Los gobiernos español y catalán han celebrado este miércoles las datos de ocupación correspondientes al tradicionalmente positivo mes de julio como un signo más de la resiliencia del mercado laboral. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social Yolanda Díaz ha destacado que las cifras de ocupación sostenidas al inicio del segundo semestre son las más elevadas desde la crisis financiera del 2008; mientras que el secretario de Trabajo del departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat Enric Vinaixa ha asegurado que los datos son «buenos, similares a las de julio del año pasado, reforzadas por el nivel histórico de personas afiliadas a la Seguridad Social». Los ejecutivos, así, alaban los efectos de la reforma laboral sobre el trabajo en el Estado; a pesar de que los empresarios españoles y catalanes se han apresurado a calmar los ánimos y alertar de rendijas en la evolución de la ocupación.
El secretario general de la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa Pimec, Josep Ginesta, ha espetado, ante la joya del Gobierno, que el julio ha estado «doliendo». «Somos ante el segundo peor julio de los últimos 10 años en términos de paro registrado y lo tercero peor en incremento de la afiliación», critica el representante del pequeño empresariado; recordando que España permanece lejos de sus competidores europeos en tasa de desocupación. «El dato histórico que nos gustaría lograr es la de homologar nuestro paro en los países desarrollados», rebate Retama. Según datos del Eurostat, el Estado todavía dobla la tasa de paro registrado media de la zona euro -un 11,7% por el poco más de 6% de los países de la moneda única-. También ha golpeado las administraciones Fomento del Trabajo, que coincide a tildar de «negativo» el rendimiento del mercado laboral catalán en julio. Según la patronal presidida por Josep Sánchez-Llibre, la de este mes es «una de los peores datos en términos de afiliación y paro de los últimos años». La organización empresarial lamenta también el «descenso significativo en la contratación» registrado en julio, con unos 5.933 contratos menos que en junio. En este sentido, divisan una «posible desaceleración» de cara en otoño que «habrá que valorar» con la evolución de los datos de los próximos meses.
Más moderado ha sido el presidente de los empresarios españoles, Antonio Garamendi, que ha descrito el julio como «un mes bó, pero con signos de ralentización» al mercado laboral. El dirigente de la CEOE ha alertado de cierta «desaceleración a la economía española» que empezaría a notarse una vez superada el verano, provocada principalmente por la subida de tipo de interés y la inestabilidad internacional. La crisis que vendría, a ojos de Garamendi, puede «afectar la ocupación» de cara al tercero y cuarto trimestre, generalmente más complicados en cuanto a la contratación. En el mismo sentido se ha expresado la patronal de la pequeña y mediana empresa integrada a la CEOE, Cepyme, que ha alertado de la «desaceleración» que vendrá en los próximos meses.
Más allá de consideraciones generales, los empresarios alertan de la mala situación en algunos sectores clave de cara en verano. Según Retama, el rendimiento de dos ramas económicas tradicionalmente muy activas a la temporada alta, el turismo y el comercio, ha estado «muy modesto». La baja creación de ocupación a estas industrias es «inexplicable», según Pimec, en una fase «expansiva» del mercado de trabajo catalán. Por su parte, Cepyme alerta del profundo efecto que la sequía ha tenido sobre la creación de ocupación al sector agroalimentario, y reclama medidas para revertir la «grave situación» que sufren los agricultores y ganaderos.

El escollo de las elecciones
Todo y los aires de celebración, hay voces en el gobierno español que observan tendencias similares a las que subrayan las patronales. El ministro de la Seguridad Social, José Luís Escrivá, ha reconocido que las primeras semanas del verano han estado «algo menos dinámicas» del que acostumbra a ser el mercado laboral en el Estado. En este sentido, apunta que la celebración de las elecciones del 23-J ha podido «tener algo a ver» en la ralentización de la contratación en el que ha considerado un «periodo flojo». Aun así, divisa un cambio de tendencia a muy corto plazo. La última semana de julio augura un verano en que «el mercado de trabajo retomará el dinamismo» que había perdido desde el final del primer semestre.
Turismo y estacionalidad
La ligera subida del paro que ha registrado Cataluña responde, según los sindicatos, a un problema del modelo productivo del país. Para Comisiones Obreras, el aumento de más de 1.600 parados que ha registrado el mercado laboral catalán en el último mes va en línea con «la estacionalidad» que todavía conserva el país, principalmente a causa del protagonismo del sector turístico. El secretario general de la entidad, Javier Pacheco, exige «anticipar los cambios tecnológicos», al tiempo que se adaptan las «capacidades y competencias» de los trabajadores al que piden realmente las empresas. Así, desde el sindicato reclaman «más inversión pública para reindustrializar el país y reforzar la ocupación».
Por otro lado, la Unión General de Trabajadores ha celebrado el récord de afiliación en el Estado, a pesar de que todavía ve «cuestiones pendientes» a revisar a la reforma laboral. Más allá del rendimiento del mercado de trabajo, que la UGT considera positivo, el sindicato pone el foco en la profundización de las «políticas de protección de derecho» de los trabajadores. En este sentido, reclama medidas urgentes como por ejemplo una subida salarial que asistiera a la recuperación del poder adquisitivo de las rentas del trabajo tanto en Cataluña como al conjunto del territorio español.