Una “calçotada” celebrada en la capital china permitió a los asistentes disfrutar de una experiencia culinaria única con calçots con salsa romesco, longaniza artesanal y la tradicional crema catalana.
El objetivo fue dar a conocer la cocina catalana y su riqueza gastronómica, mostrando cómo estos sabores pueden seducir paladares en cualquier lugar del mundo.
Cataluña lleva sus sabores a Pekín
Durante varios días, Pekín se llenó de aromas mediterráneos con actividades como jornadas de degustación, talleres de cocina y presentaciones de productos típicos. Varios cocineros y productores catalanes participaron para compartir sus recetas y técnicas tradicionales con el público chino, despertando curiosidad e interés por la cocina catalana.
La experiencia culinaria: calçots, longaniza y crema catalana
Los calçots fueron los grandes protagonistas: cebollas tiernas cocinadas a la brasa y servidas con salsa romesco. La manera de comerlos, con las manos y bañados en la salsa, sorprendió y divirtió a los asistentes.
También se pudieron degustar longanizas y embutidos catalanes, preparados de manera artesanal, y como colofón, la crema catalana con su característico caramelo crujiente, que cautivó a los comensales.
Los talleres permitieron ver en directo cómo se cocinan los calçots y se prepara la salsa, acercando a los participantes una parte de la cultura festiva y gastronómica del territorio.
Sabores que conectan culturas
Este encuentro culinario no solo fue un espacio de degustación, sino un punto de encuentro entre culturas. La cocina catalana, con su combinación de productos frescos y recetas tradicionales, encontró un público interesado en descubrir nuevas experiencias gastronómicas.
Especialistas del sector alimentario señalan que el atractivo de los sabores mediterráneos puede abrir nuevas oportunidades para productores y restauradores catalanes en Asia, donde crece la demanda de cocina europea y saludable.
Mirando hacia el futuro
Se prevé que actividades similares continúen en otras ciudades asiáticas y de todo el mundo para seguir mostrando la diversidad y calidad de la gastronomía catalana. Más allá de la promoción comercial, estos eventos buscan crear vínculos culturales y acercar los sabores del Mediterráneo a nuevos públicos.
Un puente de sabores entre Cataluña y China
La calçotada de Pekín ha sido mucho más que una comida: ha sido un puente gastronómico que ha unido tradiciones y sabores. Entre el aroma ahumado de los calçots y la dulzura de la crema catalana, los asistentes pudieron viajar a Cataluña sin salir de China.
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