La falta de presupuesto obliga a aplazar la firma de los contratos con las empresas que tienen que instalar prototipos en la plataforma de eólica marina prevista al golf de Roses, Plemcat. En una resolución de finales de marzo, la comisión del Plemcat informaba que la concreción de las condiciones de los contratos a formalizar entre el Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC) -que se hace cargo del proyecto- y los adjudicatarios quedaba «temporalmente pospuesta hasta nuevo aviso» y, por lo tanto, la firma de los contratos, también. Ahora bien, la compañía no ha cumplido con los plazos adecuados. «La no aprobación de los presupuestos de la Generalitat que cofinancian el Plemcat abre un nuevo escenario», recoge la resolución. Un escenario, pero, que no afectaría al proyecto porque la tramitación del Plemcat se mantiene.
Desde Acción Climática aseguran que el proyecto continúa en pie, pero admiten que la falta de presupuesto obliga a parar actuaciones como esta porque, a pesar de que cuentan con una subvención de 30 millones de euros de la convocatoria ‘Redmarinas’, el conjunto de la intervención está valorada en 80 millones. El proyecto de presupuestos aprobado por el Gobierno preveía 16 millones de euros para la plataforma de ensayo. Mientras tanto, se han hecho algunas prospecciones sobre el fondo marino donde tiene que ir la plataforma y se preveía empezar los trámites de licitaciones próximamente, pero, de momento, los contratos tendrán que esperar.
Hace unos meses, el IREC seleccionó las tres empresas que tienen que instalar prototipos en la plataforma de ensayo Plemcat, al golf de Roses (Alt Empordà). Una de las empresas que promueve el parco Tramontana, la compañía vasca Sener, es la que obtuvo mejor puntuación. La segunda que consiguió más puntos es la catalana X1 Wind y la tercera, la canaria Esteyco. La adjudicación incluía tres empresas más -Brezo Energy y Proyectos Renovables Innovadoras- en lista de espera por si hubiera alguna renuncia.

La viabilidad del ecosistema
Los prototipos tienen como objetivo proporcionar información sobre la viabilidad, el impacto ambiental o la incidencia en la biodiversidad que pueden tener los molinos marinos. La información tiene que servir para poder incidir en el concurso de los parques comerciales. La previsión es que sea una realidad antes de acabar el 2025, tal como establece la convocatoria ‘Redmarinas’, pero habrá que ver si este retraso acaba alterando los plazos anunciados.