Como el resto del sector bancario del Estado, el balance del Banco Sabadell sigue escalando sin parar. Los más de 1.800 millones de euros de beneficio que han registrado los vallesanos destacan especialmente en medio de la OPA hostil que pesa sobre la entidad desde el pasado mes de mayo por parte del Banco de Bilbao. A pesar de que la cuenta de resultados ha sido recibida con frialdad por parte del mercado, con un retroceso del 0,8% de la acción en las primeras horas, el consejero delegado de la entidad, César González-Bueno, ha reiterado la «falta de sentido» que observa en la operación vasca sobre su estructura. «El valor intrínseco del banco es mucho superior a la oferta que ha presentado BBVA«, ha sentenciado el directivo durante la rueda de prensa posterior a la presentación de resultados. En este sentido, ha recordado la intensa variación del valor añadido de la propuesta que los de Carlos Torres pusieron sobre la mesa la pasada primavera, de cinco acciones del Sabadell por una del BBVA. Un valor comparado que, por ahora, es negativo. «El señor Torres dijo que la prima no sería negativa, y ahora ya lo es, entre un 1 y un 2%», ha recordado, señalando que la mayor parte del accionariado rechazará las condiciones actuales: «nadie canjeará sus acciones para perder dinero».
Los accionistas minoritarios, cabe decir, llevan tiempo alertando de que el valor que BBVA ha otorgado al Sabadell para ejecutar la compra no está en línea con sus fundamentales; con un importante peso en el capital, del 48%. Ahora bien, González Bueno ha alejado también a los principales accionistas institucionales de la compañía, que concentran más de la mitad de los títulos. Entre el gran capital, asegura el CEO, hay «más escepticismo que al principio», durante las primeras semanas después de que se presentó la OPA. «Hemos visto progresivamente, por parte de los fondos, que en estas condiciones se alejan» de la oferta. Sin el apoyo de esta fracción del accionariado, cabe decir, sería más complicado alcanzar el umbral establecido por la propuesta vizcaína, que se sitúa poco por encima del 49% del volumen tras el último movimiento de los de Torres para facilitar su éxito.
Según el criterio de la dirección, entonces, el BBVA debería mejorar su propuesta para recoger correctamente el valor del banco con una prima suficientemente atractiva para que el accionariado la acepte. El mismo Torres, cabe decir, ha negado a menudo la posibilidad de elevar la posible retribución a los accionistas vallesanos, a pesar de que, tal como publicaba esta misma mañana el diario madrileño Expansión, los resultados presentados la pasada semana deja un margen de hasta 1.900 millones de euros en el capital de la compañía para encender la agresión y mejorar sus posibilidades. Cuestionado por esta posibilidad, González Bueno no la ha comentado, remitiéndose a los comentarios explícitos del presidente del banco opante. «Han dicho por activa y por pasiva que no mejorarán la oferta», descarta el CEO; lo que estaría en línea con los análisis de Sabadell. Aun así, las previsiones de Torres no han sido clarividentes desde la última primavera; tal como ha recordado el mismo dirigente. El presidente del BBVA, recuerda, «dijo que pasaría en fase 1, y estamos en la fase 2».

Un dividendo «muy superior» al de BBVA
En la presentación de resultados, el Sabadell ha puesto especial énfasis en la mejora de la retribución a los accionistas que fundamentan sobre el nuevo balance. En los próximos 13 meses, entre dividendos y recompra de acciones, los vallesanos ofrecen a sus inversores una revalorización de 53 céntimos por título, que se añaden a los 8 céntimos que ya entregaron a cuenta de los resultados de 2024 el pasado otoño. Hasta principios de 2026, la entidad dejará en las cuentas de los accionistas más de 3.300 millones de euros, correspondiente al conjunto del capital que supera el umbral del 13%, establecido por la misma compañía para garantizar su solvencia. En comparación, apunta el CEO, se trata de una capacidad de pago por acción mucho más elevada que la que puede ofrecer el BBVA en caso de que se ejecute el canje. «Está claro que nuestra capacidad de distribuir dividendo es superior a la del Banco de Bilbao», ha detallado González-Bueno. En concreto, los 5.000 millones que repartirán los de Torres en los próximos meses suponen un 8% de su capitalización bursátil; mientras que los 2.100 millones adicionales para el Sabadell hasta principios de 2026 suponen un 16% del valor en los mercados de la compañía.
La directiva, cabe decir, se ha empeñado en negar que haya un esfuerzo consciente por su parte para lograr una mejor capitalización para convencer a sus accionistas con más valor y dividendos jugosos. De hecho, alega el directivo, el plan por el cual se establecía este umbral del 13% está vigente desde finales de 2023, mucho antes de que el BBVA presentara su última oferta hostil. El balance, cabe decir, apoya su tesis: el coste del riesgo cae sustancialmente a finales de 2024, y se espera que se mantenga «muy bajo» en los próximos cursos, por debajo de los 20 puntos básicos. Es decir, el Sabadell no habría entrado en tratos más arriesgados con ofertas agresivas para mejorar el beneficio a corto plazo y competir con una acción más valiosa con la OPA hostil. Sobre estas previsiones, el CEO sostiene que el valor del banco en la bolsa está razonablemente desvinculado de la propuesta de los de Torres, y asegura «con casi total certeza» que su cotización no caerá «con fuerza» en los próximos meses -no suficiente, en todo caso, para que el Banco de Bilbao recupere la prima en su canje-.
Sobre la posibilidad de integrar el banco catalán en la operativa de BBVA sin fusionar las marcas -es decir, sostener el Sabadell como filial en caso de que la OPA siga adelante- González Bueno ha restado solvencia a una decisión como esta. Recientemente, la presidencia del banco vasco contempló la posibilidad, especialmente a corto plazo, a raíz de la decisión de la Moncloa de elevar el peso del impuesto a la banca a aquellas compañías financieras que hubieran completado adquisiciones en el curso anterior a su pago. «Las OPAs tienen sentido para hacer fusiones, porque los remedies -las condiciones planteadas por el regulador- se deben cumplir solo por el hecho de ser propietario», argumenta el CEO. La de una oferta de adquisición para mantener dos entidades separadas, entonces, es una «hipótesis difícil», que «rechazan» los directivos vallesanos. Especialmente porque, en este caso, desaparecerían la mayoría de las «sinergias» que se generan a raíz de una integración, principalmente las amortizaciones tecnológicas y los recortes en plantilla. «El gran ventaja de una fusión es que echas fuera entre el 40 y el 50% de la plantilla. Si este desaparece, ¿por qué aceptar tantos inconvenientes?», ha ironizado.

Una oposición «social»
La decisión del Banco Sabadell de recuperar su sede en Cataluña, en el edificio histórico del banco en la cocapital vallesana, ha sido bien recibida por las principales autoridades políticas del país. Especialmente por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa; en tanto que la recuperación de los domicilios fiscales de las empresas que huyeron el 1 de Octubre de 2017 a raíz del referéndum de independencia se marcó como uno de los indicadores de «normalidad institucional» a los que aspiran los socialistas. A pesar de la victoria política que ha supuesto el viaje de regreso de la entidad, González Bueno ha negado que la elección haya tenido que ver con el apoyo o no de las administraciones a la OPA. «Llevábamos mucho tiempo dándole vueltas; pero hasta que un consejo de administración no toma una decisión, no hay una decisión tomada», ha declarado. El consenso empresarial y político al respecto, celebra, ha sido halagador; especialmente ante la ausencia de consecuencias comerciales, «ni positivas en Cataluña ni negativas en España».
De hecho, ha restado carga política tanto a su movimiento como a la oposición general a la OPA. Más allá del encaje en términos de competencia de la unión, González-Bueno ha indicado la oposición social y empresarial que ha recogido la potencial fusión. «Se han presentado en contra 79 asociaciones: sindicatos, patronales… Y eso se ha recogido en la opinión política», reflexiona el dirigente bancario. Este, asegura, es el fundamento de la decisión que deberá tomar el ministerio de Economía que dirige Carlos Cuerpo una vez la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia resuelva la fase 2 de estudio de la oferta. Entonces, la Moncloa tiene la potestad de establecer una fase 3 para «reducir, mantener o aumentar» las condiciones impuestas por el organismo que preside Cani Fernández. Sobre este calendario, desde el banco catalán estiman que «en caso de llevarse a cabo, el canje se ejecutaría en torno a junio». En las condiciones actuales, sin embargo, Sabadell ve cada vez más lejana una integración con el BBVA.