“TikTok, te diré una cosa: España sabe cómo hacerlo en estos supermercados”. Así comienza el vídeo viral de Caven O’Grady, un turista británico que fue a Cádiz para celebrar el cumpleaños de su madre y que terminó sorprendiéndose con un universo de jamón, marisco y precios insospechadamente bajos. Su reacción, captada en vídeo, ha generado risas, comentarios y una sensación de orgullo entre los españoles, que a menudo no son conscientes del efecto que sus supermercados pueden causar en quien los visita por primera vez.
España y el Reino Unido comparten muchas cosas, pero el precio y la calidad de los alimentos no parecen ser una de ellas. La sorpresa de este británico se volvió viral en las redes sociales y generó un animado debate sobre el costo de la vida, el turismo y aquellas pequeñas costumbres cotidianas que a menudo pasan desapercibidas hasta que alguien de fuera las destaca.
La sorpresa de Caven O’Grady en Cádiz
El vídeo comienza de forma sencilla: un hombre sonriente con acento británico, móvil en mano, caminando por los pasillos de un supermercado gaditano. Está allí con su madre, celebrando su 63º cumpleaños, pero en lugar de quedarse con las vistas al mar o el “pescaíto frito”, decide inmortalizar algo mucho más cotidiano: la experiencia de hacer la compra en España.
«TikTok, te diré una cosa: España sabe cómo hacerlo en estos supermercados», proclama mientras recorre los pasillos. La cámara gira para mostrar la amplitud del local. «Es absolutamente enorme», comenta, dejando claro que el tamaño le sorprende. En el Reino Unido, muchos supermercados urbanos son más pequeños o especializados, y no siempre tienen secciones tan variadas ni tan frescas.
Caven no disimula su fascinación cuando se detiene frente a la sección de jamones. «Mira la carne fresca», exclama, señalando con la cámara las patas de jamón curado que cuelgan con orgullo. Se queda allí, analiza, sonríe. «La carne y el queso son absolutamente irreales», añade con énfasis, como si el descubrimiento fuera digno de un documental gastronómico.
Pero no se queda ahí. Avanza y se acerca al marisco. Los peces lucen sobre el hielo. Sus ojos se abren aún más. «Es irreal lo fresco que se ve todo esto», sentencia. Para un británico, acostumbrado a un clima más frío y a una cadena de distribución que a menudo implica transporte prolongado, la diferencia en frescura puede ser impactante.
Su recorrido no descuida la sección de verduras. También se detiene allí, entusiasmado por la variedad y el aspecto de los productos. En cada plano se ve su asombro sincero. Aquello que para muchos españoles es simplemente “el súper de siempre”, para él es motivo de admiración auténtica.
El elogio a la calidad y a los precios españoles
No solo es la calidad lo que lo deja sin palabras. A medida que avanza, comienza a hablar del tema que más conversaciones ha generado en las redes sociales: el precio. Lo dice sin rodeos y con un tono casi indignado, como quien acaba de descubrir un gran engaño en casa.
“¿Sabes a qué precio? Es mucho más barato aquí que en casa”, explica mientras muestra estanterías llenas de productos frescos. Su afirmación ha resonado especialmente entre quienes conocen la escalada de precios en el Reino Unido, un país donde la inflación alimentaria ha golpeado con fuerza en los últimos años.
La frase más contundente llega en respuesta a un comentario: “Me demostró que en el Reino Unido nos están robando”. Un dardo directo que combina humor y crítica social. En el vídeo su tono es entre divertido y resignado, pero deja clara la idea: la comparación con España hace que los precios británicos parezcan un abuso.
Finalmente, resume su experiencia de forma rotunda: “Seré claro, es otra victoria para España”. En ese instante, el turista británico no habla solo de precios ni de frescura: reconoce un modelo de consumo cotidiano que, para él, parece más honesto, accesible y satisfactorio.
@cav_og1 I can’t believe how good they are here 🇪🇸😁 #spain🇪🇸 #travel #food #fyp #traveltiktok #spanishtiktok #supermarket #goodlife ♬ original sound – Cav_OG1
El vídeo viral que despierta reflexiones
Su testimonio no tardó en hacerse viral. En TikTok, miles de usuarios comentaron y compartieron el vídeo. Algunos españoles se sintieron halagados por el elogio: al fin y al cabo, uno no suele darse cuenta de la calidad de sus mercados hasta que un extranjero lo dice con tanta emoción. Otros reían por la teatralidad con la que Caven narraba su experiencia.
También hubo quienes aprovecharon para comparar su propia percepción: «Es verdad, cuando vuelvo a España me lleno de comprar embutidos y pescado», comentaba un emigrante. Y no faltaron británicos que confirmaban la queja: «Sí, en el Reino Unido la compra es carísima y ni de lejos tan buena».
Las redes se llenaron de memes, comentarios irónicos y debates serios sobre la crisis de precios en el Reino Unido. El contraste no es solo anecdótico: tiene una base económica clara. En los últimos años, el costo de la vida en el Reino Unido ha subido con fuerza. El Brexit, la inflación, problemas en las cadenas de suministro y salarios que no siempre se actualizan al mismo ritmo han generado tensiones cotidianas que se hacen muy visibles al comparar algo tan básico como hacer la compra.
Cambios en las normas para turistas británicos
En el mismo artículo que recoge la anécdota de Caven O’Grady, se recuerda que los turistas británicos deben tener en cuenta algunos cambios normativos al viajar a España. Tras el Brexit, el acceso y las condiciones de alquiler vacacional se han modificado.
Hoy en día, cualquier residencia turística que se alquile a extranjeros debe contar con un código de registro oficial, conocido como Número de Registro de Alquiler (NRA) o Código de Comercialización. Es un requisito solicitado y validado por el Colegio de Registradores de España, destinado a dar más transparencia y control a un sector que mueve millones de euros cada verano.
Plataformas como Airbnb o Booking ya exigen que estas licencias aparezcan visibles en sus anuncios. Para los británicos, acostumbrados a reservar estancias en la costa española con facilidad, este cambio implica prestar más atención a los detalles legales. Además, el mismo proceso de entrada a Europa se ha vuelto más riguroso tras la salida del Reino Unido de la UE, algo que no todos los turistas tenían presente en sus primeras escapadas post-Brexit.
Una reflexión sobre costumbres y precios
El vídeo de Caven O’Grady ha sido mucho más que una simple anécdota viral: ha servido como espejo para comparar realidades que a menudo damos por hechas. España presume de una cultura gastronómica que va desde el bar de tapas más modesto hasta la experiencia de comprar marisco y verduras frescas cada día. Algo tan cotidiano como un supermercado se convierte en símbolo de calidad de vida.
Mientras tanto, el turista británico nos recuerda con humor que en su país “nos están robando”, abriendo un debate sobre cómo consumimos, qué valor damos a la frescura de los alimentos y qué precio estamos dispuestos a pagar por la comodidad o la tradición.
¿Somos realmente conscientes de las ventajas que tenemos? ¿O necesitamos siempre la mirada sorprendida de un turista para apreciarlas?
Si tú también tienes una opinión sobre estas diferencias culturales, comparte, comenta y continúa explorando con nosotros. Porque, al final, las costumbres más pequeñas son las que mejor nos definen.