Más buenas noticias para Grifols. Tras las aprobaciones consecutivas del medicamento para la falta de fibrinógeno en Alemania y la antitrombina en Estados Unidos, ambas a finales de noviembre, la Agencia Europea de Medicamentos ha otorgado a la multinacional catalana la certificación para el sistema de extracción y tratamiento de plasma en su joint venture en Egipto, Grifols Egypt for Plasma Derivates (GEPD). Con el sí de la AEM, la compañía catalana eleva la posición de Egipto como el único país de África y Oriente Medio en contar con una estructura como esta con el cumplimiento garantizado de todos los estándares internacionales.
El aterrizaje completo en Egipto permite a Grifols diversificar las fuentes de obtención de su materia prima esencial, el plasma. Actualmente, el 65% del material extraído proviene de Estados Unidos; un mercado que, además, aporta el 40% del consumo total de los países europeos. La puerta abierta al norte de África ayuda a la catalana a poner un pie en un nuevo polo sanitario global -que se extiende hasta Marruecos, desde donde ya operan una multitud de laboratorios de investigación esenciales para la sanidad comunitaria-; y permite ganar distancia respecto de un mercado norteamericano que, bajo las políticas monetarias y comerciales de la administración Trump, genera diversos problemas a la compañía. «Con el sello de calidad y seguridad de Grifols y la certificación de las autoridades europeas, Egipto se encuentra en una posición privilegiada para convertirse en un agente fundamental de la industria farmacéutica internacional”, ha declarado el vicepresidente del consejo de GEPD, Tomàs Dagá.

Extraños en la bolsa
A pesar de la buena noticia, Grifols se ha despertado este martes con números rojos en la bolsa, en una tendencia contraria al crecimiento que ha acumulado últimamente el Ibex-35. La farmacéutica catalana pierde cerca del 1% de su cotización en las primeras dos horas de apertura del mercado, a eso de las 11 de la mañana; y cae por debajo de los 10,8 euros la acción. Este movimiento, a ojos de los accionistas de la compañía, carece de sentido, en tanto que un sí al negocio internacional como el que se ha comunicado esta mañana debería ser un impulso a la acción -como también deberían haberlo sido las confirmaciones alemana y estadounidense, sin éxito-.
La rebaja aumenta aún más las sospechas por parte de los inversores de una posible manipulación del mercado a cuenta de los fondos bajistas que afloraron posiciones en la empresa a principios de noviembre. En este sentido, el presidente de la Asociación de Accionistas Minoritarios de Grifols, Eduardo Breña, ha denunciado las «anomalías» que sufre la acción últimamente, y reclama a la CNMV una intervención para investigar el origen de estas caídas sin explicación aparente.


