La nuevo batacazo de Grifols lo ha dejado en una de las peores situaciones bursátiles de los últimos meses. Después de que la agencia de
Grifols, pero, ha respondido a las acusaciones: en un comunicado emitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la catalana asegura que sus operaciones dirigidas a cancelar la deuda vigente han estado exitosas. Según la nota enviada al organismo presidido por Rodrigo Buenaventura, la venta de SRAAS ya ha dejado 1.600 millones de euros a la caja de la compañía. Este montante, unido a los 1.000 millones de la operación de refinanciación de nuevo deuda sénior, permite cancelar toda la deuda «hasta el 2027». Más allá de la cuestión del endeudamiento, la catalana rebate el cuestionamiento de su flujo de caja, asegurando que, pocas horas antes del cierre del segundo trimestre, este «será positivo»; y permite, todavía más, augurar un 2025 de «crecimientos significativos». La liquidez de la empresa, a cierre de mes, cercará los 2.400 millones de euros -incluyendo, justo es decir, la facturación por SRAAS-.

Sin mención a la gobernanza
Justo es decir, pero, que Grifols no ha dado una respuesta tan ancha en el ámbito de la gobernanza corporativa. La nota enviada a la CNMV deja constancia que la farmacéutica catalana «es una entidad completamente separada de Scranton», el fondo patrimonial participado por la familia fundadora al cual Gotham apuntaba como una fuente de malas prácticas contables. Las deudas del vehículo, apuntan, «no están consolidadas al grupo empresarial». Hay que recordar, además, el cambio a las primeras sillas de la multinacional, con la entrada de Nacho Abia como consejero delegado y la relegación de Thomas Glanzmann -que pocos meses antes de la crisis de Gotham había concentrado todos los poderes ejecutivos de la firma- a la posición de presidente no ejecutivo a partir del 2025.