Con el caso Grífols todavía sobrevolando el ambiente, la farmacéutica catalana ha querido dar un paso adelante para demostrar su músculo financiero y desvanecer las dudas sobre su salud económica. La multinacional ha anunciado este martes que colocará mil millones de euros en bonos sénior garantizados al 7,5% con vencimiento de cara al año 2030. En un comunicado, la compañía explica que los fondos obtenidos con esta operación se utilizarán para amortizar los fondos no garantizados con vencimiento en 2025.
«Esta transacción supone un importante hito financiero subrayando la confianza de los mercados financieros en la solidez del negocio y la resiliencia operativa de Grifols», señalan desde la farmacéutica. En esta línea, el presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann, apunta en unas declaraciones recogidas por la ACN que esta operación «refleja la fortaleza del negocio y la confianza que el mercado de la deuda tiene en nuestra salud financiera», un posicionamiento que quiere dejar atrás la crisis vivida a raíz del informe de Gotham City Research, donde se acusaba a la empresa de maquillar los cuentas.
En cuanto a los detalles del movimiento, Grifols ha contado con Osborne Clarke y Proskauer Rose LLP como asesores legales para cerrar la colocación de los bonos y con Deutsche Bank como agente colocador. En paralelo, la multinacional continúa avanzando en las negociaciones para cerrar la venda de su participación en Shangái RAAS al Grupo Haier por 1.800 millones de dólares. La compañía calcula cerrar esta operación durante el primer semestre de este año y estos ingresos se utilizarán para la reducción de su elevado endeudamiento, un hito por el cual ya anunció hace unas semanas el impulso de un proceso de refinanciación.
Cambios de gobernanza por una crisis mayúscula
Hay que recordar que la multinacional catalana ha tenido que afrontar en los últimos meses las acusaciones del fondo bajista Gotham City Research, que cuestionó las prácticas contables de la empresa y puso en entredicho la relación entre la compañía y Scranton. Algunas de las consecuencias de esta crisis son los cambios en la gobernanza, con la salida de la familia de las funciones ejecutivas de la compañía, la entrada del nuevo CEO, Nacho Abia, y la bajada del valor de las acciones en la bolsa.