Las exportaciones catalanas vuelven a crecer después de un mes de resultados a la baja. Según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo publicados este mismo lunes, las ventas internacionales de las empresas del país escalaron en octubre hasta los 8.567,3 millones de euros, un 8,3% más que durante el mismo periodo del año anterior. Con este impulso, Cataluña se consolida cómodamente como el motor exportador de un Estado español que no se recupera del golpazo de los últimos meses: el conjunto de empresas españolas han facturado a los mercados internacionales durante el décimo mes del año menos de 32.277, una caída interanual del 2,4%. La inmensa mayoría de las regiones, de hecho, sufren intensos retrocesos en la facturación foránea, liderados por la Comunidad de Madrid, que pierde el 27,9% de su comercio exterior en términos interanuales. En el acumulado del año, el sector exportador catalán escala, así, hasta los 85.000 millones de euros, un 9,7% más que doce meses antes; mientras que el Estado español se estanca por debajo de los 320.000 millones.
Entre los sectores con más potencia al exterior destaca, como ya es tradición en la composición de las exportaciones catalanas, la química, con una facturación a los mercados globales de 2.446 millones de euros. Esta cifra, cerca de nueve puntos superior a la del mismo periodo del 2022, hace escalar la aportación de esta rama hasta el 28,6% de los ingresos catalanes al exterior, la más elevada con mucha diferencia. Después de más de un año de elevada presencia dentro de las ventas globales del país, llama la atención la desaparición del sector del automóvil, que se había consolidado durante la primera mitad del 2023 como el segundo con mejor capacidad exportadora. En su lugar aparecen los bienes de equipación -como por ejemplo la maquinaria industrial-, que registran más de 1.340 millones de euros. Si bien las ganancias son elevadas, quedan ligeramente por debajo de los que lograron estas empresas durante octubre del 2022 (-1%). Completa el podio la alimentación, que crece cerca de un 10% a los entornos internacionales finos frotar los 1.300 millones de euros.

Cerrando la rendija importadora
Con todo, la balanza exterior del sector privado catalán permanece en negativo, si bien la rendija es menos pronunciada que el año pasado. Las importaciones catalanas crecieron durante el periodo estudiado un 3,9%, hasta los 9.528 millones de euros, unos 960 millones por encima de las ventas. La diferencia entre compras y adquisiciones a los mercados globales, pues, madriguera en comparación con el 2022 en unos 300 millones de euros, después de haber escalado ahora hace doce meses hasta los 1.257 millones. Entre los sectores más destacados, justo es decir, solo el de bienes de equipación tiene que lamentar una ratio negativa -de unos 400 millones de euros, con unas importaciones superiores a los 1.740 millones-; mientras que la química muestra un superávit exportador de unos 307 millones de euros y la alimentación, de unos 52 millones. Cómo en el caso catalán, el mercado exportador español permanece por debajo del importador, si bien en un valor sustancialmente más bajo: las importaciones del conjunto del tejido de negocio del Estado escalaron en octubre hasta los 354.594 millones de euros, hecho que deja una balanza negativa de unos 34.700 millones, poco más de la mitad que la de octubre del ’22.
Barcelona, menos líder
Por demarcaciones, Barcelona es la que concentra un mayor montante de las ventas exteriores del país, con más de 6.500 millones de euros facturados a mercados internacionales. Justo es decir, pero, que es el territorio que menos crece, con un 6,1% de incremento comercial año a año. Con montantes absolutos mucho más bajos, tanto Lleida como Tarragona escalan a dos dígitos: en el primer caso, el buen rendimiento de la alimentación expande el valor de las ventas internacionales un 18,9% hasta superar los 270 millones de euros; mientras que en el segundo, la potencia de la química dispara la factura foránea por encima de los 1.000 millones, un 20,9% más en términos interanuales. Girona, por su parte, crece a un ritmo más moderado, si bien superior al barcelonés: frota los 730 millones de euros con una alza en comparación con el 2022 del 7,8%.