La farmacéutica catalana Esteve cerró 2022 con un beneficio antes de impuestos de 99 millones de euros, el que supone un aumento del 241% respecto al 2021, y una facturación de 643 millones, un aumento del 15%. El resultado bruto de explotación (Ebitda) registrado fue de 125 millones de euros, un 44% más que en 2021. Además, la compañía acabó el ejercicio con una deuda financiera de siete millones, según han explicado en rueda de prensa el consejero delegado de la empresa, Staffan Schüberg, y el director financiero, Jose Luís Urbieta.
Esteve completó durante el año pasado su expansión en Italia y Portugal con la apertura de nuevas filiales. En esta línea, Schüberg ha explicado que la voluntad de la compañía catalana es continuar entrando en nuevos mercados como Austria, Suiza o el Benelux, aunque «despacio».
Entrada de capital extranjero
La otra gran noticia de la presentación de resultados de Esteve ha sido la firma de un acuerdo estratégico con la alemana Lubea para financiar el crecimiento previsto a cambio de un 26% del capital de la empresa. El acuerdo, todavía está pendiente del visto bueno de las autoridades de competencia europeas, pero permitiría a Esteve tener el capital necesario para acelerar el crecimiento y la expansión internacional, sin alterar «la estructura organizacional» de la empresa.
El máximo ejecutivo de la compañía ha explicado que encontrar al inversor adecuado «lleva tiempo», puesto que la voluntad de la empresa era que tuviera una visión a muy largo plazo. En esta línea, Schüberg ha celebrado que después del acuerdo Esteve tendrá el dinero disponible para poder crecer. Además, también ha comentado que una institución externa ha validado la estrategia de futuro de la empresa y que tiene el camino abierto si en el futuro necesita otra inyección de capital.
Lubea «quiere ser activo en la empresa», por lo cual será presente en el consejo de administración, en el cual también entrarán consejeros independientes. Preguntado por la posibilidad de salir a bolsa, Schüberg ha apuntado que es una opción «muy probable, pero no en el futuro inmediato», y ha hecho hincapié en la voluntad de comportarse como si ya fuera cotizada en su relación con los inversores y la sociedad.