CaixaBank cierra el primer trimestre del 2023 con un beneficio de 855 millones de euros, un 21,1% más en términos interanuales. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri registra crecimientos en todos los segmentos del negocio bancario, con especial impacto de la nueva producción de crédito a empresas. Los primeros tres meses del ejercicio han disparado los ingresos de la firma en más de un 30, hasta los 3.449 millones de euros, impulsados por un margen de intereses que ha logrado los 2.163 millones, un 48% más que en el mismo periodo del año pasado. Con todo, y como también se ha visto al resto de grandes bancos del Estado, el impuesto a la banca ha limitado el balance de la firma: según ha comunicado el banco, ha tenido que abonar de acuerdo con este tributo 373 millones de euros, alrededor del 30% de los beneficios sin tenerlo en cuenta.
Liquidez a la alza
La limitación impuesta por el impuesto a las entidades financieras ha puesto un tope al crecimiento del margen sucio, que se ha quedado justo por encima de los 3.100 millones de euros, un 16,7% más. Muy por debajo del alza del margen de explotación, que lastrado por unas ligeramente mayores gastos administrativos ha frenado a los 1.659 millones de euros, un 33,4% más. Los bonos resultados de la entidad durante el primer trimestre han permitido un crecimiento importante de la rentabilidad sobre recursos propios, que se eleva hasta el 10,5%. Si bien, reconocen, lo ERUCTO se mantiene por debajo del coste del capital, registra un crecimiento próximo a los tres puntos si se compara con el primer cuarto del 2022, cuando cerró a los voltios del 7,6%.

Todo ello ha fundamentado una «sólida posición de liquidez», en palabras del consejero delegado Gonzalo Gortázar. Los más de 132.000 millones de euros en activos líquidos levantan la ratio de capital hasta el 12,6% CET1, un punto de «comodidad» para CaixaBank. Este montante asegura una ratio de cobertura del 192%, un «holgado» nivel de activos líquidos 92 puntos por encima del mínimo establecido por el regulador, que se sitúa al 100%.
Más recursos, menos morosidad
El endurecimiento de la política monetaria durante los últimos meses ha limitado el crecimiento del crédito el primer trimestre. Según los datos comunicados por CaixaBank, el volumen de préstamos se ha mantenido «prácticamente estable» por encima de los 350.000 millones de euros con un retroceso próximo en su punto y medio al segmento de las hipotecas. También han sostenido la línea los recursos de clientes, que con unos 614.608 millones de euros a cierre de marzo registran un crecimiento año a año del 0,5%. El éxito del segmento de fondo de inversión y seguros de ahorro, dentro de esta vertical, ha elevado los activos bajo gestión por encima de los 150.000 millones de euros, un crecimiento superior al 40% año a año. Solo se nota una reducción de los ingresos por operaciones financieras, que caen un 42,7% hasta los 82 millones de euros. Solo se ha notado una moderación de los ingresos por comisiones, que en términos generales se han mantenido estables (+0,1%); si bien en el caso de las recurrentes muestran un descenso de un 1%.
Todo ello, unido a un contexto económico más favorable para consumidores y empresas, han mantenido la morosidad en «niveles mínimos históricos» para el banco, en el 2,7%. Así, los saldos dudosos caen hasta los 10.447 millones de euros, unos 243 millones menos que un año antes, gracias de «la buena evolución de calidad de activo y la gestión activa» de los impagos. El coste de riesgo de CaixaBank, así, se mantiene en el 0,26% durante el último año; mientras que el fondo para insolvencias se eleva dos puntos, hasta el 76%, el que supone un acumulado de unos 7.921 millones de euros.