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Grifols busca calmar las aguas del mercado con los primeros resultados del año

Decir que Grifols enfrenta una semana clave empieza a ser una aliteración. La multinacional catalana no encuentra la paz en los mercados, y los diversos frentes que mantiene abiertos la directiva provocan batallas en cada esquina. El próximo lunes día 12, sin embargo, la empresa se juega mucho con la presentación de resultados del primer trimestre. Llega a las primeras cuentas del año sin las certezas que esperaban los accionistas, especialmente los minoritarios, y en un momento delicado en la bolsa. La sesión del mercado madrileño de este viernes la ha dejado alrededor de los 8,1 euros por acción, cerca de los mínimos de principios del año pasado, en medio del huracán provocado por el informe del fondo especulador Gotham City Research. Los analistas ven peligrar la cotización: en caso de que la bajada continúe y los títulos pierdan los 7,9 euros, se abriría una nueva tendencia bajista que podría dejarlos en mínimos por debajo del umbral de los 7. Los trimestrales, por lo tanto, son claves para reavivar el ánimo de los inversores, pero llegan en terreno inestable. Las buenas noticias de la audiencia nacional, tras la declaración del expresidente de la CNMV Rodrigo Buenaventura, no parecen suficientes para equilibrar el mal ambiente en el consejo de administración, con los fondos críticos y la familia fundadora cada vez en posiciones más alejadas. Grifols busca calmar las aguas del mercado con los primeros resultados del año

Según fuentes conocedoras de la empresa, los resultados del primer trimestre deberían ir en línea con las previsiones marcadas el pasado febrero por el CFO, Rahul Srinivasan. La directiva que lidera Nacho Abia espera rozar los 2.000 millones de euros de Ebitda al finalizar 2025, y generar un flujo de caja ex-capex de más de 350 millones de euros. Las expectativas de los mercados, cabe decir, van en el mismo camino. Así, tanto observadores como inversores ven con buenos ojos los cálculos de Srinivasan. Esto, sin embargo, significa que las lecturas serán exigentes. Cabe recordar que los resultados anuales fueron positivos, pero no tanto como marcaban las lecturas privadas. Así, la subida de la acción que siguió al balance fue inestable -se situó por encima de los 11 euros por primera vez desde diciembre, con la retirada de la OPA de Brookfield-, y la ligera euforia duró, entonces, solo tres sesiones. Los observadores financieros que estudian el negocio sitúan el Ebitda objetivo entre enero y marzo en unos 364 millones de euros, y los ingresos por encima de los 1.760 millones. Este ritmo dejaría el anual poco por encima de los 1.900 millones de euros, por debajo del objetivo máximo de la compañía.

El accionariado, especialmente el minoritario, ha acelerado su campaña para apoyar la operativa de la empresa en las últimas semanas. Cuando la prensa madrileña volvió a flotar el interés de Brookfield sobre la catalana, la asociación de minoritarios de Grifols celebró las intenciones, pero no en la escala que se puso sobre la mesa durante 2024. El fondo canadiense planteó una exclusión de la empresa a un precio de 10,5 euros la acción, una etiqueta que los pequeños inversores consideran muy lejana al potencial valor de la compañía. Los minoristas sitúan el objetivo entre los 20 y los 21 euros, el doble que la propuesta norteamericana, y cerca del triple del valor actual. Algunas voces, especialmente desde el accionariado crítico, coinciden con esta lectura. De hecho, el diagnóstico es similar al que hizo el pasado verano el fondo Mason Capital, uno de los activistas que ha alcanzado el estatus de accionista relevante en los últimos meses, habiendo superado el 3% del capital en propiedad. El consenso de los analistas también multiplica el valor de la catalana, pero no a los niveles que defienden los inversores: las 13 firmas que la observan apuntan a un valor medio de unos 15,9 euros por acción, un aumento del 98% respecto de los niveles actuales. En caso de que la OPA vuelva a escena, voces inversoras aseguran que sería posible una aceptación suficientemente elevada si Brookfield -u otro comprador- se acerca a estos niveles de precios.

