La inflación ha caído finalmente por debajo del 2%. Según los datos confirmados por el Instituto Nacional de Estadística, el índice de precios de consumo en Cataluña se ha situado en junio en el 1,9%, una caída de más de un punto respecto del 3,2% que se registró el mayo. El mercado catalán culmina, de este modo, la intensa caída del IPC que se inició el pasado verano, cuando se lograron cuotas inflacionistas récord próximas al 11%, y se sitúa ya dentro de los parámetros marcados por el BCE. El análisis de precios del INE confirma que la moderación del encarecimiento de los alimentos, así como una intensa bajada de los precios de la energía y los carburantes, han liderado la estabilización del índice de precios tanto al país como al conjunto del Estado. A un ritmo mucho más lento se modera también la inflación subyacente -la que no incluye los precios de energía ni alimentos no procesados-, que se situó durante el sexto mes del año en el 5,9%, un retroceso de dos décimas.
Así, la inflación alimentaria se sitúa en el país en el 10%, a punto por primera vez en meses de hundir la barrera de los dos dígitos. Destacan, según el INE, el retroceso del precio de algunos productos básicos como las legumbres y las hortalizas, que han bajado de precio durante junio después de significativas subidas ahora hace un año; así como los lácteos, que se han mantenido estables un año después de un marcado encarecimiento. En el sentido contrario ha ido el grupo del aceite, que registra durante el sexto mes del 2023 una subida de precios, en sentido contrario del extraño abaratamiento que mostró ahora hace doce meses. El pescado acumula un ritmo descendente en la primera mitad del curso, si bien todavía está por encima del 2022; mientras que la fruta fresca ya registra una variación interanual negativa superior al 4%.
Vuelven a destacar, como es el caso desde el pasado verano, las variaciones de precios de los grupos energéticos. El grupo de vivienda, que incluye la electricidad y otras fuentes de energía domésticas, registra en Cataluña una caída de precios interanual próxima al 11%, con un retroceso acumulado el 2023 que frota los cuatro puntos; mientras que el transporte, que guarece los carburantes, se ha abaratado en comparación con el pasado junio un 7,5%. También llama la atención la estabilidad del grupo de ropa y calzado, que se queda en una inflación sectorial del 1%. Por su parte, la entrada de la temporada turística ha hecho saltar los precios del ocio y la hostelería: mientras que el sector cultural registra una variación anual del 5,9%, el grupo de los hoteles, cafés y restaurantes ha visto como su índice de precios superior al 6% -con diferencia las dos ramas de las estudiadas por la INE con una alza año a año más marcada-.

La subyacente modera la caída
Después de dos meses de retrocesos de cinco décimas, la inflación subyacente -la que excluye de su estudio los alimentos no procesados y los productos energéticos- se ha mantenido casi estable en junio. Una caída de dos décimas respecto de mayo lo ha situado en el 5,9%, el mejor dato desde julio del 2022 y cuatro puntos por encima de la tasa general, que continúa bajando a un ritmo mucho más elevado.
Moncloa, de celebración
El ministerio de Asuntos Económicos del gobierno español ha celebrado las cifras inflacionistas confirmadas este miércoles por el INE. Desde el departamento dirigido por la vicepresidenta primera Nadia Calviño atribuyen el ritmo de contención inflacionista a las medidas de control de precios impulsadas desde Moncloa, destacando especialmente los efectos de sus políticas sobre los precios de alimentación, energía y carburantes. Según el ministerio, el Estado es «la primera de las grandes economías de la Zona Euro a reducir la inflación por debajo del 2%, el umbral marcado por el Banco Central Europeo». «Esta positiva evolución confirma la eficacia de las principales medidas de reducción de impuestos y bonificaciones» aceleradas desde el gobierno español; que han permitido, aseguran, reducir la inflación en cerca de nueve puntos en menos de un año.