El Cercle d’Economia quiere volver a la dinámica de pactos entre el Partit dels Socialistes de Catalunya y el mundo postconvergente. El presidente de la entidad, Jaume Guardiola, ha reclamado al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, que explore «pactos con el principal partido de la oposición» en el Parlamento para garantizar que su acción de gobierno quede arraigada en «la centralidad política del país». En su intervención en la clausura de la 40ª Reunión anual de las élites barcelonesas, Guardiola ha lamentado que el PSC haya llegado a «pactos con partidos que se alejan de la centralidad», en referencia explícita a las regulaciones de la vivienda. «Entendemos que esto es resultado de tener que llegar a acuerdos con estos partidos», ha lamentado Guardiola, reclamando un acercamiento con la formación independentista. Illa ha reconocido que algunas de las medidas para resolver la crisis residencial pueden «no gustar» al mundo empresarial, pero que es la única solución «a corto plazo».
Más allá del desacuerdo por la regulación residencial, Illa y Guardiola también han chocado por la fiscalidad en Cataluña. En línea con las expresiones de los principales lobbies empresariales del país, el presidente del Cercle ha reprochado al jefe del ejecutivo la excesiva carga impositiva que padecen, a juicio de sus socios, los ciudadanos y las empresas de Cataluña. De hecho, ha reclamado directamente «pactos con Junts» para reformar a la baja el modelo fiscal del país.
A pesar de que ha concedido que puede haber «ineficiencias» en la recaudación pública en el país, Illa se ha negado a hacer «una carrera fiscal a la baja» contra las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular que implementan prácticas de dumping fiscal, como la de Madrid, bajo el gobierno de Isabel Díaz Ayuso. «Estoy preocupado por la cohesión social. La ruptura de la sociedad tiene una expresión política», ha lamentado Illa, quien ha vinculado la falta de políticas sociales y el giro a la derecha del mundo económico a la erupción de «planteamientos populistas que no llevan a ninguna parte». «El límite de la fiscalidad es que desincentive la inversión», ha argumentado el líder socialista; una situación que, por ahora, no se da en Cataluña. «Las empresas me reconocen que las cuentas de explotación les van bien», ha trasladado, en defensa de una fiscalidad progresiva.

La financiación singular «avanza»
Preguntado por el acuerdo para reformar el modelo fiscal en Cataluña, Illa ha apuntado que «la financiación singular avanza» poco a poco. Cabe recordar que el pacto con Esquerra Republicana de Catalunya presentado el pasado verano no concretaba muchas de las cifras del nuevo sistema; y que estas se deben poner negro sobre blanco en las comisiones bilaterales entre el Estado y la Generalitat que se celebrarán a lo largo del presente curso. Aunque el entendimiento con ERC ya está asegurado -y también con los Comuns-, el presidente se ha instado a lograr «un consenso amplio» más allá de los acuerdos parlamentarios ya vigentes.
En la misma intervención, Illa se ha mostrado muy crítico con las derechas españolas, así como con partes del Partido Socialista, por el «ruido» que ha generado la reforma de la financiación. «Hay un punto decepcionante cuando vemos que la gente que opina, no se informa», ha criticado el jefe del ejecutivo. En este sentido, ha ido al choque con los barones del PP por su doble vara de medir la acción de gobierno. «Se quejan mucho, pero cuando deben enfrentar una emergencia con sus competencias, como con el apagón, van corriendo a pedir que el Estado se encargue», ha espetado Illa. «Y eso no puede ser».
Contra la OPA
En línea con la mayoría de dirigentes políticos que han pasado por las jornadas del Cercle, Illa ha expresado su desacuerdo con la OPA hostil del BBVA sobre el Banc Sabadell. Sin concretar ninguna medida en contra, el presidente ha asegurado que «preferiría que la oferta no saliera». Entre otras cuestiones, ha apelado al «arraigo» del Sabadell en Cataluña, así como a la erosión del crédito a las pequeñas y medianas empresas que causaría una potencial fusión -que se elevaría, según Foment del Treball, hasta los 70.000 millones de euros-. Preguntado en su intervención en el pleno del Parlamento por el resto de partidos, Illa ha comunicado que «está haciendo más de lo que dice» para resistir contra el movimiento del Banco de Bilbao. «Provoca una excesiva concentración del mercado», constata Illa, quien lamenta también la pérdida de puestos de trabajo y de espacios de toma de decisiones en Cataluña que podría provocar la desaparición de la marca Sabadell.