La OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell quedará en manos de los accionistas catalanes. Así lo ha confirmado este mismo lunes la entidad vasca que, en una nota enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, ha comunicado que no desistirá en la carrera por absorber el banco vallesano. La ventana para dar un paso atrás se había abierto con las juntas extraordinarias que celebró el Sabadell la pasada semana, que sirvieron para ratificar con práctica unanimidad la venta de la filial británica, TSB, al Banco Santander y el dividendo que se deriva, de unos 2.500 millones de euros, el más alto de la historia de la compañía. De esta manera, la directiva que lidera Carlos Torres rechaza los cantos del mercado, que aseguraban que el Banco de Bilbao mantendría su valor sin la polémica compra, y lanzará el folleto en el plazo esperado, a principios del mes de septiembre.
En la nota enviada al regulador bursátil español, el BBVA anuncia que «no desistirá de la OPA por la causa» de la venta de TSB y el dividendo asociado y, por lo tanto, «la misma se mantiene vigente de acuerdo con lo que se prevé en la normativa». Cabe recordar que el decreto 1066/2007, que regula las ofertas de adquisición públicas en el Estado, abría la puerta a que el oferente se retirara de la carrera, en tanto que la operación en el Reino Unido se considera un cambio significativo en el contexto del valor adquirido. Así, la Vela ignora las advertencias del Sabadell, que hace tiempo que avisa que la ofensiva vasca «no tiene precio ni tiene sentido»; y argumenta que «no habría deshonra en una retirada» dadas las sacudidas financieras y reguladoras que se han acumulado a lo largo de este año.
El siguiente paso se hará esperar hasta el mes de septiembre. La directiva vizcaína pactó con la Comisión que esperaría hasta pasadas las vacaciones estivales para activar el folleto de OPA y, con él, el periodo de aceptación para el accionariado sabadellense. No era, sin embargo, la primera opción: el presidente del regulador, Carlos San Basilio, había reclamado al BBVA un documento que contemplara el escenario con la venta de TSB y sin ella, para poder activar la comunicación con los inversores inmediatamente después de las dos juntas extraordinarias. No ha sido así, y la bancaria se podría alargar hasta noviembre, en tanto que la ley deja un margen de entre 30 y 70 días para adherirse -o no- a las condiciones propuestas desde Bilbao.

Con los ojos en la bolsa
BBVA llega a la fecha clave de septiembre en mejores condiciones que a principios del verano para llevar adelante su proyecto de absorción. Tras dar pistas de su plan financiero hasta 2028, los títulos se han revalorizado en más de un 20%, y han cerrado la sesión de este lunes por encima del umbral de los 16 euros. Por su parte, el Sabadell ha superado los 3,3 euros, una subida de más del 10% desde la presentación de los resultados semestrales y el plan estratégico para los próximos tres cursos. El análisis comparativo de cotizaciones deja la prima negativa en poco más del 6%, unos 1.000 millones de euros que aún perderían los accionistas vallesanos en caso de adherirse al folleto de OPA.
Ahora bien, hay opiniones confrontadas entre los analistas respecto al estado actual de los títulos del BBVA. Diversas fuentes del mercado apuntan que las subidas de los últimos días responden, precisamente, al hecho de que los inversores comenzaban a asumir que no habría OPA y, por tanto, apostaban con fuerza por un Banco de Bilbao en solitario. De hecho, voces cercanas a la negociación aseguraban que, en el momento que se diera por cerrada la oferta, «las acciones del BBVA subirán un 20%». En este sentido se ha expresado a menudo el presidente del Sabadell, Josep Oliu: a su parecer, «ambos bancos son más valiosos en solitario».
Otras voces consultadas ven más fundamento, y sostienen que la ofensiva sobre el Sabadell estaba anclando un valor que siempre debería haber sido más alto. Sin ir más lejos, Barclays ve un potencial de más de 18 euros, mientras que RBC marca el objetivo en los 17,50, ambas subidas sustanciales respecto a los niveles actuales. Por tanto, todos los ojos del mundo bancario estarán puestos en la apertura del parquet madrileño de este martes, cuando se hará patente la valoración que harán los inversores.

El gobierno, el gran obstáculo
La venta de TSB, cabe decir, nunca se ha considerado un gran obstáculo para el negocio de BBVA. El banco británico era más valioso para la filial del Santander que para cualquier otro actor financiero del Estado, por las importantes sinergias de costos que genera en un segmento de mercado en el que coinciden, como son las hipotecas. Es decir, no se trataba de un objetivo prioritario para la Vela. El gran escollo, a juicio de los analistas, sigue siendo el veto a la fusión durante entre tres y cinco años que impuso el gobierno español en fase 3. De hecho, un analista considera que «solo con la operación TSB no se habría detenido la OPA», y que el escudo de la Moncloa ha erosionado mucho más las intenciones vascas que cualquier otro movimiento privado.
De hecho, la imposición del Consejo de Ministros obligará a los oferentes a redefinir los parámetros de la operación. En otro comunicado a la CNMV, el BBVA anunció que estaba «revisando las sinergias» que podrían ejecutar en caso de que la OPA siga adelante. En un primer momento, los de Torres valoraron los ahorros de costos en unos 850 millones de euros; una cifra que, a juicio del Sabadell, se habría esfumado con la frenada impuesta por el gobierno de Pedro Sánchez. Además, el periodo de análisis, que puede llegar a ser de media década, añade «riesgos adicionales» a la hoja de ruta prevista desde Bilbao, reduciendo aún más el atractivo del proyecto. El consejero delegado, Onur Genç, no ha querido dar detalles al respecto, pero ya ha anunciado una conferencia para las primeras semanas de septiembre, en la cual darán los detalles definitivos del asalto al banco catalán.