MónEconomia
La conjura del «centro»: el Cercle reclama el retorno a los pactos

Lo alta burguesía barcelonesa llega un año más en su semana grande; y lo hace en un contexto catalán especialmente agradecido para sus gustos éticos y estéticos. La trigésimo novena edición de la Reunión del Círculo de Economía vuelve a cambiar de sede después de tres años concentrada en la Barceloneta, compartiendo la Hotel W con turistas en banyador y el paseo marítimo con los calisténicos y las sesiones de yoga de los oficinistas del barrio. El Palacio de Congresos de la Diagonal, al conflictivo hotel Torre Melina Grande Melià -el primer acontecimiento de la nueva iteración del Rey Juan Carlos I después de que Fairmont perdiera la gestión- será el campo local donde las élites económicas harán su particular vuelta de honor después de la victoria de Salvador Isla a las elecciones en el Parlamento del pasado 12-M. La entidad presidida por Jaume Guardiola, como Isla, piensa su celebración de este año como un cambio de página político. Ya a su nota de opinión previa, la entidad ha hecho patente su ímpetu por una «estabilidad» institucional que deje atrás la última década. El periodo que se abre el 2012 es uno, observan, «de anormalidad institucional», con cinco legislaturas acabadas antes de tiempo. Una excepcionalidad que, sentencian, «se tiene que acabar».

Se tiene que acabar, pero, en un sentido concreto: el proyecto político que el club del gran capital lleva a sus jornadas 40 años después de celebrarse por primera vez es el de una «transversalidad que permita repoblar el centro, desde el cual se puede echar colectivamente adelante». Uno centro en las políticas económicas que siempre ha sido la opción preferida por los empresarios; pero también uno centro en el eje nacional que converge. El conflicto con el Estado «no lo es todo en la vida», remachaba la exbanquero desde la sede del Círculo, en llamamiento a la aproximación entre las opciones políticas que pueden coincidir en términos programáticos en todo aquello que no corresponde a la independencia. Sin intención -las invitaciones a cargos electos discurren como marca el protocolo- la representación institucional catalana a la gran reunión de lo upper Diagonal viene a decir el mismo: el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, llega de salida; mientras que el alcalde Jaume Collboni hará de anfitrión municipal por primera vez, doce meses después de la batallada despedida de Ada Colau a la misma tribuna.

Pocas horas antes del inicio de las festividades, Guardiola reitera allá donde puede las intenciones del Círculo para la Cataluña posterior al 12-M. El pactismo entre bloques -nacionales- es visto, entre las élites económicas, como un «coraje político» que tendrá el premio de la aquiescencia del sector empresarial. El llamamiento de Guardiola a los «consensos», pero, no tiene apellidos: el que fuera consejero delegado del Banco Sabadell ha rechazado en varias ocasiones hacer explícitas las preferencias de la institución en cuanto al sentido de la legislatura entrante. Ahora bien, sí que ha alabado las pretensiones de Isla de «hacer cambios» en cuestiones como la ampliación del Aeropuerto del Prat «en caso de que tuviera la presidencia de la Generalitat». Otras voces mediáticas vinculadas al club, pero, no han estado tan remiradas: el que fuera miembro de la junta directiva -y consejero de Economía- Andreu Mas-Colell ha encendido el debate al mundo del negocio con un artículo a La Vanguardia claro apoyo a un ejecutivo del PSC. Los argumentos del economista no distan de los que esgrime la entidad: el despliegue completo del programa económico socialista significaría, asegura, «un paso adelante importante en el camino del fortalecimiento de la economía catalana».

Incluso los áticos de Paseo de Gracia, pero, reconocen la necesidad de ciertos cambios un Proceso después: la reforma de la financiación de la Generalitat, sin ir más lejos, es ahora «inaplazable» -ya lo era, justo es decir, el 2018, cuando la entidad entonces presidida por Juan José Bruguera hizo su primera propuesta de bases fiscales comunes-. Acabar con el déficit histórico acontece, con el modelo actual caducado hace 10 años, una palanca imprescindible por cauteritzar la herida de productividad que sufre el país a ojos de sus élites económicas. Lo es tanto que contemplen incluso la financiación singular como alternativa deseable. También se erige en horizonte político: recuperar la capacidad económica del país -que a estas alturas se queda a Madrid- sería un antídoto contra la «desafección creciente que ha habido en Cataluña los últimos años respecto a España». Incluso la autonomía fiscal -sea cual sea su concreción- es una receta contra la «polarización». Todos los caminos, puede celebrar Guardiola, van al centro.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del Círculo de Economía, Jaume Guardiola / Cercle de Economía
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del Círculo de Economía, Jaume Guardiola / Cercle de Economía

