Las grandes empresas españolas cumplen el guion en el conflicto por la OPA hostil lanzada por el BBVA sobre el Banco Sabadell. El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) Antonio Garamendi, en medio de un rechazo generalizado a la ofensiva del gigante bancario presidido por Carlos Torres contra la entidad catalana, ha apelado a la «libertad» para justificar la posición de los bilbaínos. «Las empresas son libres de actuar, de participar y de hacer ofertas o no», ha argumentado Garamendi durante una intervención en el quinto foro internacional organizado por el diario
A pesar del posicionamiento, Garamendi ha buscado ponerse de perfil ante la ofensiva del BBVA. El presidente de la CEOE, de hecho, se ha remitido a las declaraciones que ha hecho esta misma semana el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cuerpo -a quien loa como «brillante»-, que rechazó las preguntas sobre el tema asegurando que «no es la persona adecuada» para valorar las operaciones que se han puesto sobre la mesa. A pesar de este llamamiento a la libertad de empresa, beneficiosa para los intereses del banco vasco, el líder patronal español ha querido enaltecer los «magníficos equipos» de ambas compañeras -dado que, hay que recordar, forman parte de la CEOE-. Deja, pues, la decisión de vender la empresa «en manos de las partes, y también de los accionistas».

Nueva rendija con Fomento del Trabajo
La postura de Garamendi es diametralmente opuesta a la de la patronal catalana Fomento del Trabajo. La patronal catalana, hay que recordar, es parte orgánica de la confederación, y su presidente, Josep Sánchez Llibre es, de hecho, vicepresidente de la entidad española. Fomento, a diferencia de su matriz madrileña, se ha mostrado claramente contrario a la OPA hostil, argumentando cuestiones relevantes para el tejido empresarial catalán, como es el rol que el Sabadell tiene en la financiación de las pequeñas y medianas empresas, anchamente mayoritarias a la economía del país. «Con esta OPA Hostil del BBVA, si prospera, los grandes perdedores serán las pymes catalanas», alertan desde Fomento, alegante que quedarán «huérfanos» de las necesarias inyecciones de capital que suele exigir su actividad de negocio.