El BBVA confía en que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) apruebe la Oferta pública de adquisición (OPA) hostil sobre el Banco Sabadell sin grandes condiciones, incluso si decide llevar su análisis a la fase 2. «Ir a fase 2 no es nuestro escenario base», ha señalado nuevamente el consejero delegado del banco de origen vasco, Onur Genç, durante la rueda de prensa de presentación de los resultados. «Si va a ‘fase 2’, teniendo en cuenta que no hay un problema de competencia, nuestra previsión es que debería ser aprobada sin condiciones estructurales, como hemos visto en operaciones anteriores, pero con algunos meses de retraso», ha aseverado el consejero delegado.
Durante la rueda de prensa, Genç ha confirmado que el banco ha ofrecido una serie de compromisos a la CNMC para tratar de obtener el visto bueno a la operación. No obstante, no los ha desglosado porque ha querido mantener la confidencialidad del diálogo con el regulador. Respecto a la posibilidad de que Competencia no tenga suficiente con los compromisos del BBVA y decida imponer condiciones adicionales, el CEO del banco ha asumido que existe la posibilidad de que estas condiciones deterioren el potencial de creación de valor, un hecho que provocaría que el banco pudiera retirar la oferta.

En todo caso, el directivo ha vuelto a recordar el argumentario que el banco usa desde hace meses para defender que la operación debe ser aprobada en primera fase. Según Genç, la transacción no crea problemas de competencia porque España es un mercado competitivo, porque BBVA no será el banco más grande después de la fusión y porque no se exceden los baremos europeos que activan revisiones más detalladas de las operaciones de concentración. «Respetamos lo que decida la CNMC, estamos sujetos a su decisión, pero si va a fase 2, no estaremos de acuerdo, pero continuaremos trabajando con ellos», ha defendido Genç.
Además, el consejero delegado ha indicado que, independientemente de en qué fase se apruebe la operación, debería ser aprobada con compromisos o condiciones «no estructurales», como fue el caso de la fusión de CaixaBank con Bankia.
Más diálogo con el impuesto
Por otra parte, Genç ha reclamado al gobierno español que establezca un diálogo con el sector bancario tras presentar los cambios en el impuesto especial sobre el sector financiero, y ha hecho autocrítica por no haber logrado tumbarlo, como sí ha ocurrido en el sector energético. «Tenemos lo que tenemos. Hemos fallado en comunicar apropiadamente lo que se puede hacer de manera diferente o cómo puede ser diferente el diseño del impuesto. Es un hecho que es malo para España. El diseño, en nuestra opinión, tiene muchas deficiencias, es anticompetitivo y discriminatorio. Sí, es autocrítica», ha respondido Genç a preguntas de los periodistas. «Deberíamos haber hecho un mejor trabajo y nos hemos fallado a nosotros mismos», ha enfatizado.
Previamente, en una conferencia con analistas, el mismo directivo ha indicado que el impacto del nuevo diseño del gravamen no será «tan material» como con el diseño actual. En todo caso, ha indicado que aún es muy pronto para hacer una valoración detallada y detallada, ya que se anunció ayer por la tarde. «Estoy triste por todo esto, por el episodio completo. Realmente triste, porque los impuestos que se anunciaron ayer fueron básicamente al diésel, al tabaco y a la banca», ha indicado ante analistas Genç.