El nou CEO de Grifols, Nacho Abia / EP
El CEO de Grifols, Nacho Abia / EP

La cruz del consejo de administración: la familia contra los críticos

Mientras Grifols intenta recuperarse en los tribunales y en los parqués bursátiles, la junta de accionistas promete un conflicto por su jerarquía corporativa. La reunión de inversores, que se celebrará el próximo 5 de junio, ya supondrá un cambio profundo, anunciado hace meses: el abandono de Thomas Glanzmann de la presidencia no ejecutiva en favor de la independiente Anne-Catherine Berner. Glanzmann, cabe recordar, era uno de los hombres fuertes del family office Scranton, causante de muchos de los conflictos detectados por Gotham y que la CNMV investigó durante meses. También será necesario ratificar tres nombres para las sillas directivas, uno de ellos entre especiales conflictos: la comisión de nombramientos, de la cual forma parte Berner, ya ha anunciado que la Junta deberá suscribir los cargos de Víctor Grifols Deu y Pascal Ravery; pero deja en el aire el de Paul Herendeen. Herendeen, cabe recordar, es el hombre colocado en el consejo por los fondos activistas -Mason y Flat Footed, entre otros-. El documento del grupo especializado argumenta que la solicitud -«recogida exclusivamente para cumplir la demanda de los minoritarios»- no es adecuada, en tanto que supondría aumentar los miembros de la mesa de gobierno corporativo de una forma «poco adecuada en cuanto a la gobernanza».

Según fuentes del accionariado consultadas por este medio, el movimiento podría responder a una resistencia de la familia fundadora a los ataques de los fondos activistas desde la crisis de Gotham. La contundente carta de Mason apuntaba a los Grifols como causantes de la «mala gestión» que había empeorado la salud de las cuentas de la compañía; y tanto ellos como sus aliados llevan meses reclamando la dimisión del consejero externo Tomás Dagá, abogado del bufete Osborne Clarke y una de las voces más próximas a la saga farmacéutica catalana. Las mismas fuentes apuntan que el enfrentamiento con la familia no se replica en el resto de accionistas. Aun así, el voto contra Herendeen podría salir adelante. «Muchos accionistas pasivos delegan el voto al consejo, y este está controlado por la familia», argumentan. Habrá que ver el efecto que este movimiento tendrá sobre los mercados; y si los Grifols logran el apoyo para evitar el acceso de los críticos al consejo.

Imatge d'arxiu d'el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura | Diego Radamés (Europa Press)
El expresidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura | Diego Radamés (Europa Press)

Calma en el frente jurídico

La incertidumbre técnica que precede a unos resultados ha tenido una contrapartida en el frente judicial. La denuncia de Grifols contra Gotham por posible manipulación del mercado con su informe de enero de 2024 toma impulso, con el apoyo de voces relevantes de los reguladores económicos españoles. El último en unirse a la trinchera de Grifols ha sido Rodrigo Buenaventura, expresidente de la CNMV recientemente sustituido por Carlos San Basilio. Tras dos retrasos, Buenaventura ha comparecido este mismo viernes en la Audiencia Nacional ante el juez Calama, y ha sido especialmente contundente contra la firma especuladora de Daniel Yu. Según el dirigente bursátil, ahora secretario de la IOSCO, Gotham habría «dado datos falsos» en su report para hundir la valoración de Grifols y beneficiarse mediante apuestas en corto. Ya entonces, la mayoría de expertos consultados negaban la máxima del documento, que llegaba a asegurar que «la acción valía prácticamente cero»; pero esta certeza no mitigó las inmensas caídas del valor bursátil, que hicieron perder a los inversores unos 3.800 millones de euros en cuestión de días.

La declaración de Buenaventura, favorable a los intereses de la catalana, ha sido celebrada por Foment del Treball. La patronal que dirige Josep Sánchez Llibre consta entre las voces más críticas con los ataques de Gotham. En este sentido, han emitido un comunicado ofreciendo «el más firme apoyo» al expresidente de la CNMV, y han denunciado «cualquier intento de desprestigiar una empresa que representa el modelo de crecimiento» catalán, fundamentado en «la industria y la innovación». «Gotham había dado información falsa sobre Grifols», ha reiterado Sánchez Llibre, lo que «representa también un ataque contra el conjunto del tejido industrial» del Principado.

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