Los lineales de comida lista para consumir se llenan de novedades, mientras la carne de vacuno afronta un panorama difícil de encarecimiento y menor demanda.
La transformación de los hábitos alimentarios en España tiene un epicentro claro en Mercadona, donde el crecimiento de la categoría de platos preparados no solo responde a las nuevas rutinas del consumidor, sino que también refleja los retos que enfrentan otros sectores como el del vacuno. Mientras el supermercado valenciano refuerza su alianza con proveedores clave para lanzar más soluciones listas para consumir, la carne de vacuno se encuentra en un contexto adverso: precios en aumento y una caída sostenida del consumo doméstico.
El auge imparable del “listo para comer”
La sección de platos preparados de Mercadona ha dejado de ser un experimento para convertirse en un pilar estratégico. Según Raúl Martín, CEO de Familia Martínez —empresa que agrupa marcas como Platos Tradicionales y elaboradora de los platos listos para Mercadona—, esta es actualmente “una categoría en alza que continúa creciendo con fuerza”. Con más de 30 platos diferentes disponibles, desde lasañas y arroces hasta platos tradicionales como el cocido o los callos, la demanda no ha parado de crecer.
Los nuevos estilos de vida urbanos, la falta de tiempo para cocinar y el aumento de hogares unipersonales explican parte del fenómeno. La comodidad se ha impuesto como una necesidad real. Además, el incremento de la calidad de estos productos ha roto antiguos prejuicios: ya no se perciben como una opción inferior, sino como una alternativa práctica sin renunciar al sabor.
La carne de vacuno: más cara, menos accesible
Paralelamente, el sector de la carne de vacuno vive una situación complicada. El precio medio del vacuno en España ha escalado notablemente el último año, impulsado por factores como el aumento del costo de la alimentación animal, la sequía que ha afectado pastos y forrajes, y el impacto acumulado de la inflación. Los ganaderos enfrentan márgenes más estrechos y una cadena que traslada parte de este sobrecosto al consumidor.
Esta combinación ha generado una caída en el consumo en los hogares. Los datos del Ministerio de Agricultura apuntan a un descenso del 5% interanual en las compras de carne de vacuno fresca durante el primer semestre de 2024. Y aunque el canal HORECA (hostelería, restauración y catering) se ha recuperado con fuerza después de la pandemia, el consumo en casa no ha remontado.
La respuesta estratégica de Mercadona
Ante este escenario, Mercadona no se ha quedado quieta. Su alianza con Familia Martínez ha dado lugar a un modelo de innovación constante, basado en la escucha activa al cliente. “Cada vez hay más personas que no quieren cocinar o que no tienen tiempo, y nuestro trabajo es darles soluciones fáciles y sabrosas”, ha declarado Raúl Martín en una entrevista reciente.
La producción se ha adaptado a esta nueva demanda con instalaciones robotizadas y sistemas de envasado que conservan el producto sin necesidad de conservantes. Los platos llegan a las tiendas con una vida útil de entre 15 y 30 días, manteniendo propiedades muy cercanas a la cocina casera.
Esta estrategia ha hecho que los platos preparados no solo crezcan en volumen, sino también en margen. “Es una categoría rentable, que además fideliza mucho al cliente”, explican fuentes del sector.
Cambios de fondo en el consumo alimentario
La caída del vacuno y el auge de los preparados no son fenómenos aislados. Forman parte de una tendencia más amplia de transformación alimentaria. Los consumidores buscan inmediatez, pero también valoran la sostenibilidad, el origen del producto y la transparencia en los procesos. El vacuno, con una huella ambiental más elevada y un costo superior, queda relegado en muchas cestas de la compra frente a alternativas más económicas y prácticas.
El cambio generacional también tiene un papel importante. Los jóvenes adultos prefieren dedicar menos tiempo a la cocina y más al ocio, el trabajo o el autocuidado, y esto se refleja en sus decisiones en el supermercado. Si a esto sumamos una mayor conciencia sobre la salud, la variedad de dietas (flexitarianas, vegetarianas o sin gluten) y la influencia de las redes sociales, el panorama se vuelve aún más complejo.
Un futuro más preparado (y menos cárnico)
Todo apunta a que los platos preparados seguirán ganando terreno. Con nuevas referencias que buscan imitar la cocina casera y una estrategia de precios competitiva, Mercadona lidera un cambio que podría acabar afectando la configuración de la pirámide alimentaria.
Mientras tanto, el sector cárnico —y en particular el vacuno— debe reinventarse. Ya lo intenta con cortes más versátiles, envases más pequeños y campañas que apelan a la tradición y a la calidad nutricional. Pero el reto es mayúsculo: competir en un entorno donde la rapidez y el precio mandan.
Cocinar menos, decidir más
El consumidor español del 2025 se enfrenta cada vez más al dilema entre el gusto del pasado y la conveniencia del presente. Y aunque el aroma de una carne a la plancha todavía tiene su espacio, los nuevos platos envasados ganan de goleada en practicidad. En este nuevo tablero, Mercadona parece haber encontrado su jugada ganadora.
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