Dos bandos a Madrid

El Círculo no recomienda un viaje a la moderación solo en Barcelona. En un momento de especial tensión política entre los grandes partidos en el Congreso de los Diputados, Guardiola recibirá tanto el presidente del gobierno español Pedro Sánchez como el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, para pedir el «fin de la polarización» que marca la agenda parlamentaria a la Carrera de San Jerónimo. De hecho, el llamamiento a unas formas más pacíficas va dirigida concretamente al líder del Partido Popular, un año después de habérsela trasladado por primera vez «sin mucho éxito», ha reconocido el presidente. La demanda de estabilidad era, pero, más abstracta el 2023; este año, el choque entre las dos grandes fuerzas del régimen del 78 ha llegado al mundo de la empresa. La visita del presidente ultra argentino Javier Milei en el Estado, con un recibimiento de gala de varios directivos del Ibex-35 capitaneados por Antonio Garamendi, ha añadido de retruque el gran capital al universo reaccionario. La mayoría de las cotizadas implicadas –Telefónica, BBVA o Abertis, entre otros- se han apresurado a retirarse, con duras críticas a los ataques de Milei contra Moncloa. Fuerzas políticas y sindicales ya se ha vuelto, pero; con la ministra de Trabajo Yolanda Díaz y el secretario general de CCOO Unai Sordo a la punta de lanza.

En otros puntos de Europa, hay que recordar, el alza de la ultraderecha se ha tratado como un problema de estado también por el sector empresarial. En Alemania, la Asociación de Patrones ha expresado a menudo la preocupación por el retorno a las encuestas de la Alternativa por Alemania de Alice Weidel; llegando incluso a pedir a los ciudadanos que evite votarlos a las elecciones europeas. Justo es decir que Guardiola ha estado explícito, también, en la desazón por los resultados logrados por Vox y Alianza Catalana al 12-M. La tensión por la visita del mandatario, pero, causa sentimientos contradictorios: el exbanquer considera «normal» -tal como ha declarado en una entrevista en el programa de RTVE Café de Ideas– que el locatario de la Casa Rosada se haya encontrado con el gran capital español; si bien también ha estado contundente en la crítica a su discurso contra Sánchez, así como a la carencia de protocolo. «No es normal hacer un viaje oficial y no ver el gobierno anfitrión», ha espetado. Las elecciones europeas, especialmente en el espacio que se hermana con Milei, servirán para probar -o desmentir- la hipótesis de Guardiola: «el centro político a la larga tiene premio electoral».

Un ojo a Europa

Los comicios del 9-J son, precisamente por esta amenaza de fuerzas a la derecha del eje ideológico donde se ha movido la Unión desde su fundación, bastante relevantes porque la Reunión preste especial atención. El título de las jornadas, El mundo a prueba, delata la pulsión geopolítica de las élites barcelonesas; y el cartel lo acompaña. El «reto europeo», central siempre a las ponencias de la élite barcelonesa, toma la forma este año de Federica Mogherini y Enrico Letta, dos socialdemócratas italianos que miran a Europa en medio del retroceso de la socialdemocracia italiana. Mogherini, ex Alta Representante para los Asuntos exteriores, ofrecerá la perspectiva diplomática de un continente atrapado en la nueva multipolaridad; mientras que Letta, federalista consumado, hablará de un mercado único pensado para hacer crecer el enano económico que identificaba a los 27 el histórico ministro de exteriores belga -flamenco y demócrata-cristiano- Mark Eyskens. En alerta por el camino que Vox comenzó a Vistalegre el pasado domingo, el Círculo quiere pacto y transversalidad por todas partes que haya parlamentarismo. El acuerdo de las urnas es otra cosa.

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