Fluidra hace equilibrios en un mercado bursátil desfavorable. La multinacional del sector de la piscina, una de las cuatro compañías catalanas en el Ibex 35, ha perdido este lunes un 2,4% del valor de sus acciones, quedándose cerca de los 22 euros. Esto sucede a pesar de haber presentado unos resultados anuales exitosos hace dos semanas, con 138 millones de euros de beneficio, un 21% más que en 2023. Las primeras horas tras el balance del curso fueron favorables para la cotización: los títulos subieron un 3% en pocas horas, alcanzando casi los 23,7 euros. Desde entonces, la coyuntura ha introducido dudas entre los inversores. «Es una empresa muy sólida, pero está luchando contra los elementos«, diagnostica el analista y profesor de los estudios de Economía y Empresa de la UOC, Joaquim Clarà. El problema es geográfico: Estados Unidos es su primer mercado, con cerca del 45% del negocio en 2024; mientras la cadena de suministro depende en gran medida de dos países en el punto de mira del presidente estadounidense Donald Trump: China y México, con un 15% y un 50% de los suministros, respectivamente. «Los movimientos de los últimos días corresponden a la incertidumbre sobre los aranceles», constata el analista de mercados Javier Cabrera.
Según Cabrera, la política económica que ha exhibido Trump en las primeras semanas de su mandato provoca muchos de los problemas que sacuden la acción de Fluidra. El sector de la piscina, especialmente en el segmento residencial, es muy dependiente del estado de la economía general. Un mercado laboral en alza impulsa la compra de vivienda, lo que a su vez activa la construcción. Durante la segunda mitad de 2024, las expectativas económicas para EE.UU. eran aún más que optimistas. Los inversores apuntaban que el mercado estadounidense funcionaría tan bien que dejaría atrás al mundo inversor europeo, en gran medida gracias a la creciente influencia de las empresas tecnológicas. Entre noviembre y enero, los títulos quedaron cerca de los 27 euros por acción en varias ocasiones. Entonces, los analistas aún no descontaban la política comercial proteccionista de Trump, esperando que confirmara cómo la aplicaría. Ahora, a solo un mes de la entrada en vigor de los aranceles a México, la compañía ha cifrado las potenciales afectaciones de las barreras comerciales en unos 50 millones de euros, más del 40% de sus ganancias netas. La Casa Blanca, según Clarà, «ata de manos a Fluidra», que se ve obligada a reaccionar.
La empresa, cabe decir, ya venía preparada. El guidance para 2024 ya recogía expectativas de cambio en el enfoque del negocio. Cabrera recuerda que la dirección «no esperaba un aumento demasiado importante» de la facturación en el segmento de la piscina residencial. El crecimiento, según la hoja de ruta para 2024, debía venir del ramo comercial -equipamientos públicos y otras inversiones corporativas o de la administración-. La firma presidida por Eloi Planas, de hecho, conserva mejores estimaciones que el resto del sector por su carácter prémium. Los catalanes «son fuertes en un mercado de alta gama, no apuestan solo por el producto más barato», recuerda el analista de mercados. El factor local ha definido mucho el comportamiento de las competidoras de Fluidra: mientras que Pool Corp, concentrada en EE.UU., ha elevado un 10% su capitalización en el último mes, Pentair, más deslocalizada, ha perdido más de un 13% del precio de sus títulos. El Ibex se encuentra en medio de las dos: «la volatilidad aproximada es del 15%, y hay margen para ver qué pasa con la empresa», argumenta Clarà.

Plan antiaranceles
La compañía ha intentado calmar los mercados con un proyecto para mitigar el impacto de los aranceles sobre su cadena de valor. Durante la presentación de resultados, cabe decir, no consiguieron el efecto esperado: «El proyecto no gustó mucho a los analistas, porque no quedaba claro cuál era, en concreto, el plan de la empresa», recuerda Cabrera. De hecho, solo dos días después de presentar resultados -en la reapertura del parquet bursátil tras el fin de semana- los títulos de la catalana se hundieron por debajo de los 21,5 euros. En su lectura de este lunes, sin embargo, Berenberg ha restado importancia al movimiento de los de Planas. La dirección proyecta una progresiva subida de precios para paliar los nuevos costos arancelarios; un reajuste de los proveedores para concentrarse más en EE.UU. y mejoras en términos de eficiencia corporativa. El encarecimiento, aseguran desde el banco de inversión, se notará en todo el sector. Por otro lado, los cambios en la cadena de suministro no pesarán especialmente, argumenta Clarà, porque tanto China como México han ofrecido precios más elevados en los últimos cursos. Cabrera, por su parte, ve límites en la estrategia: «van a volumen, a ganar cuota de mercado. Por eso, el margen se puede ver afectado incluso si se mejora la eficiencia». La convivencia de las dos visiones explica, en gran medida, los dos extremos en los que se sitúan las previsiones de los analistas: las más favorables apuntan hasta los 30 dólares, mientras que las más pesimistas otorgan un objetivo de 20.
Un suelo sólido
Las sacudidas trumpistas, cabe decir, aún no han convencido al conjunto de los analistas de que Fluidra deba perder valor a corto plazo. De hecho, recuerda Clarà, la compañía se ha movido en un «canal bursátil», con unos mínimos y unos máximos bien marcados. Los 22 euros en los que cotiza al cierre de la sesión de este lunes están, de hecho, en la mitad del túnel, lejos de los 19,5 euros que marcan los mínimos de la etapa. Las perspectivas del mercado dejan un importante margen de crecimiento para la catalana: el consenso apunta a un objetivo de 25,8 euros, lo que supondría una revalorización de la acción superior al 14%. El histórico banco alemán Berenberg ha ratificado en las últimas horas su consejo de comprar acciones, incluso al «múltiple exigente» en el que se mueven, precisamente en busca de un nuevo techo de valor. A principios de año, Barclays hacía una estimación aún más favorable, y proponía sobreponderar la acción catalana con un potencial de crecimiento del 18%. Entonces, los británicos otorgaban un objetivo de 28 euros por título. Un nivel cercano a las consideraciones máximas actuales, que rondan los 30 euros.
Los expertos consultados apuntan a la buena salud de los balances de Fluidra para descartar una pérdida sustancial de valor a pesar de los peligros arancelarios. «La rentabilidad sigue siendo positiva, y la ratio de deuda es más que saludable. Los estados financieros están muy bien», declara el profesor de la UOC. Sobre estos fundamentos, se hace difícil pensar que rompa alguna resistencia a la baja. Cabrera, por su parte, considera posible que el mercado rebaje ligeramente sus estimaciones, y sea más conservador con el potencial alza de la capitalización a corto plazo. «Habrá algún ajuste a la baja; algún recorte, pero no muy importante», comenta el analista. Para Clarà, sin embargo, el verano será un buen momento para el accionariado cugatense. A corto plazo, el economista reconoce la posibilidad «de alguna bajada, tal vez hasta los 21,5 euros». Cuando el mercado pierda el miedo a las sacudidas de Trump, y el buen tiempo impulse la demanda, «se podría llegar hasta el objetivo establecido».