El fondo norteamericano BlackRock ha elevado su participación en el Banco Sabadell del 3,929% hasta el 6,275%, según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Se trata de un máximo desde el año 2010, según los registros del regulador, y llega en medio de la opa del BBVA a la entidad de origen vallesano. Black Rock es el máximo accionista individual de las dos entidades, puesto que también tiene alrededor de un 5% de la entidad bancaria vasca. Con esta operación, pues, el fondo americano podría facilitar la compra de acciones por parte del BBVA a través de la petición de OPA que formalizó la entidad bancaria hace unas semanas. El banco que preside Josep Oliu se encuentra en plena opa hostil después de que el pasado 24 de mayo el BBVA formalizara la presentación de la solicitud de autorización. En los próximos días el regulador tiene que pronunciarse para decir si lo admite a trámite.
La fuerte compra de más acciones del Sabadell por parte del fondo americano podría hacer todavía más efectiva la OPA, a pesar de que la directiva del Sabadell -y las principales administraciones públicas- estén en contra. El consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, aseguraba que el consejo de administración del 6 de mayo -que rechazó la oferta de fusión que BBVA había presentado el 30 de abril- llegó a la conclusión que el impacto en capital de la operación sería “significativamente superior” a los 30 puntos básicos que la entidad presidida por Carlos Torres estimaba.
Sin bonos resultados por el Sabadell
“Los resultados del primer trimestre, que se habían anunciado poco antes [de la oferta de fusión de BBVA] y que había supuesto una subida muy fuerte de la acción, habían mejorado los resultados del primer trimestre del año anterior, el beneficio neto en un 50%, se habían mejorado todas las líneas de negocio y, además, se había crecido en volúmenes”, aseveraba González-Bueno, puesto que defendía que los presupuestos trazados por el equipo gestor se pueden utilizar para valorar la entidad en solitario y que, en absoluto, “se están hinchando”. Esta decisión no gustó a los directivos del BBVA que decidieron lanzar una OPA hostil sobre la entidad bancaria catalana y, por lo tanto, dejar el consejo de administración de un lado e ir a hablar con los accionistas directamente.
