Grifols continúa la tendencia alcista que inició la semana pasada con el refinanciamiento de 1.300 millones para cubrir vencimientos de deuda. En la apertura de la semana, la multinacional catalana de hemoderivados ha subido un 3% en la bolsa, cerca de los 9,70 euros, impulsada por la valoración de un banco alemán de su potencial a medio plazo. Los analistas de la firma Berenberg han ajustado este mismo lunes las expectativas para la compañía de cara a 2025 y, a pesar de haberlas recortado ligeramente, la posición ha servido para animar a los mercados. Según los expertos, los títulos de la empresa podrían cerrar el próximo curso a 19,30 euros, un salto superior al 100% en comparación con el valor actual. Se trata de una posición 10 céntimos más baja que la que mostraban al cierre del curso pasado, antes de la crisis iniciada por el ataque bajista del fondo estadounidense Gotham City Research.
Berenberg mantiene así sus pronósticos optimistas para la empresa catalana, de los más ambiciosos del mercado. Cabe decir, sin embargo, que salvo algunas excepciones que permanecen sombrías, el conjunto de los analistas esperan un 2025 exitoso para la catalana tras su año horrible a raíz de la crisis de Gotham. Según la agencia estadounidense Bloomberg, el consenso de los expertos apunta a un potencial del 77% en el ejercicio entrante, cerca de los 17 euros por acción; y sitúan la acción de la catalana en el rango de compra -es decir, recomiendan a los inversores que, a los precios actuales, apuesten por ella-. El accionariado está de acuerdo con estas estimaciones: fuentes del mercado reiteran a Món Economia que la caída de los últimos meses responde a una elevada rotación en los títulos. «Se ha movido un 170% del capital», detallan; señalando que la estabilidad volverá cuando los shareholders vuelvan a estabilizarse alrededor de un negocio que se prevé exitoso. De hecho, las mismas voces apuntan que Grifols aspira a alcanzar unos 2.000 millones de euros de Ebitda el próximo año, impulsado por un negocio «crónico» y una bajada de los precios del plasma, su principal materia prima, en EE.UU.

Recompra en Scranton
Uno de los argumentos que ha lanzado Berenberg para justificar su visión optimista de Grifols es la nueva capacidad de compra que adquiere con la cobertura del endeudamiento que vencía en 2025. Según los cálculos de la firma, tras haber salvado las amenazas del año con el refinanciamiento, la catalana contaría con un líquido cercano a los 1.700 millones de euros. El primer movimiento que podrían ejecutar sería la compra de los activos que vendieron a la family office Scranton, causantes en buena parte del ataque de Gotham -la estadounidense BPC y la alemana Haema-. A juicio de los analistas, la apuesta costaría entre 600 y 700 millones de euros, y permitiría limpiar buena parte de las dudas en cuanto a gobernanza que aún planean sobre la catalana. «Grifols estaría cerca de poder recomprar BPC y Haema y contaría aún con 1.000 millones de liquidez disponible», asegura su informe. En cuanto a las últimas decisiones corporativas, los analistas celebran la decisión de incorporar nuevos consejeros independientes al consejo de administración -especialmente el de Paul Herendeen, representante de accionistas críticos como Mason Capital-; aunque apuntan que aún habría trabajo por hacer en cuanto a la transparencia del gobierno corporativo. En este sentido, ponen el foco en el mismo nombre que el capital más hostil con la familia fundadora: el abogado y aliado histórico de los Grifols, Tomàs Dagà. Cabe recordar que tanto Mason, con un 2,1% de las acciones, como Flat Footed, con un 4,6%, ya han pedido abiertamente la salida de Dagà, en busca de una «nueva administración» para la empresa.