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BBVA mantiene abierta la «puerta trasera» de la OPA hostil al Sabadell

El BBVA se esfuerza, públicamente, en mostrarse despreocupado con el resultado de la OPA hostil sobre el Banco Sabadell. 16 meses después del abordaje, y ya con todos los permisos regulatorios necesarios, el banco vasco ha dejado en manos de los potenciales vendedores el éxito o el fracaso de la oferta y, según ha insistido el presidente, Carlos Torres, pueden vivir con cualquiera de los resultados posibles. «La oferta es la oferta, y, si no sigue adelante, no pasa nada«, declaraba Torres ante los periodistas tras la luz verde de la CNMV el pasado viernes. El folleto de la OPA, así como los últimos movimientos regulatorios del banco, delatan que, como mínimo, se contemplan alternativas. La noche de jueves el regulador bursátil estadounidense -la SEC- otorgó el permiso al Banco de Bilbao para, en su caso, reducir el umbral de éxito de la operación al 30%, hecho que permitiría seguir adelante con la compra con solo un tercio de los derechos de voto del banco catalán. También los obligaría, sin embargo, a lanzar una segunda operación por todo el capital restante, esta vez completamente en efectivo.

Torres ha asegurado que la intención es mantener la meta de obtener más de la mitad de los derechos de voto -correspondientes al 49,3% del capital social, por la autocartera que conserva el Sabadell-, y que no se plantea activar esta palanca. Aun así, la hoja de ruta para rebajar las condiciones de victoria está dibujada en la documentación de la CNMV, hecho que hace pensar a los inversores catalanes que es una opción bien presente en la Vela. «Consciente de que no alcanzará el 50%, BBVA se reserva la rebaja, y aspira a controlar el banco sin contar con la mitad de los accionistas», denuncian desde la Asociación de Minoritarios. Según el presidente, los dos organismos que vigilan el mercado de valores español y estadounidense, la CNMV y la SEC, han reclamado al BBVA que el folleto recoja todos los escenarios potenciales, aunque el banco no los contemple. De esta manera, el documento, disponible en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, detalla las condiciones y los límites de la renuncia a la obligación del 50%.

El presidente del Sabadell, Josep Oliu, con accionistas durante la junta extraordinaria / ACN
El presidente del Sabadell, Josep Oliu, con accionistas durante la junta extraordinaria / ACN

Según lo que se deba pagar

En primer lugar, según recuerdan desde el Banco de Bilbao, esta puerta solo se podría abrir en caso de que «al término del periodo de aceptación, al menos el 30% de los derechos de voto hayan sido adquiridos». La cantidad concreta de acciones que hayan accedido a su propuesta será uno de los marcadores clave para optar o no por esta estrategia, dado que las «necesidades de financiación» variarán según cuál sea el paquete total comprometido. Cabe recordar que esta segunda OPA obligatoria debería ser en metálico; con lo cual el gasto asociado puede ser más que importante. Además, desde la Vela sostienen que «financiarían una eventual oferta posterior con sus recursos disponibles», sin acceder a los mercados de crédito. En este sentido, cuantas menos acciones queden por comprar, más probable sería que el BBVA se lance a rebajar el umbral: si se ve obligado a adquirir el 70% de los títulos vallesanos, con la capitalización actual del Sabadell, el precio podría dispararse hasta los 11.000 millones de euros; mientras que con una ratio más favorable, como el 51% del total, la dedicación sería de poco más de 8.000 millones.

Variaciones en el precio

Las probabilidades de éxito de la segunda OPA también estarían estrechamente vinculadas, como reconoce BBVA en el folleto, al «precio por acción que debería ofrecer en una oferta obligatoria posterior». Es decir, vería con mejores ojos renunciar al umbral del 50% si la cotización de los títulos vallesanos da un paso atrás en los próximos 30 días. Dado el caso, además, podría desvincular el precio de mercado del Sabadell del propio, dado que ya no ofrecería un canje de derechos de voto. Por ahora, las acciones catalanas cotizan a 3,23 euros, cuatro décimas por debajo del cierre de ayer. El consenso de los analistas es que se mueve ligeramente por encima de su objetivo de mercado, que estaría en torno a los 3,15 euros.

En este sentido, Torres aún mantiene la tesis de que hay un vínculo claro entre el rendimiento de ambos valores, y que son los «especuladores» los que impulsan al catalán en busca de los rendimientos que puede generar la OPA hostil. Incluso si se cumple este diagnóstico, sin embargo, una segunda oferta podría ser problemática, dado que los inversores cortoplacistas podrían buscar entrar en la operación en busca de rendimientos garantizados. Finalmente, el folleto público también vincula el retroceso del umbral de aceptación a «la evolución de los negocios» y a las «condiciones macroeconómicas y del mercado en el momento»; que marcarían la evaluación del riesgo de un gasto de tal magnitud.

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