«La oferta es la oferta«. El consejero delegado del BBVA, el turco Onur Genç, sentenció ante analistas y medios de comunicación en la conferencia de los resultados del segundo trimestre que, a corto plazo, no mejorarían las condiciones de la OPA hostil sobre el Banco Sabadell. Según el documento que han trasladado a los inversores este viernes, ya con la luz verde de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para avanzar con el proceso, el directivo no se ha movido de la trinchera. La primera oferta que ha trasladado la Vela a los accionistas del Sabadell deja estática la ecuación de canje de la última semana -después de la modificación obligada por los dividendos vallesanos-: una acción y 70 céntimos por cada 5,5483 títulos vendidos. Con las cotizaciones de esta mañana de ambas entidades, el intercambio deja un agujero de un 8,1% del valor del Sabadell, unos 1.400 millones de euros. La prima negativa, sin embargo, no parece pesar mucho en el razonamiento del Banco de Bilbao.
Según se desprende del documento enviado a los analistas, la Vela sostiene que la revalorización del Sabadell en el último año -de un 77% solo entre enero y septiembre- está muy vinculada a la OPA. De hecho, destacan que su cotización todavía tiene potencial para escalar, a ojos de los expertos, hasta los 17,3 euros. La del Sabadell «muestra una corrección a la baja» del 3%, hasta los 3,15 euros. Sobre esta interpretación, los de Carlos Torres reivindican todavía la prima que ofrecían el día que presentaron la oferta, que rondaba el 30%, «muy superior a la de las OPAs bancarias recientes». A ojos de los oferentes, pues, las acciones vallesanas están valoradas muy por encima de lo que correspondería según sus fundamentales y, por tanto, el rendimiento real del intercambio que ofrecen podría ser superior al que lamentan los mercados desde hace nueve meses, cuando se invirtió por primera vez el equilibrio entre las dos compañías.
También rebajan el impacto sobre el capital de la transacción. Apuntan a una aceptación del 100% de las acciones catalanas. El caso óptimo provocaría una erosión de 34 puntos básicos en las cuentas del BBVA; pero se volvería positivo una vez alcanzados los ingresos de la venta de la filial británica del Sabadell, TSB, esperados para abril de 2026. Con una proyección más realista, una aceptación del 50%, el golpe sería de unos 50 puntos básicos, amortiguado hasta los 12 durante el primer trimestre del próximo curso. Ahora bien, según se conoció el pasado jueves por la noche, el Banco de Bilbao contempla rebajar el umbral de éxito de la operación hasta el 30%. Esta ruta aumentaría aún más los costos de capital. Lo haría, de hecho, a un ritmo no contemplado en el documento, en tanto que, según la legislación española, el BBVA tendría que presentar una segunda OPA por el capital no adquirido completamente en efectivo -un movimiento que dejaría un agujero importante en el margen de maniobra de la entidad-.
Vale decir que el mercado todavía espera la mejora de las condiciones de la oferta por parte del BBVA, a pesar de que Genç ha reiterado en varias ocasiones que no tienen previsto aumentar el precio de las acciones catalanas. La ley deja al oferente margen hasta cinco días antes del cierre del período de aceptación para emitir una nueva ecuación de canje. Con la propuesta actual, según declaran fuentes del capital del Sabadell, alcanzar el 50% del capital es «imposible». El 30% es otra historia, pero también supondría un nuevo yugo para la caja de la Vela.

Rebaja de las sinergias
La oferta contempla también la nueva previsión de las sinergias que activaría la fusión -los ahorros de costes que se lograrían por la unión de procesos y las hipotéticas mejoras financieras para la empresa resultante-. Según las estimaciones del BBVA, el objetivo es superar los 900 millones de euros en mejoras operativas, unos 50 millones por encima de la primera estimación. Ahora bien, solo podrían rentabilizar las ventajas económicas completas a partir de 2029, cuando ya se podría efectuar la fusión de acuerdo con el dictamen del gobierno español, que la bloquea durante un mínimo de tres años. Hasta entonces, las reestructuraciones de costes y la financiación más barata podrían dejar en la caja unos 235 millones adicionales. Cabe decir que se nota un recorte importante en las sinergias por el coste del crédito -desde los 100 millones originales hasta los 65 millones actuales- por la mejora del rating del Sabadell en el último curso y pico. De hecho, a ojos de la directiva vallesana, esta carpeta habría sido borrada del mapa ante las buenas valoraciones que hace el mercado de la compañía.
Calendario cerrado
Con todas las cifras sobre la mesa, el BBVA ya tiene vía libre para trasladar a los accionistas del Sabadell la oferta y, en consecuencia, abrir el período de aceptación. Lo hará el próximo lunes, día 8 de septiembre. Desde entonces, los inversores catalanes ya podrán decir la suya, y aceptar -o no- las condiciones propuestas. 10 días después, el consejo de administración del Sabadell debería emitir el informe sobre la oferta, y la recomendación oficial que harán a los accionistas.
En adelante, todo estará en juego. Según ha anunciado el BBVA, además, limitará al mínimo de 30 días previsto por la ley el período de aceptación. Por tanto, el sufragio se cerrará el día 7 de octubre. Una semana después, el 14 de octubre, se publicarán los resultados definitivos de la oferta; y se sabrá si el Sabadell sobrevive al abordaje vasco o si, por el contrario, acaba engullido por el segundo banco del Estado -que permanecería como medalla de plata si la operación sale a su gusto-.