, es una rara avis, tanto en su sector como en el conjunto del tejido empresarial. El motor de sus alzas ha sido el mismo factor que ha lastrado al resto de firmas: Donald Trump.
La política comercial del presidente estadounidense ya ha recortado las gráficas de la mayoría de empresas de la industria. El sector químico y farmacéutico lleva semanas perdiendo puntos entre los inversores. Sin ir más lejos, la otra gran cotizada catalana en la industria, Almirall, ha cerrado la jornada con un -1,3%, y ha perdido cerca del 3% de su valor en el último mes. También Puig ha visto erosionada su evaluación pública, con una reducción de la acción superior al 4% desde mediados de junio. Fuera de Cataluña, Rovi registra un 3,3% en rojo en el mismo período; mientras que Faes Farma, poco expuesta a los compradores estadounidenses -concentra el negocio exterior en América Latina y África- crece un modesto 1,1%.
Grifols, pues, lidera con holgura la tendencia sectorial, gracias a su buen posicionamiento en el país norteamericano. La empresa que dirige Nacho Abia puede esquivar los aranceles impuestos por la Casa Blanca gracias a su presencia en el país, con cerca de 400 centros de plasma. Ante las amenazas de Trump, que tiene el mundo farmacéutico entre ceja y ceja, pues, los inversores han premiado a la firma con sede en Sant Cugat del Vallès con una aceleración que la competencia no puede alcanzar. Incluso el resto de multinacionales de hemoderivados sufrirán más, en tanto que cuentan con una red de puntos de extracción más limitada que la catalana: la suiza Octapharma, por ejemplo, registra 190; mientras que Kedplasma, la filial estadounidense de la italiana Kedrion, solo tiene 70 -según los sitios web corporativos de ambas empresas-.

La promesa de los resultados
Además de haber esquivado los aranceles, Grifols envió una indicación sólida al mercado el pasado mes de mayo, cuando reportó un beneficio para el primer trimestre de 60 millones de euros, una cifra que prácticamente triplicó la registrada en el mismo período de 2024. Entre enero y marzo de este año, la farmacéutica mejoró sustancialmente el flujo libre de caja, una de las grandes preocupaciones del mercado, y se quedó cerca de cifras positivas, en unos 62 millones de euros negativos. De cara al segundo trimestre, las perspectivas son aún más halagüeñas. Grifols, cabe recordar, revelará sus cuentas correspondientes al período entre abril y junio el próximo 29 de julio, en una conferencia al cierre del mercado. Para este balance, JPMorgan prevé un crecimiento de los ingresos cercano al 8% en moneda constante, que se recortarían al 4,8% por el cambio de dólares a euros.
Sobre esta mejora en la facturación, el Ebitda escalaría un 3,2%, según el banco neoyorquino; hecho que reduciría ligeramente el apalancamiento hasta el 4,4%, una décima menos que hace tres meses. Así, Grifols elevaría las ganancias hasta los 157 millones de euros, multiplicando los pobres 15 millones comunicados en el mismo tramo de 2024. La generación de caja, en este caso sí, sería positiva, en torno a los 70 millones de euros; una cantidad que los situaría firmemente en las previsiones que elaboró la directiva a principios de curso, con entre 350 y 400 millones de FCF al cierre del año.
Las alzas financieras previstas, unidas a las promesas estadounidenses, han mejorado sustancialmente la valoración que hacen los analistas de la catalana. El precio objetivo consenso de los cerca de 20 expertos que observan los rendimientos de Grifols se eleva hasta los 16,1 euros, un alza respecto del actual cercana al 30%; y los más optimistas ya sitúan la acción por encima de los 24 euros, en línea con las demandas que hace meses que ponen sobre la mesa los accionistas minoristas. La inmensa mayoría del mercado recomienda comprar títulos de la firma, y ve margen de crecimiento incluso por encima de los niveles anteriores a la ofensiva de Gotham. Tanto es así que incluso los bajistas comienzan a dudar: AKO Capital, que había mantenido una posición del 0,7% contra el capital de la farmacéutica desde mediados de 2024, ya ha recortado su apuesta por debajo de las cinco décimas; como también lo ha hecho AQR Capital Management. Por ahora, solo ataca los beneficios de Grifols Kintbury Capital LLP con un 0,58% de títulos bajistas.