MónEconomia
La lenta agonía de la pesca en Cataluña: cae a la mitad en una década

La pesca marítima vive una lenta agonía que podría recibir un golpe mortal si Bruselas consuma su plan para reducir un 80% la actividad de las embarcaciones de arrastre. Los pescadores catalanes están en pie de guerra y, impulsados por la movilización en toda Europa, han convocado una huelga de dos días para protestar contra la medida. Pero el hecho es que la actividad pesquera cada vez es más testimonial en Cataluña. Según datos del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, el año pasado se capturaron 16.560 toneladas de pescado, prácticamente la mitad que hace una década.

La pandemia de la Covid-19 supuso un punto de inflexión para el sector pesquero, ya que en 2020 se produjo una brutal caída del 20% en las capturas. Desde entonces, en lugar de recuperarse, la actividad ha continuado la tendencia descendente y ha llegado a mínimos históricos. El número de embarcaciones también ha caído en picado. En septiembre había 597 barcos y barcas registradas, un tercio de las cuales tiene su base en las Tierras del Ebro, con el puerto de la Ràpita (Montsià) como principal polo pesquero con casi un centenar de embarcaciones.

Menos capturas, menos valor para los pescadores

Durante los años 90 del siglo pasado, la actividad pesquera estaba en pleno auge y se capturaban entre 40.000 y 60.000 toneladas de pescado cada año. En la década siguiente, las capturas se estabilizaron alrededor de las 30.000 toneladas anuales y desde entonces no han dejado de caer hasta las 16.000 toneladas del año pasado. Más de la mitad de las capturas de 2023 fueron de pescado azul (8.852 toneladas), con el boquerón y la sardina como especies más populares, y una cuarta parte es de pescado blanco (4.258 toneladas), que incluye peces de roca como la merluza y el rape. En cuanto a los cefalópodos —pulpos, sepias y calamares—, las capturas se han reducido a la mitad (1.280 toneladas) y los crustáceos —el cangrejo, la gamba y la galera— son los únicos que se mantienen (1.803 toneladas).

El recorte de las capturas supone también una reducción del valor global de la pesca, que en 2023 se situó en 89,2 millones de euros, un 9,2% menos que el año anterior. En 2020 se bajó de los 100 millones de cifra de negocio por primera vez desde 1993 y nunca más se ha vuelto a alcanzar la meta. En 2022 la pesca solo representaba el 1,6% del valor monetario de todo el sector primario. La pérdida de negocio, a su vez, también ha supuesto un progresivo abandono de las embarcaciones. En 2003 había 1.358 y dos décadas después la mitad ha desaparecido. Este año han bajado de las 600.

Los pescadores catalanes, en pie de guerra

Los pescadores catalanes reclaman “sentido común” a Bruselas para evitar una catástrofe irreparable para el sector. La Comisión Europea quiere reducir de 130 a menos de 30 el número de jornadas anuales permitidas para la pesca de arrastre en el Mediterráneo. El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cataluña, Antoni Abat, ha cuestionado los cálculos científicos que utiliza Bruselas para evaluar los stocks de población de las diferentes especies de pescado y ha pedido que reconsidere su propuesta. “Únicamente venimos a reclamar el derecho a trabajar, que no es poco”, reivindicó el lunes Abat desde Bélgica durante una reunión de los 27.

El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cataluña pide a la Comisión Europea que “vuelva a sentarse y renegociar”, más si se tiene en cuenta los “esfuerzos” que ha hecho el sector en los últimos años para adaptarse a las crecientes exigencias de Bruselas para garantizar la calidad de los stocks de peces. “Como pescadores, notamos que estamos capturando más pescado, y no poco; hemos visto el fruto de estas medidas”, asegura.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa