Las primeras cifras definitivas de la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell acercan una coyuntura aún más tensa que la que ya sufren ambas entidades: el ‘no’ masivo de los minoritarios que depositan las acciones en el banco catalán, unido a las previsiones de los fondos indexados y al rechazo previsto de los socios estratégicos, hacen muy difícil que el Banco de Bilbao alcance su primer objetivo de lograr el 50% de las acciones. Lo más probable, como ya aseguraban los grandes fondos de inversión norteamericanos en una reciente encuesta elaborada por Citi, es que el resultado se quede entre el 30 y el 50% y, por tanto, abra la puerta a una segunda OPA; en efectivo y con un precio equitativo establecido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Pocas son las voces que consideran que la Vela rechazará esta opción. Carlos Torres, asegura el director de inversiones de Gesinter Joan Esteve en conversación con Món Economia, «no dejará escapar la adquisición de Sabadell si ahora consigue un porcentaje que le permita seguir adelante«.
La segunda oferta, a diferencia de la primera, aporta una serie de certezas mínimas. La intervención del regulador bursátil dibujará un terreno de juego claro, con un precio equitativo que será, previsiblemente, superior al que ha planteado el BBVA. Las condiciones, sin embargo, aún no están claras: el decreto español de OPAs deja margen para interpretar los criterios que definirán el nuevo precio. Según la normativa, debería partir del promedio de la cotización del día en que se liquide la primera operación. Esta jornada, para empezar, ya es un misterio. El presidente de Sabadell, Josep Oliu, contempla que pueda ser cualquier día hábil entre el 17 y el 22 de octubre. Más allá de cuestiones de agenda, el mercado cuestiona si el cálculo que marca la norma «tiene sentido» para marcar la compra de una compañía como Sabadell. El mismo Esteve asegura que «sería más lógico» aplicar un método como el de descuento de flujos de caja, que también tiene en cuenta el rendimiento futuro de Sabadell.
La reacción del mercado
En primera instancia, los expertos consultados entienden que las acciones no deberían sufrir una sacudida demasiado significativa en caso de que el BBVA se aventure a una segunda OPA. «Hace 16 meses que esto está presente, el mercado debería tenerlo contemplado», sostiene el analista de mercados Javier Cabrera; que coincide en que cualquier resultado por encima del 30% servirá a la Vela para mantener sus ambiciones vallesanas. El riesgo podría venir después, una vez resuelta la segunda OPA; especialmente si el Banco de Bilbao está obligado a presentar una oferta por un porcentaje muy elevado del capital. «Cambiaría la cotización si la primera OPA va al poste, muy cerca del 30% de aceptación; hacen la segunda y la acepta mucha gente», argumenta el experto. Con la capitalización actual de Sabadell -unos 16.181 millones de euros-, el coste potencial para el BBVA podría oscilar entre los 8.000 y los 11.300 millones.

Según el banco, tendría acceso a una parte importante de ese dinero. En una reciente entrevista a Reuters, el consejero delegado, Onur Genç, aseguró que cerrarían el curso con un capital sobrante de 7.000 millones de euros -esto es, por encima de una ratio de capital del 12%, nivel que se autoimpone la entidad por razones de solvencia-. Cabe recordar que el BBVA, en todo caso, no debería pagar todo el monto previsto, sino solo la parte correspondiente a los accionistas que acepten la segunda OPA. Aun así, como Sabadell ha recordado a menudo, debería garantizar una cobertura completa del total del coste potencial ante la CNMV. Según la subdirectora de análisis de GVC Gaesco, Marisa Mazo, la Vela tendría margen de actuación para acceder a este capital, pero también ciertos escollos. Los 7.000 millones que promete Genç corresponderían al cierre de 2025, pero por ahora, con los resultados del primer trimestre en la mano, el margen de capital es de unos 5.500 millones de euros. Por tanto, debería tener acceso a más líquido. «Deberían ir a pedir dinero al mercado, y se abren una gran cantidad de posibilidades», sostiene Mazo.
En caso de que se aventure, sin embargo, habrá que ver cuál es la reacción del mercado. La misma analista recuerda que el margen de capital del 12% que conserva el BBVA está por encima del mínimo regulador impuesto por el Banco Central Europeo y, por tanto, aún tendría margen para vaciarse los bolsillos si fuera necesario. Aun así, firmas internacionales de la talla de Barclays han reclamado a Torres y los suyos que mantengan «la disciplina financiera» en caso de que tengan que afrontar un gasto en metálico.
BBVA recuerda el 50%
En una comunicación enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, sin embargo, el BBVA ha recordado que la condición mínima de aceptación sigue siendo el 50%. De hecho, detallan, aún es necesario que la OPA «sea aceptada por un número de acciones que permita adquirir más de la mitad de los derechos de voto» que genera la propiedad de Sabadell. Excluyendo la autocartera -el banco catalán conserva un 0,5% de sus propios títulos-, esto significa que el BBVA debería adquirir, como mínimo, un poco menos de 2.500 millones de acciones para tener éxito. Por ahora, este objetivo parece improbable.