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El Sabadell se recupera en bolsa y amplía la brecha de la OPA hasta los 1.200 millones

La semana bursátil ha sido especialmente movida en el mundo financiero. La incertidumbre con la decisión monetaria de la Reserva Federal y las amenazas a los mercados de deuda han anclado los valores bancarios del Ibex 35, que cerraron las sesiones de lunes a miércoles en un rojo profundo. El Banco Sabadell, en plena fase final de la OPA hostil del BBVA, fue el valor más dañado, con una caída superior al 6% en solo tres días. En el caso catalán, al mal ambiente macroeconómico se debía sumar la salida de los inversores oportunistas, que habían apostado por la entidad a la espera de una mejora de la oferta por parte del Banco de Bilbao. Una mejora que, por ahora, el mercado considera que no llegará; y, por lo tanto, que ya no entusiasma a los especuladores. La caída, mucho más intensa que la de los oferentes, redujo la prima negativa de la OPA hasta el 5,5%, en mínimos desde mayo. El jueves y, especialmente, el viernes retornó la estabilidad al Sabadell, gracias a la baja ratio de arbitrajistas que, según el consejero delegado, César González-Bueno, había en su capital: los vallesanos recuperaron prácticamente la totalidad de las pérdidas de los primeros días. Con este movimiento alcista, han situado la acción cerca de los 3,5 euros, y han retornado la brecha de la OPA hasta el 7,6%.

Según la capitalización del Sabadell del pasado viernes, que se eleva hasta los 16.774 millones de euros, la oferta de canje del BBVA infravalora al banco catalán en unos 1.274 millones. Es decir, este sería el monto que perderían, en valor de sus carteras, los accionistas vallesanos que decidan aceptar las condiciones que recoge el folleto. Cabe recordar que, en el documento aprobado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la ecuación permanecía la misma que se había establecido tras el pago del último dividendo del Sabadell: una acción del BBVA y 70 céntimos por 5,5483 títulos vendidos. Esta propuesta fue tildada de «ofensiva» por la Asociación de Accionistas Minoritarios del Sabadell; mientras que, a ojos del consejo de administración, es «aún peor» que la que ya rechazaron en la primavera de 2024.

Carlos Torres, en la presentación de resultados del BBVA que ha tenido lugar este jueves en Madrid | Miquel Vera (ACN)

Cae la tesis del BBVA

Los movimientos del mercado niegan parte del argumentario del BBVA, que hace tiempo sostiene que los títulos del Sabadell están sobrevalorados, precisamente, a causa de la OPA. Según el diagnóstico del presidente vasco, Carlos Torres, los especuladores estarían inflando artificialmente el valor del banco catalán, que «colapsaría» en caso de que la oferta fracasara. Después de que los arbitrajistas hayan, a ojos del mercado, comenzado a retirar su apuesta por la oferta, los títulos del Sabadell permanecen por encima del precio objetivo de consenso entre los analistas, que se sitúa en unos 3,35 euros.

Se descuenta, sin embargo, que una vez la OPA desaparezca de la escena, el Sabadell sufrirá un retroceso bursátil. Incluso el presidente del banco catalán, Josep Oliu, ha reconocido esta posibilidad: en un encuentro con accionistas, sin embargo, matizó que la bajada sería «ligera y temporal»; y que, una vez las turbulencias terminen, volverá a la tendencia creciente y recuperará su valor fundamental. Algunas firmas, como Renta 4, comparten esta tesis, y abren la puerta a sus clientes a vender en el mercado abierto sus participaciones ahora, esquivando el mal ambiente que está causando el periodo de aceptación de la operación; para volver a comprarlas posteriormente, una vez este finalice, a un precio temporalmente más bajo.

Los juegos de calendario

En todo caso, el BBVA tendría hasta el próximo miércoles 24 de septiembre, de acuerdo con el calendario actual, para comunicar al mercado una mejora de la oferta. El decreto español de OPAs concede al oferente margen hasta cinco días antes del final de la transacción para modificar sus condiciones. Esto situaría el límite el martes 1 de octubre. Ahora bien, el Banco de Bilbao debe cumplir también con la legislación estadounidense, que amplía este plazo hasta los 10 días.

Según Torres, una vez pase este umbral, «quedará claro que el precio no subirá» y, por tanto, el mercado actuará en consecuencia. Sin embargo, el BBVA aún tendría avenidas para manipular tanto el precio como el calendario de la OPA: la actual propuesta utiliza solo 30 días de los 70 posibles para un periodo de aceptación. El banco oferente puede aún seguir alargando el plazo hasta esos 70 días; y, con él, el límite para cambiar las condiciones de la operación. Por tanto, el Banco de Bilbao podría dejar pasar el día 24, aprovecharse de una hipotética caída en la bolsa y, posteriormente, alargar el plazo de aceptación y mejorar el canje recogido en el folleto más adelante. Aunque sería una jugada que la Vela reivindicaría, los analistas consultados aseguran que «crearía más desconfianza en el mercado», en tanto que «revelaría que la adhesión a la oferta no está yendo bien»; hecho que podría dañar la cotización vizcaína y, a su vez, el valor final de la OPA.

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