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El Sabadell se reivindica contra la OPA en la junta de regreso a Cataluña

Cataluña vuelve a acoger una junta general de accionistas del Banco Sabadell ocho años después. La entidad vallesana se ha reunido en la Feria de Sabadell para escenificar la resistencia contra la OPA lanzada por el BBVA el pasado mes de mayo. La recuperación de la sede histórica les ha permitido rodearse del capital tradicional, alienado en los últimos años mientras la entidad permanecía desplazada a Alicante. El calor de los inversores locales se ha hecho físico al terminar la intervención del presidente, Josep Oliu, con una ovación que ha hecho llorar a alguno de los presentes. Uno de los minoritarios presentes celebraba, antes del inicio de la jornada, que «es un día para reivindicarse». «La marcha fue muy dolorosa para muchos, y especialmente la gente mayor lo echaba mucho de menos», comentaba Jordi Casas, presidente de la Asociación de Accionistas Minoritarios. Jugando en casa y -por primera vez desde 2017- ante los suyos, Oliu y el consejero delegado, César Gónzález-Bueno, han ensalzado las virtudes de la entidad para espantar una absorción hostil que, como reiteran a menudo, «no tiene ningún sentido». «El banco está en su mejor momento, y esto no ha terminado», ha sentenciado el CEO.

Oliu, entre aplausos, ha asegurado que el Sabadell «se encuentra en su mejor momento, con una trayectoria ascendente de la acción» a pesar de la ofensiva vasca. A la salida de 2024, cabe recordar, el banco alcanzó un beneficio récord de 1.827 millones de euros, con una rentabilidad del 14,9% -elevada, cabe decir, por unos excepcionales de nueve décimas que han sido positivos en el balance-. Sobre este resultado, la entidad catalana escaló un 79% en la bolsa en 2024, liderando las alzas del Ibex-35. Por el contrario, en el mismo período, el BBVA fue el peor banco del selectivo español, con un corto 14,9%. A principios de 2025, cabe recordar, la oferta presentada por la directiva del presidente Carlos Torres quedó en negativo, y toda la prima para los inversores desapareció. «Si alguien hace el intercambio de acciones ahora mismo, perderá dinero», ha sostenido González-Bueno.

Durante los tres primeros meses de 2025, además, la tendencia se ha mantenido: la entidad vizcaína ha escalado al ritmo del sector, un 40% desde el 1 de enero; mientras que la vallesana lo ha hecho ligeramente por encima, rozando el 48%. González-Bueno, además, defiende que no se ha tocado techo. «Nuestra elevada rentabilidad es sostenible, y tiene margen de mejora. Todos los negocios del banco están enfocados en impulsar aún más nuestro crecimiento», ha asegurado el CEO. Así, para Oliu, la OPA hostil «infravaloraba enormemente el proyecto del Sabadell, y todavía lo hace». Además, el mercado financiero ve un valor más firme en el banco vallesano, en tanto que permanece como «el único banco español sin recomendaciones de venta por parte de las casas de análisis». De hecho, algunos observadores ya elevan el precio objetivo hasta los 3 euros, por encima incluso del valor contable de la compañía, que ronda los 2,9 euros por acción.

El consejo del Sabadell durante la Junta de Accionistas / EP
El consejo del Sabadell durante la Junta de Accionistas / EP

Pymes catalanas contra México

En su intervención -que ha sido completamente en castellano- Oliu ha profundizado en los peligros de competencia que supondría la absorción por parte del BBVA, especialmente en el ámbito del crédito a las pequeñas y medianas empresas. El Sabadell, ha recordado el presidente, «es un elemento fundamental del esquema institucional de Cataluña», así como de otros territorios con especial penetración, como el País Valenciano. «Nuestra filosofía es hacer posibles los negocios de los clientes», defiende Oliu; frente a un BBVA que busca «competir con los grandes bancos europeos y norteamericanos». En este sentido, reivindica el rol del banco standalone como «líder español para grandes empresas, pymes, autónomos y start-ups». González-Bueno, en un sentido similar, ha hecho bandera de la continuidad histórica del Sabadell como fuente de crédito corporativo. «El banco fue fundado por 127 empresarios para ayudar a financiar la industria local. 144 años después, mantiene su ADN como banco de empresas y pymes», ha elogiado.

En la otra esquina del cuadrilátero, un BBVA diversificado, pero extremadamente expuesto a mercados emergentes. Cabe recordar que más del 60% de los beneficios de la entidad vasca provienen de México, Turquía y otros entornos de América Latina. El balance vallesano, por su parte, concentra el 97% de las ganancias en el Estado español y el Reino Unido, unas geografías mucho más estables que las del otro lado del Atlántico. «España siempre ha sido, y continuará siendo, el mercado principal de nuestra actividad», ha sostenido el consejero delegado. El rendimiento en dos mercados europeos, añade, permite hacer planes de futuro más estables. A diferencia del BBVA, el Sabadell tiene una «elevada visibilidad sobre los beneficios futuros», que puede garantizar unos márgenes más fiables que el banco opante.

El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno / EP
El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno / EP

Poca credibilidad de la oferta

En su discurso, Oliu ha profundizado en las dudas que plantea el atractivo de la OPA en las condiciones actuales. El reciente informe sobre la oferta que BBVA envió a la SEC -la autoridad bursátil estadounidense- indica, para el presidente, «que la opción más probable es que no haya fusión». Es decir, que, en caso de que la compra siga adelante, se mantendrán ambas marcas. «Las sinergias de costos son reales si hay fusión; sin ella son menores y mucho más difíciles de realizar», critica el directivo. El «valor incierto» que ya detectaban en la OPA el pasado mes de mayo es aún más profundo sin certezas a medio plazo.

Aunque la OPA terminara realizándose sin fusión, para Oliu, la victoria del BBVA supondría la «pérdida de la identidad corporativa del Sabadell», un valor que consta «entre los que aporta más ventaja competitiva». Deshacer la estructura vallesana, lamenta el presidente, supone eliminar «el modelo de relación humana» del equipo del banco con «el entramado social» que lo rodea. En este sentido, destaca el peligro que supondría la hipotética absorción en términos de pérdidas de clientes y, por tanto, una fuga de negocio. Contra este peligro, Oliu intenta convencer al accionariado: «si continúan apostando por este proyecto, habrán contribuido al bien común del país». «La decisión está en sus manos», ha concluido.

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