Movimientos en torno a Grifols. La multinacional catalana ha anunciado este lunes el acuerdo para lanzar una OPA sobre su filial alemana Biotest para sacarla de la bolsa. Según un comunicado remitido por la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y recogido por varias agencias, la oferta pública de adquisición está destinada a hacerse con el capital que aún no posee de la compañía centroeuropea, que incluye un 2,86% de acciones ordinarias, con derecho a voto, y un poco más del 53% de acciones preferentes, sin derecho a voto. Este lunes, las acciones de Biotest cotizan sobre los 30 euros.
El movimiento ha sido aprobado por unanimidad por el consejo de administración de Grifols, que pagará 43 euros por acción de clase A (ordinarias) y 30 euros por cada una de las de clase B (preferentes), de manera que la operación se situará alrededor de los 350 millones de euros. Cabe recordar que la multinacional catalana posee actualmente el 97,14% de las acciones ordinarias y el 46,22% de las acciones preferentes de su filial alemana. En este sentido, próximamente conoceremos los términos y condiciones definitivos de la oferta de exclusión de cotización, que se incluirán en el documento de oferta que preparará Grifols y que deberá ser examinado por la Autoridad Federal de Supervisión Financiera (BaFin) en las próximas semanas.
Un marzo prometedor cerrado en horas bajas
Cabe recordar que la multinacional catalana está cerrando en horas bajas un mes de marzo que parecía prometedor. Al cierre de la sesión del viernes, las acciones cayeron hasta los 8,58 euros, poco por encima de los 8,12 a los que cayó el valor bursátil de la empresa poco antes de la presentación de resultados anuales. Lo hizo después de un alza que duró solo unas semanas: después de reportar más de 157 millones de euros de beneficios y una generación de flujo de caja que, en el momento, dejó satisfechos a los analistas, los servicios jurídicos de la CNMV lanzaron un golpe contra la línea de flotación de la compañía: a juicio de los expertos del regulador bursátil español, la dirección actuó con “dolo continuado” entre 2021 y 2023, revelando datos financieros inexactos en sus estados de balance anuales. Aunque la catalana ha negado las acusaciones, el mercado ha reaccionado en contra, y ya ha rebajado su cotización un 19,8% en los últimos treinta días.