Primeros efectos colaterales de la OPA hostil del BBVA sobre el Sabadell. Mientras la operación está estancada por la negativa del banco catalán a dejarse absorber, el fondo estadounidense GQG Partners, que alcanzó un 3% del capital del BBVA, ha vendido su participación en la entidad que preside Carlos Torres por discrepancias estratégicas con la dirección, según ha avanzado el Financial Times y han confirmado fuentes del mercado a Europa Press.
El fondo estadounidense vendió sus acciones en julio al considerar que la OPA hostil sobre el Sabadell consumiría demasiado tiempo y distraería a la entidad de retos más importantes, según el diario británico. La operación también diluiría su exposición a los mercados emergentes. Según consta en el registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) consultados por Europa Press, el fondo había llegado a tener un 3,09% del BBVA en el año 2021, una participación que redujo hasta el 2,957% en el verano de 2022.
Actualmente, los principales accionistas del BBVA son el fondo estadounidense Black Rock (6,68%) y Capital Reserach and Management Company (5,027%).

Segundo intento del BBVA de absorber el Sabadell
El BBVA anunció el pasado mes de mayo el lanzamiento de una OPA hostil sobre el 100% del Sabadell tras intentar llegar a un acuerdo amistoso un mes antes. El consejo de administración del banco catalán rechazó la oferta. A finales de 2020 las dos entidades ya negociaron una fusión, pero el acuerdo fracasó porque no se pusieron de acuerdo en la ecuación de canje de acciones y en la estructura directiva de la nueva entidad.
La dirección del BBVA considera que absorber el Sabadell tiene “sentido estratégico” en un contexto de reducción de los tipos de interés y con el músculo financiero obtenido por la venta de su negocio en Estados Unidos a cambio de 9.700 millones de euros. Pero la operación no ha sido bien recibida por el banco catalán, que cree que puede dar más valor a sus accionistas si continúa en solitario. La OPA hostil cuenta con el visto bueno de la junta de accionistas del BBVA y del Banco Central Europeo (BCE), que ha analizado la operación desde el punto de vista de su solvencia, y ahora se necesita la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). El gobierno español se opone a la operación.