La deuda comercial con las pequeñas y medianas empresas del Estado se dispara hasta los 200.000 millones de euros. Según un estudio elaborado por la patronal Cepyme, los pagos no abonados a las pymes durante el primer trimestre crecen un 19,2% en términos interanuales, impulsados por las diversas crisis que tensan la situación económica y los costes extraordinarios derivados de las sucesivas subidas de tipos de interés.
En este sentido, desde la patronal alertan que el continuo endurecimiento de la política económica está encareciendo la financiación para las empresas. «Las persistentes subidas de tipos pueden afectar el crecimiento de la morosidad«, aseguran, especialmente ante la dificultad de volver los intereses de los préstamos bancarios. Así, según el informe, el coste financiero de las pymes durante el primer trimestre se eleva un 97,5% en términos interanuales, hasta los 2.649 millones de euros acumulados.
Justo es decir, pero, que la entidad de las pymes de la CEOE detecta una tendencia positiva dentro de las dificultades para el abono de la deuda comercial a las pymes: el periodo medio de pago en el conjunto del Estado se ha reducido en 2,4 días en términos interanuales, hasta los 82,1 días. Se trata, según el informe de Cepyme, del plazo de cobro más breve desde el año 2015.
Sectores y ámbito de las pymes
Si se observa la realidad de cada sector, los servicios lideran la mejora en la rapidez de abono de la deuda comercial, con una reducción año a año próxima a los 16 días; mientras que la construcción y el sector agrario se quedan en contracciones mucho más ligeras, de 1,4 y 3,8 días respectivamente. Por el contrario, la industria –afectada profundamente por los precios de la energía y la dificultad de financiación de su capital– sufre una extensión de 31 días en su periodo medio de pago; si bien es el sector energético el que concentra las peores cifras. «Si se excluye este subsector, la industria tendría una reducción del PMP de cerca de un día», apuntan desde la patronal.

Por otro lado, la división entre las empresas por su medida detalla una realidad conflictiva. Si bien las pequeñas y medianas empresas celebran una reducción del periodo de morosidad en cerca de 6 días de media, las microempresas muestran un aumento que frota los 4 días por pago. En el ámbito de las grandes corporaciones, el retroceso es mucho más acusado: 27,9 días más para abonar el pasivo comercial con el resto del tejido empresarial.
Un problema en los plazos
El informe de la patronal de las pymes detecta un «aspecto preocupante» en su estudio de la deuda comercial. Se trata del índice de morosidad en facturas de ventas a plazos, que registra su cuarto aumento año a año consecutivo –desde, de hecho, del primer trimestre del 2022–. 17 de las 19 ramas empresariales estudiadas disparan el periodo de pago en los contratos a plazos, con especial afectación sobre la construcción y los materiales constructivos, mucho por encima de la media del Estado. Según el responsable de estudios de Cepyme Diego Barceló, «la gente muestra dificultades para pagar el que ha financiado, y si continuamos así se tendrán que trasladar al conjunto de la morosidad».
En este sentido, y ante los riesgos que vienen, la agrupación empresarial reclama «una gestión prudente» de el propio capital por parte de las pymes españolas. En una coyuntura marcada por la persistencia de la inflación y el progresivo endurecimiento de la política económica –con unas subidas de tipos que el BCE no mujer por acabadas– los negocios españoles necesitarán una buena base de liquidez para «enfrentar gastos financieros más elevadas».