Con 140 millones de euros y 66.000 m², el centro de Martorell redefine la distribución en el noreste peninsular.
La cadena alemana refuerza su apuesta por Cataluña y eleva su capacidad operativa con un centro que podrá abastecer 130 tiendas, procesar 120.000 palets mensuales y generar hasta 400 empleos directos.
Una apuesta logística sin precedentes
Lidl ha puesto en marcha en Martorell (Barcelona) su proyecto logístico más ambicioso en España. La nueva plataforma, que ha supuesto una inversión de 140 millones de euros, ocupa una parcela de más de 126.000 m² en el polígono industrial de Can Xàmenes. Con esta apertura, la empresa refuerza su posición en el noreste peninsular y reafirma su compromiso a largo plazo con el mercado español, donde ya lleva más de tres décadas de presencia.
Desde su puesta en funcionamiento, este centro abastecerá inicialmente unas 30 tiendas en Cataluña, Aragón, Navarra y Baleares. Sin embargo, el plan de Lidl es escalar rápidamente su operativa hasta alcanzar las 130 tiendas en esta misma área geográfica. Es, por tanto, una infraestructura que nace con vocación de crecimiento, pensada para adaptarse a un mercado dinámico y cada vez más exigente.
El megacentro de Martorell se convierte en la decimocuarta plataforma logística de Lidl en el país, consolidando una red cada vez más sólida. Esta estrategia permite a la cadena optimizar sus rutas, mejorar los tiempos de distribución y minimizar su huella ambiental, objetivos alineados con las tendencias actuales del retail responsable.
Tecnología, sostenibilidad y eficiencia energética
Más allá de su tamaño, lo que distingue a esta plataforma es su diseño centrado en la eficiencia. Con 66.000 m² construidos y 144 muelles de carga, el centro está preparado para gestionar hasta 120.000 palets cada mes. Esta capacidad logística no solo garantiza un suministro ágil a las tiendas, sino que también permite a Lidl operar con más autonomía en zonas con alta densidad comercial.
En el ámbito energético, el compromiso con la sostenibilidad se concreta en la instalación de 5.800 m² de placas solares, que cubren aproximadamente el 30 % de las necesidades energéticas del centro. A esto se suman una zona interna de reciclaje, un sistema de gestión eficiente de residuos y una infraestructura que prioriza el uso racional de los recursos.
También se ha tenido en cuenta el transporte limpio: el centro dispone de un aparcamiento con unas 380 plazas, de las cuales 14 están equipadas para vehículos eléctricos. Estas decisiones apuntan hacia una operación logística más limpia y responsable, que no solo responde a la normativa vigente sino que anticipa las exigencias futuras del sector.
Empleo e impacto territorial
En el ámbito económico, el impacto de esta infraestructura es notable. La apertura del centro ha generado 200 empleos directos, aunque se espera que esta cifra llegue a los 400 cuando la planta funcione a plena capacidad. Los perfiles contratados abarcan desde operarios logísticos hasta técnicos especializados en gestión de almacenes y eficiencia energética.
Además del empleo directo, el efecto multiplicador sobre la economía local es significativo. Lidl ya trabaja con unos 170 proveedores catalanes y mantiene una red estable de colaboración en la región. En total, su actividad económica en Cataluña representa cerca de 1.400 millones de euros anuales, cifra que equivale a un 0,55 % del PIB autonómico. Esta cantidad incluye tanto el impacto directo como el indirecto a través de compras, empleos y actividad de proveedores.
El nuevo centro de Martorell refuerza esta red económica, consolidando la cadena como un actor clave del tejido empresarial catalán. La logística no solo conecta productos: conecta también empleos, talento y desarrollo.
Cataluña, el nuevo eje de distribución de Lidl
Con esta nueva infraestructura, Cataluña se consolida como un hub estratégico dentro del mapa logístico de Lidl en España. Hasta ahora, la cadena operaba dos centros logísticos en la comunidad: uno en Montcada i Reixac (Barcelona) y otro en Constantí (Tarragona). La apertura en Martorell no solo amplía la capacidad total, sino que introduce nuevas capacidades técnicas y permite una cobertura más flexible y ágil en todo el noreste peninsular.
El diseño geográfico de la red logística de Lidl responde a una lógica de proximidad y capilaridad. En un sector donde la velocidad de entrega y la disponibilidad de producto son diferenciales, disponer de plataformas bien ubicadas permite mantener un alto nivel de servicio sin comprometer los estándares de sostenibilidad o costos.
Además, esta descentralización logística prepara a la empresa para afrontar picos de demanda estacionales, imprevistos en la cadena de suministro o futuras expansiones. Martorell, en este sentido, es tanto un nodo operativo como una apuesta estratégica para la resiliencia empresarial.
Una inversión con mirada de futuro
El proyecto en Martorell no es un caso aislado. Lidl tiene en marcha otras iniciativas similares en diferentes puntos del país, como la ampliación del centro de Constantí o el nuevo proyecto en Parla (Madrid). Este despliegue forma parte de un modelo de expansión que busca fortalecer la presencia local con infraestructuras de última generación.
A la vez, la inversión en logística responde a una necesidad estructural: el comercio minorista, y especialmente el de alimentación, requiere cada vez más soluciones eficientes, sostenibles y tecnológicamente avanzadas para mantenerse competitivo. En este contexto, Lidl ha optado por anticiparse.
Esta nueva plataforma en Martorell es, por tanto, una pieza clave en este engranaje. Una infraestructura que no solo permitirá mover productos con más rapidez, sino que redefine qué significa estar cerca del consumidor.
La logística como motor silencioso de transformación
Este tipo de infraestructuras no solo mueven productos: mueven empleo, innovación y desarrollo regional. ¿Estamos valorando suficientemente el papel de la logística en nuestras vidas cotidianas?
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