44 instituciones financieras con sede en el estado español, con Banco Santander y BBVA al frente, han destinado 14.308 millones de dólares del 2020 al 2022 a financiar 12 empresas armamentistas que participan en el negocio de la militarización de las fronteras y los estados del Mediterráneo. Según el último informe del Centro Delàs de Estudios por la Pau y ha publicado la
Ante estos datos, el informe ha aclarado que gracias a esta financiación, el negocio de la militarización continúa creciendo a pasos agigantados. De hecho, Amorós ha acusado estos bancos de ser «corresponsables de una de las tragedias contemporáneas más flagrantes». Aun así, no son las únicas entidades financieras famosas que aparecen en este estudio. Los siguen CaixaBank y Banco Sabadell con 182 y 95 millones. «En la medida que seamos clientes de estos bancos, es muy probable que esto lo estén haciendo con nuestro dinero» ha denunciado Amorós, coautora del informe.
Lo Centro Delàs añade que los más de 14.000 millones de financiación a la industria de la militarización de fronteras y de los países del Mediterráneo, se traducen en más de 6.000 millones en créditos y préstamos, 4.000 millones en acciones, casi 4.000 millones en operaciones de
La financiación de la guerra por parte de los bancos
Banco Santander y BBVA, según el estudio, aparecen también entre las 100 instituciones financieras de todo el mundo que más vínculos han tenido con las empresas «responsables de la militarización» del Mediterráneo y de sus fronteras. El Centro Delàs denuncia que algunas de estas empresas son Eulen, financiada con 209 millones de euros de la banca española, Accenture, con 176 millones, Atos, con 140 millones y Indra, con más de 5 millones. En total, más de 500 millones.
«Es fundamental dejar de ser clientes de bancos, aseguradoras y todo tipo de instituciones financieras que puedan estar apoyando a empresas que participen de todo este engranaje que alimenta la militarización y el militarismo de nuestras sociedades y fronteras», ha concluido Edu Aragón, investigador del Centro Delàs y coautor de la publicación, que ha considerado que ante este escenario, «la única alternativa» es «la banca ética».