El paradigma de la revolución de la inteligencia artificial, la aplicación ChatGPT, ha admitido esta semana que no podría funcionar como lo entendemos sin copiar contenidos ni violar los derechos de autor. De hecho, en los últimos meses y semanas diversas empresas, medios de comunicación y artistas de todo el mundo ya han criticado duramente OpenAI -la propietaria de la aplicación- por, precisamente, robar contenidos para alimentar la herramienta.
Concretamente, la empresa dirigida por Sam Altman admitió estas acusaciones el pasado lunes ante el parlamento del Reino Unido comentando que «sería imposible entrenar los modelos actuales de IA sin material con derechos de autor», según avanzó
En su texto remitido a la Cámara de los Lores, OpenAI reconoce hoy en día «los derechos de autor cubren prácticamente todo tipo de expresión humana», como por ejemplo blogs, diarios o fotografías, hecho que hace imposible alimentar la IA sin violarlos. Como defensa, la compañía norteamericana asegura que no recurrir a estas prácticas provocaría que los sistemas basados en la IA, como por ejemplo ChatGPT, deficientes. «Limitar los datos de entrenamiento a libros de dominio público y dibujos creados hace más de un siglo podría dar lugar a un experimento interesante, pero no proporcionaría sistemas de IA que satisfagan las necesidades de los ciudadanos de hoy», aseguró OpenAI.
Denuncia del The New York Times
Una de las denuncias más sonadas de las últimas semanas contra las inteligencias artificiales generativas fue la del
Según ha comunicado The New York Times Company, “el uso ilegal del trabajo del Times por parte de los demandados para crear productos de inteligencia artificial que compitan con él amenaza la capacidad del diario para dar su servicio”. Este tipo de competencia desleal resulta especialmente grave, aseguran, porque las herramientas que atacan el modelo de negocio de la prensa se fundamentan a “el copiar y usar millones de artículos de noticias protegidos por derechos de autor”. Además, apuntan, el diario que representan está especialmente afectado por el uso ilegal de su material para educar la IA, hecho que demuestra el “reconocimiento del trabajo de calidad” que hacen.