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BBVA espera la OPA en la búsqueda del mercado español: «Quiere dejar de ser mexicano»

El BBVA ha vuelto a batir un nuevo récord de beneficios en el tercer trimestre de este año. Según ha anunciado la entidad de origen vasco, durante los primeros nueve meses del año ganaron un total de 7.622 millones de euros. Sin embargo, más de la mitad de las ganancias no provienen del negocio español, sino de México, con unos 4.193 millones en total. Esta presentación de resultados, además, se une con los procedimientos de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) hostil que el banco presidido por Carlos Torres lanzó sobre el Banco Sabadell el pasado mes de mayo para crecer notablemente en el estado. Oficialmente, el BBVA ha argumentado que quiere ejecutar esta operación para construir un banco más grande y eficiente, tal como lleva años reclamando el Banco Central Europeo. Sin embargo, detrás de este argumento se esconde otro motivo no alineado con estas tesis como es el hecho de diversificar el negocio y «dejar de ser un banco mexicano», según el analista y director del máster en mercados financieros de la BSM-UPF, Xavier Brun.

En este sentido, Brun argumenta que el principal motivo del BBVA para intentar adquirir el Sabadell no es la voluntad de ser más grandes -que también-, sino dejar de ser considerado un “banco mexicano o turco” ante los mercados internacionales. Esto no significa que el centro de control del banco sea México; de hecho, la entidad se gobierna desde Madrid, donde tiene su sede. Sin embargo, el hecho de ser o no un banco mexicano responde al hecho de que más de la mitad de sus beneficios provienen del país norteamericano. Esto implica -detalla Brun- que, cuando pide un bono en los mercados internacionales, estos le aplican las condiciones correspondientes a una entidad radicada en México, ya que la inmensa mayoría de los beneficios e ingresos del banco provienen de este país. Este hecho también ocurre con otros bancos, y no necesariamente es una situación negativa. Un ejemplo es HSBC, entidad que tiene su sede en Londres, pero que genera la mayor parte de su actividad en Asia y, por tanto, los mercados lo consideran -a efectos de crédito- un banco asiático.

En el caso del BBVA se genera un agravio -tal como apuntan las voces del mercado consultadas-, dado que las condiciones para entidades mexicanas son peores que en España. Xavier Brun considera que la compra potencial del Sabadell es una manera muy sencilla de revertir esta situación y volver a ser considerado un banco español, porque esto significa crecer muy rápidamente en el estado. Una teoría que también comparte el analista Javier Cabrera, que asegura a Món Economia que la operación “fortalecería la parte española del banco” y devaluaría la importancia de México y Turquía -primero y tercero en aportación- en las cuentas de resultados del Grupo.

El presidente del BBVA, Carlos Torres, en un acto de la Cecot / ACN

Esta tesis la comparte el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y socio gerente de Green Balanced, Oriol Soley, que asegura que ya hace tiempo que los reguladores reclaman al BBVA que diversifique el negocio. Actualmente, solo el 37,6% de los beneficios del banco español provienen del estado -2.866 millones de euros-, mientras que el 62,4% restante proviene del exterior. Ante esta disyuntiva, el experto considera que el Sabadell supone «una oportunidad», porque es un banco lo suficientemente grande para aumentar significativamente el porcentaje de beneficios en el estado y reducir «las dificultades» que tiene la entidad de origen vasco en los mercados internacionales. Al mismo tiempo, Soley considera que este aumento de perímetro del banco también podría funcionar como una primera instancia de crecimiento inorgánico previo a una posible fusión transfronteriza en un futuro, más en línea con los objetivos del BCE. Esta posibilidad, sin embargo, aún no está sobre la mesa del BBVA, si bien Soley subraya la «mirada larga» usual de la directiva de Torres en este tipo de operaciones.

Por otro lado, el docente de la UAB considera que esta operación también podría ser un mecanismo de defensa del BBVA ante una posible victoria de Trump en las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos del próximo martes. El experto señala que la victoria republicana en los Estados Unidos podría provocar un cambio en las relaciones comerciales de México, ya que China lleva años exportando productos a través del vecino del sur. Este cambio podría provocar un empeoramiento de las condiciones del BBVA y, por lo tanto, Soley cree que «se están cubriendo a largo plazo».

