BBVA ha cambiado su discurso en varias ocasiones en plena OPA hostil sobre el Banco Sabadell. Cuando solicitó permiso al regulador bursátil estadounidense, la SEC, para rebajar el umbral de aceptación de la oferta hasta el 30% de los derechos de voto, el presidente del banco vasco, Carlos Torres, sentenció que se trataba de una exigencia legal, y que en ningún caso tenían la intención de activar esta palanca. Ahora, a cuatro días del fin del periodo de canje, y con el mercado cada vez más pesimista respecto a la capacidad de los oferentes de alcanzar el 50% de los títulos que reclama el folleto de OPA, ya es un escenario que está más que sobre la mesa. Hasta el punto de que el consejero delegado, Onur Genç, detalla la capacidad de caja que tienen para enfrentar la segunda OPA obligatoria que se derivaría: en una entrevista con la agencia Reuters, Genç ha asegurado que cuentan con una caja disponible de 8.000 millones de euros para asumir el gasto sobrevenido por tener que comprar el Sabadell en metálico.
Cabe recordar que, en caso de que el BBVA solo se quede entre el 30 y el 50% de los títulos del Sabadell en la presente OPA, tendría la opción de seguir adelante solo con este monto. La ley española, sin embargo, les obligaría a lanzar una segunda oferta, en metálico, y a un precio «equitativo» pactado con la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El valor total de este nuevo asalto dependería, pues, tanto de este precio equitativo como de la cantidad de derechos de voto que tuviera que comprar directamente. Cabe decir que los 8.000 millones que asegura tener Genç serían suficientes para asumir la adquisición de poco más del 50% de los títulos vallesanos. Si el monto total escala a máximos, y el BBVA tuviera que presentar una oferta por cerca del 70% de la propiedad del banco catalán, el coste ascendería hasta rozar los 12.000 millones de euros. En tal caso, pues, la caja vizcaína sería insuficiente. El mismo Genç, cabe decir, puntualiza que la segunda OPA se activaría o no «dependiendo de las adhesiones ya comprometidas, el precio y las condiciones de mercado» en el momento de tomar la decisión.
Los 8.000 millones que sugiere Genç, cabe decir, ya harían un agujero importante en la tesorería del BBVA. De hecho, las expectativas de capital del plan estratégico para 2025, que proyecta una ratio CET1 del 13,75% -1,75 puntos por encima del umbral autoimpuesto del 12%-, sitúan el exceso de recursos en unos 7.000 millones de euros. Por tanto, el cálculo del directivo turco contempla eliminar el proyecto de recompra de acciones de 1.000 millones de euros que habían aprobado consejo de administración y junta de accionistas.

La «disciplina fiscal» de BBVA
La versión de BBVA respecto al precio de la segunda OPA es que este debería ser el mismo que el de la primera, si bien sin concentrarse en un canje de acciones. No obstante, reconoce que podría ser más elevado, dado que reconoce que la hipotética nueva oferta dependería del valor impuesto por la CNMV. Así, gana terreno la tesis del Sabadell, que asegura que, para hacer el cálculo, el regulador bursátil español debería incluir el crecimiento previsto del banco para los próximos años, entre otras cuestiones. Un proceso que elevaría el precio equitativo, y podría dejar al banco catalán fuera del alcance de su homólogo vasco. En tal situación, el mercado ha alertado en varias ocasiones al BBVA que debería mantener la «disciplina fiscal», y no entrar en giros de la operación que puedan comprometer su estabilidad financiera. El consejero delegado vallesano, César González-Bueno, aseguraba este fin de semana en una entrevista con La Vanguardia que los principales analistas e inversores temen que la Vela «quiera comprar el Sabadell sí o sí», y acaben invirtiendo mucho más de lo que deberían. En tal caso, la gestora de fondos estadounidense Jefferies alerta que podrían generar un agujero de capital de hasta 5.000 millones de euros.