El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha cargado contra «la campaña de acoso y derribo» que están sufriendo, según él, las empresas y empresarios «con nombres y apellidos»: «A veces nos recuerdan en países de alguno otro continente o a gobiernos realmente no democráticos». En este sentido, Garamendi ha pedido que una vez pasen las elecciones y haya una nueva formación de gobierno, se tomen decisiones que favorezcan a los empresarios, puesto que él mismo ha insistido que son «los principales generadores de actividad».
Durante su intervención después de la reunión de la Asamblea General de la CEOE, Garamendi ha pedido al próximo Ejecutivo que salga de las elecciones del 23 de julio que defienda el valor de la empresa como principal «garantía para el crecimiento de la economía española». «Pedimos respecto a los miles de hombres y mujeres que en España arriesguen sus recursos y ponen en juego sus ahorros para convertirlos en más actividad, más ocupación y más ingresos públicos con los cuales sostener el bienestar de todos», ha incidido. Así pues, ha hecho énfasis en el papel del empresariado en la sociedad española y ha continuado reiterando que son «el motor, la razón por la cual el país y su economía funcionan».
Liberar las empresas de la presión fiscal
Garamendi ha estado muy claro con qué medidas necesitará aplicar el nuevo ejecutivo para mejorar la vida a las empresas. La principal que comenta es una reducción de la presión fiscal a las empresas españolas, evitando la creación de nuevos tributos, reformando los impuestos de sociedades y el IRPF o impulsando un buen sistema de incentivos fiscales para la inversión en la creación de ocupación. Ha insistido, además, en la eliminación del impuesto de sucesiones y patrimonio, a simplificar los tributos de apoyo a la innovación y en la reducción de las cuotas a la Seguridad Social, «donde España está mucho por encima de la media europea». Además, los empresarios también han demandado una mayor conexión de políticas educativas y formativas en una estrategia global de calificación y formación que racionalice e integre todos los instrumentos relacionados con la gestión del talento.