El Sabadell, sí; Unicaja y Bankinter, no

El Sabadell, cabe decir, es solo una de las opciones financieras dentro del Ibex a las que el BBVA podría haber apuntado para una adquisición hostil. ¿Por qué, entonces, opta por el banco de Josep Oliu, y no por Bankinter o Unicaja -dos firmas también en momentos dulces de su operativa-? La decisión, según los expertos consultados, es geográfica: a diferencia de los otros competidores, el Sabadell es fuerte en mercados que el BBVA ya conoce, como el catalán, el valenciano o el balear y, por tanto, es más fácil comenzar a trabajar allí. Además, Soley apunta que las otras dos opciones tienen menos dimensión y no servirían para lograr el objetivo de crecimiento que persigue la entidad presidida por Carlos Torres: adquiriendo Bankinter -sentencian- los vizcaínos «no ganarían lo suficiente» para que el movimiento sea rentable.

Otro motivo por el cual el BBVA podría querer comprar el Sabadell por delante de Unicaja o Bankinter es porque reducirá la competencia en un mercado donde ya es muy fuerte. En este sentido, el profesor colaborador de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya, Joaquim Clarà, considera que la adquisición del Sabadell serviría al BBVA para tener un buen posicionamiento en sus mercados y para reducir considerablemente la competencia. Sin ir más lejos, el economista recuerda que, de media, las oficinas de los dos bancos están separadas por solo un kilómetro. Una fusión de ambas marcas, así, disminuye marcadamente los campos de batalla.

Imatge de la seu central del Banc Sabadell a Sant Cugat / ACN
Imagen de la sede central del Banco Sabadell en Sant Cugat / ACN

Cabe recordar que la de este año no es la primera ofensiva de Torres sobre el Sabadell: a finales de 2020, en un momento delicado para los catalanes, ya hubo acercamientos, si bien la directiva rechazó la oferta; una opción que se vio reforzada cuando el Sabadell volvió a tener resultados más óptimos. De hecho, fue entonces cuando se anunciaron el ascenso del consejero delegado, César González-Bueno, y del hasta ahora CFO, Leopoldo Alvear -que dará el salto a Societé Génerále-. Al mismo tiempo, Joaquim Clarà explica que aquella oferta del BBVA «era justa» y otorgaba al banco catalán un control del 20% del consejo y del capital del banco saliente. En cambio -alerta-, la actual no lo es tanto. El experto de la UOC apunta que el pasado mayo, cuando se hizo la primera oferta de adquisición, que es la misma que la OPA, el BBVA tenía una capitalización de aproximadamente 65.000 millones de euros, por los 9.000 millones del Sabadell. Con el paso de los meses el BBVA ha perdido un 17% de ese valor mientras que el Sabadell ha ganado un 4%, lo que, a juicio del economista, «le resta valor». «Quizás debería reformularse», contempla; si bien una posible reforma de la operación no llegará hasta que los organismos competentes emitan su posicionamiento definitivo.

Un posicionamiento, cabe decir, que podría acabar bloqueando su compra, tal como avisa Clarà; dado el giro «proteccionista» que el Estado está consumando en los últimos cursos. Sin ir más lejos, recientemente han bloqueado una oferta por Talgo, mientras que la entrada del fondo australiano IFM en Naturgy tardó meses en consumarse. Es por eso que el economista asegura que la gran barrera para la operación no será la CNMC, sino que será el Ministerio de Economía, que podría acabar vetando la operación con la voluntad de no generar un oligopolio bancario en España.

El president del BBVA, CArlos Torres Vila, conversant amb el ministre d'Economia, Carlos Cuerpo / Ricardo Rubio - Europa Press
El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, conversando con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo / Ricardo Rubio – Europa Press

¿Por qué el BCE quiere grandes campeones europeos?

La necesidad de crecer en el Estado, así, contradice los argumentos del BBVA, que sostiene que busca la creación de un campeón bancario europeo como marcan los objetivos del BCE. Los analistas, cabe decir, descartan por completo esta posibilidad, ya que incluso con la fusión el banco vasco no podría competir con gigantes europeos como Deutsche Bank o BNP Paribas. De hecho, Cabrera asegura que incluso con la operación podría ser que el BBVA no fuera considerado el banco español más grande, porque CaixaBank lo superaría aún en varias estadísticas.

Más allá de crear un sistema financiero más competitivo, Clarà razona que el verdadero objetivo del BCE con estas concentraciones por toda Europa es tener un control más fácil de la banca comercial. «No es lo mismo tener que gestionar 50 bancos por país que hacerlo con menos de 10″, sentencia el economista. Sin embargo, el experto alerta que esta manera de funcionar acabará provocando un oligopolio en toda la UE y es muy posible que dé demasiado poder a la oferta y muy poco a la demanda, ya que los clientes tendrán muy pocas opciones a donde dirigirse. Aun así, Joaquim Clarà recuerda que hay otros estados europeos, como por ejemplo Alemania, donde urge mucho más el proceso de concentración que no en España, donde ya se hizo en gran parte después de la crisis de 2008.

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