La factura electrónica obligatoria se encuentra a un paso de ser una realidad en el estado español. A pesar de que todavía no hay publicación oficial, se prevé que el uso de esta herramienta digital sea obligatorio para todas las empresas y profesionales españoles con un volumen de negocio anual superior a 8 millones de euros a mediados de 2025 (2026 para las de facturación inferior a 8 millones), lo cual mujer un margen de un año para su adopción. Con la legislación inminente delante, muchas pymes españolas se están planteando si realmente tendrán la capacidad de implementar esta nueva herramienta a la velocidad que exige la normativa. De hecho, en una encuesta que ha hecho la compañía Sage, afirman que las pymes españolas están lejos de estar preparadas para adoptarla. El 79% los resulta una totalmente desconocida y casi 9 de cada 10 (86%) todavía no la utilizan en sus transacciones con otras empresas (B2B), aunque sí que es algo más común en los intercambios con la administración (B2G), con un 19% que sí que lo utiliza actualmente.
Un factor preocupante entre las pymes españolas es el alto grado de desconocimiento respecto a la facturación electrónica, puesto que 4 de cada 10 declaran no haber sentido nunca hablar de ella. De hecho, solo en un año vista de su entrada en vigor, alrededor del 28% de las pymes aseguran estar al corriente de los detalles relativos a su obligatoriedad, tal como revela la encuesta mundial
No es ningún secreto que la facturación entre empresas en el Estado comporta actualmente grandes dificultades para los negocios. 1 de cada 4 facturas por pymes son difíciles procesar por falta de información, errores de formato o termas poco claros, según constata la encuesta. Esto provoca retrasos en las tareas financieras y un gran consumo de tiempo para los responsables de los negocios. Por eso, el 39% de los directivos de pymes españolas (que no son responsables financieros) afirman tener que intervenir al menos una vez en la semana en cuestiones de facturación. Así pues, a pesar de la inminente obligatoriedad, la encuesta revela que las pymes españolas tienen un largo camino para recorrer para la adopción de la factura electrónica, puesto que solo el 20% de ellas cree que podría implementarla para 2024 y un 21% sería capaz de hacerlo para 2025, año en que será obligatoria para negocios de cualquier tamaño.

Un paso necesario para las empresas
«Incorporar la factura electrónica como parte del ADN de la empresa desde ahora mismo, con tiempo y hecho pasos firmes y meditados, puede aportar beneficios a las empresas», relata Martín Zabala, quien también asegura que las empresas que ya han implementado la herramienta digital «han superado, de largo, las preocupaciones y retos que exponían antes de su adopción”. De hecho, estas declaraciones concuerdan con otra conclusión del informe, que reconoce que un 60% de las pymes del Estado considera positivo su uso obligatorio, y casi dos tercios (62%) creen que aportaría un beneficio tanto para la economía como para sus negocios.
Los datos de la encuesta afirman que las pymes españolas, en general, confían en los beneficios de esta herramienta. Además de resultar útil para resolver problemas como los pagos atrasados (57%) y reducir los errores en la hora de recibir y procesar las facturas de los proveedores (43%), los responsables de las pymes también esperan que la factura electrónica pueda aportar beneficios a sus negocios como una mayor precisión financiera y reducción de errores (24%) o una reducción de costes (17%).