Colonial no contempla por ahora «operaciones similares» en CriteriaCaixa, que se convirtió el accionista principal de la compañía, pero ha recordado que es una empresa «muy dinámica». De este modo, en la junta general ordinaria de accionistas de la inmobiliaria se ha celebrado la situación actual de la economía, puesto que está más «estabilizada y robusta». Precisamente la relajación de la política monetaria con la rebaja de los tipos ha determinado un buen momento para «aprovechar y estudiar», según ha mencionado el presidente de Colonial, Juan José Bruguera. En este sentido, el consejero delegado, Pere Viñolas, ha precisado que la firma tiene un carácter «muy abierto» aquello que pueda ser «una buena noticia para los accionistas».
El presidente ha destacado este jueves que, después de los «ajustes brutales del mercado», la empresa dispone de una «buena musculatura y disciplina financiera» y este hecho, junto con la captación de capital, la deja muy posicionada para crecer. El crecimiento en el cual se quiere centrar la compañía a estas alturas, tal como ha asegurado el consejero delegado es el proyecto Alpha X, con una inversión acumulada de cerca de 400 millones en cuatro activos en Barcelona, Madrid y París. Entre otras cosas, pero, la junta de accionistas ha servido para aprobar la repartición de un dividendo de 27 céntimos por acción para el ejercicio 2023, cosa que supone un aumento de 8% respecto al año anterior. Bruguera ha avanzado que este dividendo subirá a un ritmo de entre un 8% y 10% en el futuro. También se ha dado luz verde al nombramiento de Giuliano Rotondo como consejero dominical y la reelección en esta misma posición de Sheikh Ali Jassim M. J. Al-Thani y Carlos Fernández González.

Transformación de espacios en sustitución del negocio de oficinas
El presidente de Colonial ha explicado que «la transformación de espacios» ha sido una práctica más o menos habitual a lo largo de los años, más allá del negocio de oficinas. Bruguera ha enumerado operaciones como por ejemplo la compra de un conjunto residencial en Barcelona, el Hotel Mandarín Oriental de París y las tres plantas bajas de los anticuarios del edificio del Louvre, también en la capital francesa. Por eso, Bruguera ha insistido que «nunca se ha renunciado a la transformación de espacios para crear nuevas experiencias».