Primer contratiempo para los fundos acreedores de Celsa pocos meses después de la sentencia judicial que les daba el control de la compañía catalana. En este caso, la nueva propiedad ha tenido que destinar 414 millones de euros para liquidar una deuda de la filial de la empresa en Polonia, Celsa Huta Ostrowiec, según detalla la empresa SVP -una de las accionistas de la compañía siderúrgica-. Concretamente, según ha informado
Hay que recordar que la gran deuda que acabó acumulando Celsa se dio, precisamente, por la gran expansión a escala europea que ejecutó el ex consejero delegado, Francesc Rubiralta. A la vez, Celsa Huta Ostrowiec ya cuenta con un amplio historial de refinanciaciones en los últimos años, puesto que en 2011 y 2016 los Rubiralta se tuvieron que negociar con varios bancos para refinanciar deudas superiores a los 500 millones de euros, una situación que se repitió con otras filiales.
Tiene que llegar un nuevo inversor industrial
Más allá de este conflicto de refinanciación, hay que recordar que el pasado octubre la nueva propiedad pactó con el gobierno español buscar un nuevo socio industrial español que entre con el 20% del accionariado y a mantener toda la plantilla de la siderúrgica catalana. Este pacto se produjo al poco de iniciar el proceso para recibir el aval del gobierno español y poder fiero efectivo el cambio de propiedad de la compañía después de la sentencia judicial. Ahora bien, esta entrada de un socio industrial todavía no se ha producido y la idea es que se dé en los meses próximos.
La normativa establece, además, que el último paso para cerrar la reestructuración de la empresa es recibir beneplácito del gobierno español, puesto que se trata la entrada de inversores extranjeros en el capital de una empresa estratégica, como es considerada Celsa. El mismo pacto entre los fondos y el ejecutivo español incluía “la necesidad de asegurar, a través de compromisos firmes y vinculantes, el mantenimiento de la viabilidad de la empresa en el largo plazo”.