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Un 10,9% de los trabajadores catalanes se encuentran en riesgo de pobreza

La pobreza laboral en Cataluña se mantiene estable. Según un informe de Comisiones Obreras, unos 373.000 trabajadores catalanes se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión a pesar de tener un lugar de trabajo. Se trata de una ratio del 10,9%, más de uno de cada manantial asalariados catalanes. La cifra del 2022 –el último año con datos completos– es ligeramente superior a la del año anterior, a pesar de la mala situación macroeconómica. En este sentido, el sindicato asegura que el mundo del trabajo «aguanta» los embates globales; como por ejemplo la inflación, el retroceso del crecimiento o la mala situación de sectores como el agroalimentario.

La tasa que marca la pobreza en el país se encuentra en 11.840 euros anuales por adulto en un hogar unipersonal. Las cifras, justo es decir, son diferentes según la edad y el género de los trabajadores estudiados. Entre las mujeres, la cifra es ligeramente más elevada a la general, frotando el 12%; mientras la cifra de hombres pobres a pesar de contar con un lugar de trabajo retrocede hasta el 9,8% de la fuerza de trabajo. Cómo en el caso de la variable de género, la edad determina también el acceso a recursos y la relación de este con la economía en general. Según el informe de Comisiones Obreras, los trabajadores de entre 18 y 24 años sufren una ratio de riesgo de pobreza superior al 14%. A pesar de la ligera escalada interanual, desde el sindicato celebran una clara tendencia positiva: en 2018, la tasa de trabajadores pobres frotaba el 14,5%, cerca de cuatro puntos por encima de la última estudiada.

Un ejemplo de un trabajador utilizando el prototipo que distribuye la catalana Healthy Suits / Cedida
Un ejemplo de un trabajador utilizando el prototipo que distribuye la catalana Healthy Suits / Cedida

La inflación, el grande culpable

La crisis de precios es, según el sindicato, uno de los principales factores que marca la ligera escalada de la pobreza laboral al país. La crisis de precios, según el informe, tiene su gran causa –más allá de las variables macroeconómicas–, al mundo empresarial. Si las tendencias inflacionistas han marcado efectos de segunda oleada, aseguran desde Comisiones, es por culpa de la escalada de los márgenes de beneficio del sector privado. «Los márgenes de beneficio empresarial han incrementado proporcionalmente mucho por encima de los salarios»; hecho que ha presionado sobre los precios, pero que no ha tenido repercusión en el poder adquisitivo de las rentas del trabajo. El Estado español, denuncian los sindicalistas, sufre «con mayor intensidad» la acumulación empresarial en detrimento de los trabajadores que otros mercados del entorno.

Cambios en la legislación

Para revertir la tendencia a la pobreza en el mundo del trabajo, desde Comisiones reclaman una serie de reformas en el ámbito laboral y económico que ofrezcan una mayor seguridad a la fuerza laboral. El incremento del salario mínimo interprofesional sería una pieza clave. Según el sindicato, las subidas del mínimo retributivo de los últimos años «no han tenido efectos negativos perceptibles en la ocupación»; hecho que hace pensar que «todavía ha recorrido» para mejorar el marco regulador. La mejora de los precios debería vincularse a «la evolución económica de los sectores», para que los trabajadores perciban en sus nóminas la escalada de los beneficios de las empresas que tensan el conjunto del mercado. Otras cuestiones, como la mejora de la IRSC o el refuerzo a las políticas públicas de ocupación, tendrían que servir para reducir todavía más la ratio de trabajadores pobres al país. Hay que recordar que la cifra del 2022 supone un aumento de una décima respecto del 2021; cuando se logró un mínimo histórico, del 10,8%.

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