El sector del automóvil eléctrico está en un momento dulce en Cataluña. Más de un tercio de las ventas de este tipo de vehículos que se realizaron en todo el Estado durante el pasado mes de julio fueron en territorio catalán, concretamente, el 40% de todas las matriculaciones. Así lo ha apuntado este sábado el consejero de Empresa y Trabajo de la Generalitat, Miquel Sàmper, quien en una entrevista a Europa Press ha celebrado el crecimiento de este segmento como respuesta al Plan de Impulso al Vehículo Eléctrico 2025-2030 que el Gobierno presentó en febrero de 2025 para la transición hacia una movilidad sostenible y descarbonizada.
Si entramos en detalle en los datos, este julio se vendieron en Cataluña 9.066 vehículos electrificados, categoría que incluye tanto los eléctricos como los híbridos enchufables. Esto supone un incremento de 2.551 unidades respecto al mismo mes de 2024. Cabe recordar que, cuando se presentó el plan de la Generalitat, la penetración del vehículo electrificado en Cataluña estaba en el 13,8% (2024), una cifra por debajo de la media europea y de los objetivos ‘Fit for 55’, que marcan una cuota de mercado del 40% para 2030. «El grado de penetración para este mes de julio ya está por encima del 28% y estamos a punto de alcanzar el 33% que tiene Portugal», ha destacado el consejero, quien se muestra «francamente satisfecho» de las cifras y dibuja una relación directa entre el plan del Gobierno y el aumento de las ventas de este tipo de vehículos.
Ayudas económicas para democratizar el sector
En este sentido, Sàmper ha remarcado que el Gobierno está trabajando para poder duplicar los puntos de carga existentes de cara a 2030 y para que las ayudas económicas del plan Moves «lleguen a los bolsillos de los compradores lo antes posible», un objetivo que debería contribuir a democratizar la compra de este tipo de automóviles. El consejero considera que estas subvenciones son clave para que las ventas de vehículos electrificados sigan en alza y el consumidor no sea quien deba «sufragar el incremento de precio que tiene un vehículo eléctrico respecto a uno de combustión fósil».
