MónEconomia
El Sabadell se refugia en Cataluña de la OPA hostil de BBVA

El Banco Sabadell vuelve a Cataluña en medio de una guerra. La entidad recupera su sede social en el Vallés siete años después de abandonarla bajo las presiones políticas a raíz del referéndum de independencia del 1 de Octubre. Ahora, sin embargo, es la entidad la que pasa por momentos turbulentos: el regreso a los orígenes se completará en plena fase 2 de estudio de la OPA hostil de BBVA, una ofensiva histórica en la banca española con fundamentos de negocio, pero cargada de tensiones políticas. Cabe recordar que la agresión de los de Carlos Torres se produjo en medio de la campaña electoral para las elecciones del 12-M, y recibió el rápido rechazo de fuerzas políticas, sindicatos, agrupaciones empresariales e instituciones catalanas. Incluso las patronales han salido al ataque: tanto Foment del Treball como Pimec, así como entidades territoriales, han buscado personarse ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para hacer explícita su oposición a la compra, un movimiento que no ha tenido réplica en el empresariado español, que se ha puesto de perfil ante la concentración bancaria sin atender los riesgos de competencia que conlleva.

En este sentido, el banco presidido por Josep Oliu deshace el camino que lo llevó a Alicante en 2017 en un contexto político ampliamente diferente del que abandonó ahora hace tres cuartos de década, pero con una implantación en Cataluña igual de importante -o superior- a la que tenía entonces. Los riesgos de la fusión en este sentido son evidentes, y la entidad encuentra intereses convergentes en su regreso al Principado: cabe recordar que, en el caso de que el BBVA se salga con la suya, más del 65% del crédito empresarial del país quedará en manos de dos entidades. Buena parte del mismo se perdería, según ha alertado la patronal de pequeñas y medianas empresas Pimec, que calcula una erosión de los préstamos a las pymes del territorio de un 8%, cercano a los 5.400 millones de euros anuales. En este contexto, más allá de la percepción del tejido social catalán, la Autoridad Catalana de la Competencia envió recientemente un contundente informe a sus homólogos españoles detallando los peligros de una hipotética compra, y aclarando su oposición. Las autoridades valencianas, bajo el control del Partido Popular, han sido similarmente vehementes contra la operación, en tanto que los efectos materiales sobre el tejido de negocio del País Valenciano son comparables a los que se notarían en Cataluña.

Los accionistas sabadellenses, muchos de ellos concentrados en Cataluña, han hecho piña contra una operación que leen como «prepotente» por parte de los vizcaínos; con unos intereses alineados con el gran capital español. El mercado, sin embargo, no ha premiado la actitud de Torres, y ha disparado la acción del Sabadell en los últimos meses -la mejor del Ibex en 2024, con un alza superior al 82% en el último año-, mientras que ha ralentizado el alza del BBVA, que registra el peor rendimiento de toda la gran banca española. De hecho, los actores económicos del país ven motivos técnicos para rechazar la oferta pública: el principal, la elevada exposición que el Banco de Bilbao padece en el mercado mexicano, el primero en aportación a sus beneficios. Un entorno, cabe decir, especialmente amenazado por la todavía errática política económica y comercial de la aún joven administración Trump. Curiosamente, pues, el BBVA quiere el Sabadell para ser más español que antes.

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu / ACN
El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu / ACN

Coincidencias con los socialistas

Poco después de confirmarse el regreso de la sede social a Cataluña, la mayor parte de la prensa madrileña ha apuntado a la irrupción del PSC de Salvador Illa en la Generalitat como motivo central para justificar el cambio de parecer. Cabe recordar que, preguntados prácticamente en cada rueda de prensa que ofrecían, los directivos del Sabadell insistían en que aún no se contemplaba un regreso al Principado como el que se consumará esta semana. Cierto es, como mencionaba el presidente de la Asociación de Accionistas Minoritarios del Banco Sabadell Jordi Casas, que el capital internacional presente en el Banco Sabadell tuvo un rol prominente en la retirada a Alicante. «Los fondos inversores internacionales son muy sensibles, tienen mucho miedo. El riesgo de quedar fuera de la cobertura del BCE fue lo que hizo tomar la decisión», declaró el que fuera diputado de Unió Democràtica de Catalunya, miembro también de la dirección de Foment del Treball.

Ahora bien, a raíz de la OPA, hace tiempo que el gobierno socialista español y la dirección del Sabadell muestran cierta sintonía. A raíz del duro posicionamiento del ministro de Economía Carlos Cuerpo contra la OPA, que ha declarado a menudo que está dispuesto a «poner pie en pared» para evitar la concentración bancaria en el Estado a pesar de la aquiescencia de los organismos financieros y monetarios internacionales, las posturas se han hecho más cercanas. En la última edición de la reunión del Círculo de Economía, después de su ponencia ante la élite económica barcelonesa, Cuerpo se dejó ver conversando con Oliu y el presidente del club y antiguo directivo vallesano, Jaume Guardiola, en los pasillos del Palau de Congressos de Catalunya, todo ello ante asistentes y cámaras.

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante un pleno en el Senado / EP

Sánchez y el control del Ibex

El regreso, pues, encaja estratégicamente con el discurso que han lanzado Illa y Pedro Sánchez en cuanto al retorno de una cierta paz empresarial a Cataluña. De hecho, continúa usando el espantajo de la desestabilización institucional para atacar a su oposición -especialmente ante el empresariado, como hizo durante su intervención en la última edición de los premios de Foment del Treball-. Lo hizo, de hecho, ante un Josep Sánchez Llibre que ha sido uno de los grandes defensores del regreso de las sedes sociales, contra el criterio de la CEOE y del presidente de los empresarios españoles, Antonio Garamendi, que aboga por la libertad empresarial para situar las sedes donde las direcciones quieran.

También se produce en medio de un terremoto económico, poco después de un movimiento del mismo presidente del gobierno español para garantizar una dirección afín a otro Ibex: el nombramiento de Marc Murtra, un hombre de partido, como presidente de Telefónica en sustitución de José Maria Álvarez Pallete, sucesor de César Alierta, un hombre fuerte de Aznar en el mundo corporativo. El regreso al Vallés Occidental, pues, tiene una multitud de aristas políticas en un momento en que es la Castellana quien tiembla, y donde las trincheras económicas tienen el mismo peso en el mundo político -reubicadas, con diferentes ejes- que hace siete años.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa