Nuevo atrás de Europastry en su salto hacia la cotización. La catalana, referencia en la industria de la demasiado congelada, el pan y la bollería, ceja en la salida a bolsa dos días antes de su debut al parqué madrileño, previsto para el próximo jueves 10 de octubre. Se trata del segundo intento fallado de asaltar los mercados públicos en pocos meses, después de la parada que ya lamentaron el pasado verano. En un comunicado emitido martes al atardecer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la firma de la familia Gallés cita la elevada inestabilidad geopolítica como principal detonante de esta vuelta atrás.
Hay que recordar que varias voces consultadas por
Esta decisión, pero, no implica que la catalana abandone sus pretensiones de salir a cotizar. Tal como recoge la misma nota emitida a la CNMV, Europastry «y sus accionistas continuarán valorando la posibilidad de salir a bolsa cuando la situación de los mercados lo permita». Justo es decir que los posibles efectos secundarios de la guerra en el Próximo Oriente eran potencialmente perniciosos para la multinacional alimentaria: pocos días antes de la salida, el diario

Una oferta ambiciosa
Más allá de las dificultades geopolíticas, pero, Europastry se encontraba en una situación halagüeña en cuanto a su atractivo sobre el mercado: tal como apuntaban varias voces especializadas, la catalana ocupa una importante posición en un mercado especialmente competitivo, como es lo del mundo del pan y la bollería. Con una facturación de 1.300 millones de euros, muestra un negocio sólido a pesar de acumular un considerable endeudamiento. La salida a bolsa, de hecho, tenía que servir para reducir la ratio de pasivo sobre patrimonio a un 2,5x, hecho que habría permitido ofrecer buenas sensaciones a los compradores sobre un resultado anual del 2023 que dejó a las arcas una facturación de 1.300 millones de euros. Sobre este cimiento, la compañía planteaba una oferta pública de venta (OPV) de entre 11,2 y 13,25 millones de acciones, a un precio que oscilaba entre los 15,85 y los 18,75 euros por título -un nivel razonable a ojos de los principales analistas, si bien con potencial de elevarse hasta los voltios de los 20-. Con todo, la valoración de la compañía se preveía a los voltios de los 1.600 millones.