La decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha trastocado el ritmo bursátil del Banco Sabadell. Mientras la banca salía ganadora de las últimas semanas en el Ibex-35, impulsada por un nuevo récord de beneficio que ha cambiado las expectativas que los analistas financieros ponían sobre la mesa a finales de 2024, las escasas condiciones que la autoridad española ha impuesto a BBVA para llevar adelante la oferta hostil han golpeado los títulos vallesanos. El pasado viernes, rodeadas de verde en su sector, las acciones del Sabadell perdían un 1,33% de su valor, en una de las primeras jornadas favorables para el banco opante desde el inicio del curso. La prima de la compra sigue lejos de ser positiva; pero, antes del favor de Cani Fernández a Carlos Torres, la brecha en la evaluación del Sabadell -favorable a los accionistas vallesanos- era de unos 950 millones de euros. La sacudida, sin embargo, puede ser temporal, dado que la sede operativa de Sant Cugat espera varios giros favorables de los vientos empresariales.
Solo cinco días después del dictamen de Competencia, el presidente de la entidad, Josep Oliu, y el consejero delegado, César González-Bueno, se encuentran con la primera oportunidad para recuperar el favor de los mercados. La 40ª Reunión del Cercle d’Economia aspira a ser un punto de encuentro para el discurso sobre la nueva geopolítica en el mundo de Donald Trump, pero la OPA centrará muchas de las conversaciones que acogerá el Palacio de Congresos de Cataluña. La fiesta mayor de la burguesía barcelonesa recibirá a algunos de los grandes valedores de la causa sabadellense: tanto el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, como el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, han sido opositores vocales al proyecto del Sabadell; así como lo ha sido el presidente de la Generalitat, Salvador Illa. Ya el curso pasado, solo unas semanas después del inicio de las hostilidades de BBVA, Cuerpo utilizó la plataforma que ofrecía el Cercle para escenificar un acercamiento con Oliu y González-Bueno, dejándose fotografiar con ellos en pleno hall del edificio congresual.
El mismo Cercle, cabe decir, se ha erigido en parte activa de la conversación contra la OPA en las semanas anteriores a la celebración. No en vano su presidente, Jaume Guardiola, había sido primer ejecutivo de la entidad antes de la entrada del actual CEO. Guardiola, en los últimos días de su mandato al frente del club de las élites económicas de la capital, se ha alineado con el mundo patronal catalán y con las administraciones del país para alertar al accionariado del Sabadell contra la adquisición. «Muchas empresas se pueden ver afectadas», criticaba el directivo; que también ha dirigido críticas contra la CNMC por su análisis de la competencia. En una entrevista con la Agencia Catalana de Noticias, alertaba que «la visión tan numérica» que ha aplicado la Competencia española al estudio de la operación «puede no reflejar correctamente la realidad». Más cualitativa ha sido la aproximación de la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO): su presidente, Roger Loppacher, se ha posicionado contra las decisiones de sus homólogos españoles, y ha calificado de «insuficientes» los compromisos aceptados.
El encuentro en Barcelona también servirá para reunir un mundo patronal extremadamente descontento con el posicionamiento de la CNMC. Las principales organizaciones empresariales del país han encabezado la carga contra la OPA, subrayando el gigantesco agujero de crédito -unos 75.000 millones de euros, según Foment del Treball- que dejará para las pequeñas y medianas empresas del país. El compromiso de mantener las condiciones existentes para los negocios que concentren más del 50% de su financiación en ambas entidades es, a juicio de los empresarios, «insuficiente» para garantizar el buen funcionamiento del tejido empresarial catalán. Pimec fue una de las primeras en atacar la resolución, mientras que Foment -una de las muchas organizaciones a las que la Competencia española ignoró en su test de mercado- aún no se ha pronunciado. Los presidentes de ambas asociaciones, Antoni Cañete y Josep Sánchez Llibre, son habituales de las jornadas del Cercle.

Resultados en la parte alta del Ibex
Poco después del final del encuentro barcelonés, el Sabadell presentará en la sede operativa de Sant Cugat unos resultados trimestrales que se prevén más que favorables, en un entorno de nuevos récords bancarios. Según las estimaciones de Renta 4, el banco catalán podría ser el Ibex que mejor se comporte en los tres primeros meses del curso, con unas ganancias de más de 400 millones de euros. Según la analista especializada en banca Núria Álvarez, el balance vallesano otorga un potencial bursátil importante. La experta sitúa el precio objetivo de las acciones del banco cerca de los 3,20 euros, unos 70 céntimos por encima de los niveles actuales. A principios del curso, el target de Renta 4 para la compañía superaba de poco los 2,50 euros. En caso de que el Sabadell alcance este umbral, el desequilibrio con la oferta vasca podría ser aún más profundo. Todo dependerá de las cifras que presente González-Bueno el próximo jueves día 8.
Un proceso largo
A pesar de que la próxima semana será clave para el futuro inmediato del Sabadell, a la OPA aún le quedan unas cuantas semanas antes de resolverse. El ministerio de Economía ya estudia el dictamen de la CNMC, pero la conocida como fase 3, en la que el ejecutivo español puede imponer sus condiciones adicionales a las de Competencia -a condición de que respondan a otros ámbitos de la actividad bancaria- se puede alargar un mes y medio. Economía dispone de 15 días hábiles para revisar las medidas impuestas por la autoridad del mercado español, y el Consejo de Ministros tendría 30 más para estudiar su respuesta. Posteriormente, la CNMV emitirá su juicio sobre el folleto de la OPA, y se activaría el plazo de aceptación, que se podría prolongar hasta 70 días. El final de la historia, pues, podría llegar a principios de septiembre, durante los primeros compases del nuevo curso financiero. Fuentes accionariales apuntan que el paso del tiempo es pernicioso para los intereses de BBVA. «La acción del Sabadell tiene una evolución favorable, y nada hace pensar que esto tenga que cambiar», declaran las mismas voces al Món Economía.