El BBVA sigue recibiendo noticias favorables de Europa en cuanto a la OPA hostil sobre el Banco Sabadell. La entidad presidida por Carlos Torres ha recibido el visto bueno de la Comisión Europea para llevar adelante la potencial fusión. La entidad bilbaína notificó sus intenciones a Bruselas el pasado 26 de octubre; y el ejecutivo comunitario ha agotado el plazo para elaborar su análisis. Así, las autoridades comunitarias consideran que no es necesaria una «investigación en profundidad» de los términos de la hipotética compra. Choca así con las consideraciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que se ha dado tres meses más para recoger más datos sobre los agravios que podría causar la adquisición hostil.
En el caso de la CE, el análisis se centraba en posibles vulneraciones del marco regulador de inversiones extranjeras, puesto en marcha para evitar «atentados contra la competencia justa» en los mercados comunitarios. BBVA ha tenido que cumplir este requisito por la importante parte de su facturación que proviene de entornos extraeuropeos. Cabe recordar que el primer generador de ingresos para la entidad vasca es aún México; mientras que el tercero es Turquía. Bajo la normativa, deben ser investigadas todas aquellas operaciones en las cuales una de las dos compañías implicadas genere más de 500 millones de euros en los 27 y contribuciones financieras de más de 50 millones fuera de los mismos. En el caso del banco comprador, registró un resultado neto atribuido durante los primeros tres trimestres del año de cerca de 4.200 millones entre enero y septiembre, lo que justificaba la vigilancia de Bruselas. Sin embargo, la competencia europea no ha visto mayores problemas, y dejará pasar la compra sin más pesquisas.

La CNMC, en contra
Europa, ha quedado claro, no ve muchos problemas en la fusión de BBVA y el Sabadell -no, al menos, en sus ámbitos de actuación-. La luz verde de la CE llega poco después de que el Banco Central Europeo aprobara también la compra. Sin embargo, van por el camino opuesto al de las autoridades españolas: cabe recordar que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia hizo pasar la OPA hostil a fase 2, ganando un mínimo de tres meses para recoger nueva información. El organismo presidido por Cani Fernández busca las opiniones de todas las organizaciones interesadas, y ya ha recibido el posicionamiento de Foment del Treball, Pimec y la Unión General de Trabajadores, entre otros.